La Fundación del Doctor Iván Mañero contra la Ablación Genital

Dos mujeres son reconstruidas gracias a la colaboración de IM CLINIC, la Obra Social de CaixaBank y la coordinación de comadronas del ICS para llevar adelante este proyecto.

The Luxonomist. 10/02/2015
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Fundación Dr. Iván Mañero

Después de más dos años de trabajo, el Programa de Lucha contra la Mutilación Genital Femenina (MGF) que la Fundación Dr. Iván Mañero lleva a cabo en nuestro país ha iniciado una nueva fase en la que mujeres afectadas por la ablación pueden optar a la reconstrucción de sus genitales mutilados. El pasado 30 de enero se operaron las dos primeras pacientes, dos mujeres residentes en nuestro país y originarias de Senegal y Sudán que habían sufrido la ablación siendo unas niñas, lo que no sólo las había privado de una vida sexual sana, sino que les provocaba dolores constantes al realizar ciertas actividades cotidianas como sentarse.

Una de estas pacientes es Aminata. Ella llegó con tan sólo 15 años en nuestro país. Venía a casarse. Su integración en nuestro país ha sido paulatina pero ahora con la cuarentena a tocar asegura: «Soy más de aquí que de Senegal. Aquello de allí lo veo muy lejos«. Años después de haber traído al mundo dos criaturas, decidió separarse de su marido, «él, en casa, continuaba con la misma vida que hubiéramos podido llevar a nuestro país de origen y yo ya no lo pensaba seguir aguantando». Ella hacía años que se había dado cuenta de como la mutilación genital había coartado su vida más íntima hasta la fecha. Ahora el apoyo de su pareja actual le ha permitido dar el paso y gracias a este proyecto, Aminata ha podido pasar por el quirófano y empezar una nueva vida, «parece que sea una frase de un anuncio, pero siento que esta intervención me dejará tal y como debería haber sido siempre. Siento que me hará más mujer «, decía pocos minutos antes de entrar en el quirófano.

La otra beneficiaria del proyecto es una chica de Sudán, que había sufrido una de las mutilaciones más graves, la llamada circuncisión faraónica que consiste en la extirpación del clítoris y labios mayores y menores, haciendo luego un cosido de ambos lados la vulva hasta que ésta queda prácticamente cerrada, dejando únicamente una abertura para la sangre menstrual y la orina. En este caso, la reconstrucción ha sido mucho más complicada.

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Fundación Dr. Iván Mañero

Las intervenciones han sido llevadas a cabo por el Dr. Iván Mañero, cirujano plástico y presidente de la Fundación DrIM, y por el equipo de la Unidad de Cirugía Genital Femenina del IM CLINIC, que cuentan con casi diez años de experiencia en el campo de la cirugía genital. Además, el Dr. Mañero ya había realizado otras reconstruciones genitales derivadas de la ablación, pero no en nuestro país. “No todas las mujeres que han sufrido la ablación pueden reconstruirse, pero muchas pueden ver grandes mejoras en su vida si lo hacen. Pero la necesidad de la reconstrucción debe partir de ellas, de que deseen eliminar las secuelas de una tradición tan aberrante como esa. Primero debemos valorar la paciente y el beneficio que ella puede conseguir con la intervención. Después siempre es ella quien decide”.

A diferencia de otras reconstrucciones genitales estas no sólo pretenden recuperar la sensibilidad del clítoris, «en la mayoría de los casos, la ablación mutila la parte del clítoris que sobresale, pero hay unas dos terceras partes que están todavía ‘enterrado’ y que normalmente podemos recuperar con buena parte de su sensibilidad erógena. Pero con estas reconstrucción también queremos recuperar el aspecto estético de la vulva, es decir, conseguir una apariencia lo más natural posible», aclara este cirujano plástico.

El Proyecto de Lucha contra la Mutilación Genital Femenina. El proyecto nació hace cerca de 10 años en Guinea Bissau, país donde fundamentalmente trabaja la Fundación Dr. Ivan Mañero. Un país de África Occidental donde la ablación o MGF afecta al 50% de las niñas y mujeres de entre 4 y 49 años. Allí se trabaja desde diferentes vertientes: la sanitaria y la educación. Esta última es esencial para hacer entender a las futuras generaciones que esta agresión a las niñas es innecesaria y educarlos en la igualdad entre géneros y el derecho a la mujer a decidir sobre su cuerpo y sobre su vida sexual y reproductiva.

