Llegan los espejos mágicos y los probadores inteligentes

Las tiendas del futuro ya están aquí, de la mano de eBay y Rebecca Minkoff.

Dori Toribio. 16/03/2015
Las tiendas
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Rebecca Minkoff digital signage store Soho

Espejos con pantallas táctiles en las que pedir una copa de champán, probadores inteligentes para los que no hay que hacer cola y que saben ordenan tallas sin que haya que salir a buscarlas o bases de datos de clientes que almacenan qué compran, qué complemento es ideal con la prenda escogida o qué tendencia del nuevo catálogo hacer llegar a nuestro correo electrónico para la próxima tarde de compras.

Las tiendas del futuro ya están aquí, de la mano de eBay y Rebecca Minkoff. La diseñadora estadounidense de 33 años es conocida por su empeño en introducir la innovación tecnológica en el mundo de la moda. Su asociación con el portal de ventas online eBay camina hacia el éxito de su proyecto futurista. El objetivo es aplicar la nuevas tecnologías a las tiendas físicas e incorporar la comodidad y versatilidad de las compras en sitios web o dispositivos móviles. Ya se puede comprobar en varias tiendas de Nueva York y California, cuyas opciones tecnológicas están dejando a la clientela con la boca abierta, literalmente.

Todo comienza por un gran espejo mágico con pantalla táctil incorporada, en la que se puede echar un vistazo a toda la colección de Minkoff, solicitar las últimas tendencias de la pasarela para que estén disponibles rápidamente en un probador y pedir un café o una copa de champán, que minutos después alguien hará llegar a manos del cliente. Si se opta por introducir el número de teléfono en las opciones de pantalla, éste se convierte en una firma digital capaz de rastrearnos por toda la tienda y un SMS llegará en el momento en el que todo esté listo, de manera que no hay que esperar en eternas colas.

Ahí comienza la experiencia en los probadores inteligentes, que saben quiénes somos antes de llegar. Son capaces de identificar al cliente y qué prendas ha entrado a probador, a través de códigos RFID (Radio Frecuency Identification) y sensores kinect que capturan movimientos y deseos. A través de las pantallas en los espejos, se puede recibir sugerencias sobre los complementos que más se adaptan a nuestro estilo, crear diferentes atuendos o pedir una talla o color diferente necesidad de salir del probador. También se puede decidir en ese mismo momento destinar al carro de la compra digital nuestras selecciones o solicitar que se envíe el pedido a domicilio.

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Rebecca Minkoff digital signage store in Soho

Se incorpora así parte de la experiencia del comercio digital directamente al probador. Y además se añade un toque de romanticismo, que pasa por poder seleccionar la iluminación dentro del probador y así comprobar cómo se ve el atuendo en las diferentes luces del día. En el caso de la tienda de Rebecca Minkoff en el Soho neoyorkino se puede optar a golpe de LED por la cruel luz del día o los tonos Hudson River Sunset, Brooklyn Morning o Afternoon on the High Lane.

Como el cliente está a estas alturas perfectamente identificado, aquellas prendas que no se compren, pasan directamente al archivo del perfil y es muy probable que días después reciban correos electrónicos ofreciendo descuentos o diferentes opciones de compra para las prendas descartadas.

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Rebecca Minkoff digital signage store in Soho

Esta no es la primera vez que esta tecnología se prueba en tiendas físicas. Otras marcas lo han intentado antes. Otras lo estudian ahora. El miedo al fracaso siempre ha estado ahí, por falta de interés suficiente de los clientes o por fallos técnicos que empobrecían la experiencia. Pero estos son otros tiempos, en los que las compras online se fortalecen y las ventajas tecnológicas son una realidad y una moda, como demuestra el crecimiento de la tecnología wearable.

Se trata de transformar la tienda en “tu tienda”. Y pagar la devoción de los clientes más fieles con la comodidad de una tienda que se anticipa a nuestros gustos y necesidades. Cierto es que la privacidad del cliente queda sensiblemente reducida. Y el anonimato ya no es tal. Pero Rebecca Minkoff está convencida de que el futuro de las compras pasa por estas tiendas inteligentes que saben leernos el pensamiento y convertir un día de compras en una experiencia futurista incomparable.

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