4 claves para combatir el estrés

Somos todos vulnerables ante el estrés. Incluso personas con altos niveles de autocontrol y buena capacidad para la organización.

Ana Villarrubia. 16/04/2015
A veces nos vemos superados por las circunstancias. Foto:
Estrés. Foto: abc
Estrés. Foto: abc

Se habla mucho de estrés pero, ¿a qué nos referimos exactamente cuando decimos que “estamos estresados”? El estrés no es otra cosa que un estado de sobre activación sostenido en el tiempo, un estado de alerta constante que nos agota y que experimentamos ante distintas situaciones que pueden considerarse como “excesivas” y que acontecen bajo condiciones de escasos recursos de control o de ausencia de apoyo social.

Al margen de episodios de estrés agudo, que son menos frecuentes y suelen estar ligados a la vivencia de situaciones de crisis, el tipo de estrés que más habitualmente sufrimos y el motivo rey por el cual las personas acuden a una consulta de psicología es el estrés que se mantiene en el tiempo y va mermando el ánimo y la salud psíquica de quien lo sufre. Se trata de estados de ansiedad prolongados ante los cuales no sentimos ningún tipo de control. Cuando sufrimos estrés significa que nuestros recursos para hacerle frente a los problemas de la vida se han visto desbordados y que tampoco hemos podido contar con la ayuda externa adecuada para compensar la situación, es decir, nos hemos visto “superados por las circunstancias”. 

A veces nos vemos superados por las circunstancias. Foto:
A veces nos vemos superados por las circunstancias. Foto: detusalud

Y sí, somos todos vulnerables ante el estrés porque, por muchas habilidades que tengamos para enfrentarnos a los problemas, por muy alto que tengamos ese umbral de las “capacidades de afrontamiento” y por mucho seamos capaces de soportar a la vez, todos tenemos un nivel por encima del cual lo que se nos pide es demasiado y corremos el riesgo de sentirnos sobrepasados. Conflictos por resolver, problemas económicos, presión en el trabajo o tensiones familiares son sólo algunos de los factores de estrés más frecuentes a los que nos vemos sometidos día a día. Por muy bien que se nos de ocuparnos de los problemas, hay momentos en la vida en los que o bien nos enfrentamos a problemáticas más graves de lo habitual o bien se nos juntan muchas de ellas a la vez. Por desgracia, suele ser cierto eso de que “los problemas nunca vienen solos”.

El estrés nos incomoda y, sin embargo, al mismo tiempo, el estrés es la sal de la vida. A todos nos gusta un reto que nos ponga a tono o nos motiva la expectativa de hacer frente a situaciones novedosas y tener éxito. Una vida sin ningún tipo de actividad estimulante nos lleva fácilmente a la apatía o la depresión. Cuando la gente vive sin enfrentar retos se sume en la desmotivación. Sin ir más lejos, trabajar sin ningún tipo de incentivo es una fuente potencial de problemas psicológicos. ¿Qué hacemos entonces? ¿Cómo conjugamos una óptima dosis de estrés con una vivencia que no resulte desagradable? Aquí tienes 4 claves imprescindibles para que el estrés no pueda contigo.

Hay que
Hay que evaluar la naturaleza de los problemas para que no puedan con nosotros. Foto: e-saludable
  • No cargarse de problemáticas que no sean propias, limitar la estimulación aversiva a la que estamos expuestos, es decir, limitarse a preocuparse y resolver los problemas propios. Ya tenemos bastante como para echarnos a al espalda cargas innecesarias.
  • Evaluar de forma adecuada la naturaleza de los problemas, esto es, hacer una buena lectura del conflicto que tenemos delante y de sus potenciales repercusiones. Esto es imprescindible para no ahogarnos en un vaso de agua sobredimensionando nuestra realidad y desgastándonos innecesariamente.
  • Conocerse bien a uno mismo. El estrés lleva aparejadas ciertas señales conductuales como la intranquilidad, la irritabilidad o la merma del rendimiento en la ejecución de tareas. Estar atento a estas señales e identificarlas adecuadamente es una herramienta de gran utilidad para saber cuando es necesario pararse a analizar y resolver lo que tenemos delante.  Identificar las propias señales de alarma es un síntoma de una buena inteligencia emocional.
Una de las claves contra el estrés es conocernos a nosotros mismos. Foto: batanga
Una de las claves contra el estrés es conocernos a nosotros mismos. Foto: batanga
  • Entrénate y mejora tus habilidades antes de que sea demasiado tarde. El estrés se combate mejor de forma preventiva. Cuando unos se siente bien es cuando mejor puede aprender a desenvolverse con nuevas herramientas y nuevas habilidades para hacerle frente a la vida. Técnicas de relación, técnicas de autocontrol, habilidades de afrontamiento, habilidades sociales, habilidades para la solución de problemas, habilidades para una adecuada asunción de responsabilidades, habilidades para la toma de decisiones, capacidad para generar expectativas y metas adecuadas… Son muchas las estrategias que la psicología cognitivo-conductual nos ofrece para disminuir nuestra vulnerabilidad ante el estrés. Por desgracia, solemos ser conscientes de la utilidad de este entrenamiento cuando estamos ya metidos en la vorágine del día a día y las consciencias del estrés ya se han hecho notar.

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