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Fundación Dr. Iván Mañero

En nuestro país la práctica de la ablación es un delito perseguido, pero los movimientos migratorios de los últimos años han llevado a muchas familias africanas en nuestro que o bien aprovechan sus estancias en sus países de origen para practicar la ablación a las sus hijas o bien antes de emigrar tuvieron que pasar ellas o sus hijas por este terrible trauma. A pesar de la información que reciben aquí y su grado de integración, la presión que reciben por parte de sus familias y comunidades hace que al final accedan a mutilar a sus hijas.

No se conocen las cifras de niñas / mujeres que han sufrido la ablación y que viven en nuestro país aunque algunos servicios sanitarios de primera instancia sí conocen casos de mujeres, niñas y adolescentes africanas que sufrieron la ablación en su país de origen. Es aquí donde nace la segunda parte del proyecto, destinada a las chicas y mujeres con la ablación que viven en nuestro país.

La Fundación Dr. Iván Mañero lleva tiempo trabajando directamente con las comadronas del ICS (Instituto Catalán de Salud) que se involucraron con entusiasmo desde el principio ya que es un problema que viven de forma muy cercana. Son estas comadronas las que identifican las posibles benficiàries del programa y las que ofrecen la ayuda de la Fundación DrIM cuando éstas se vernos preparadas para asumir una intervención. «No es una tarea fácil. Algo así no la puedes proponer, serán ellas quienes de alguna manera te hagan entender que quieren una solución a su problema. Es entonces cuando las ponen en contacto con nosotros«, resume Ruth Mañero, directora de la Fundación FDrIM.

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Fundación Dr. Iván Mañero

Este proyecto ha necesitado más de dos años de trabajo continuado con diferentes colectivos para ver la luz. Contrariamente a lo que se pueda suponer, las mujeres que han sufrido la MGF no suelen buscar una solución a su problema. “Las mujeres que lo han sufrido no lo exigen porque o bien no saben que lo pueden hacer, o bien lo tienen muy aceptado o bien culturalmente creen que debe ser así. No se trata de presionar a nadie a reconstruirse, sino que aquellas mujeres que sientan la necesidad tengan una puerta abierta en la que no contar con recursos económicos no sea una traba para ellas. La demanda debe partir de ellas, por ello se han dado muchos pasos antes de poder empezar esta fase del proyecto”, explica la directora de la Fundación DrIM. “Las mujeres que se han sometido a la reconstrucción genital son muy valientes. No sólo intentan recuperar una parte de ellas que nunca las deberían haber tomado, sino que con esta intervención rompen con un legado social milenario».

Para su financiación, y que por tanto las beneficiarias no deban correr con los gastos de la cirugía y la hospitalización, este proyecto ha contado con el apoyo y la colaboración de la Obra Social La Caixa y con la de IM CLINIC , en Sant Cugat del Vallès, que ha ofrecido de manera desinteresada sus intalaciones y su equipo médico.

La Mutilación Genital Femenina. La MGF consiste en la extirpación o ablación del clítoris y / o labios menores con medios quirúrgicos rudimentarios, normalmente acompañada de la mutilación de parte de los genitales externos femeninos. La MGF es una práctica cultural (en África viven 70 millones de mujeres mutiladas) que es justificada en erróneas creencias desde muy diversos ámbitos: la costumbre y la tradición que determinan el rol de la mujer dentro de la comunidad, el control de la sexualidad femenina y el fomento de la castidad, falsas razones de higiene o reproductiva, creencias religiosas o, simplemente por razones estéticas.

La pérdida casi total de la sensibilidad es la principal consecuencia para las afectadas, con el añadido trauma psicológico, pero también puede producir dolor crónico, problemas urinarios, quistes, infecciones, infertilidad a lo largo de toda la vida derivados de esta práctica que se realiza casi siempre de manera rudimentaria, a cargo de curanderas y con utensilios nada ortodoxos como cristales, cuchillos oxidados o cuchillas viejas de afeitar y nunca en centros sanitarios. En sus países de origen las consecuencias pueden ser aun más nefastas, ya que las hemorragias provocadas por la ablación o las graves complicaciones que esta práctica tiene durante el embarazo y el parto pueden acabar con la vida de la mujer.

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