Encuentros en Graffitipop

Para sembrar en un niño la inquietud por el arte hay que empezar con obras que le resulten familiares o a través de autores que le hagan pensar que es capaz de hacer algo similar.

Carla Royo-Villanova. 21/04/2015
Antonio de Felipe junto a su autorretrato
Carla Royo-Villanova junto a
Carla Royo-Villanova junto al artista Antonio de Felipe

Recuerdo cuando siendo niña y en alguno de los libros de arte de mi padre, descubrí a Basquiat. Lo recuerdo porque  me impactó. Más aún, cuando interesada por su obra, mi madre me contó su breve pero intensa historia. Años después y cuando mis hijos eran pequeños les compraba los libros de Tachen dedicados a autores de arte moderno. El primero fue el de Basquiat. Luego vendrían DeKooning, Polock, Juan Gris, Saura, Calder, Picasso o Botero entre otros.

Mi teoría no era otra que para sembrar en un niño la inquietud por el arte hay que empezar con obras que le resulte familiares o a través de autores que le hagan pensar que es capaz de hacer algo similar. Pasábamos tardes construyendo móviles de Calder con pilas y corchos de botellas, pintábamos máscaras de Basquiat y cuadros de Miró. Con la edad podrán interesarse por pintores clásicos y otras técnicas artísticas. Lo importante era crearles el interés. 

Graffitipop
Graffitipop

Cuento esto porque la nueva exposición de Antonio de Felipe es una soberbia oda pictórica al grafismo, que tuvo en Basquiat su máximo exponente. Conozco a Antonio desde hace más de una década, hemos compartido meriendas, cenas, tertulias y hasta tuve la suerte de posar para él. Pero reconozco que al ver a Basquiat representado en una de las obras de Graffitipop me llenó de orgullo bien entendido.

Quizá le conozco mejor de lo que pensaba. Lo que sí es seguro es que todas sus exposiciones me han parecido siempre magistrales, pero Grafittipop lo encumbra definitivamente como el máximo exponente de la pintura pop española a nivel internacional. Es su exposición más intensa, radical, excesiva, potente y subversiva. Es el Antonio de Felipe que llevaba dentro y al fin ha surgido al grito graffitero.

Antonio de Felipe junto a su autorretrato
Antonio de Felipe junto a uno de sus dibujos en la Casa de Vacas

Quedo con Antonio de Felipe en Casa de Vacas, todo un lujo poder visitar con él su muestra y escuchar las explicaciones del artista.  La exposición comienza con el primer autorretrato conocido del pintor. Antonio, sentado en un mueble urbano, torso descubierto, sprays en mano, deportivas, gorra y mirada perdida, quizá buscando los ojos de su Audrey que sin él saberlo le observan desde lo prohibido. La obra que roza el hiperrealismo, está enmarcada con un graffity pintado en la pared de Casa de Vacas.

Esta será la norma durante el resto de la exposición. Los cuadros, más vivos que nunca, se integran en las paredes marcadas efímeramente con el color del artista. Audrey, su Audrey, quiere desayunar con diamantes pero en su lugar pinta un graffity que observa tan elegante como de costumbre.  Sentido y sensibilidad en su expresión más pop. Un PopArt, el de Antonio de Felipe capaz de transmitir en sus figuras toda la fuerza del sentimiento y la expresión.

Graffitipop
Graffitipop

El suelo de Casa de Vacas está lleno de pisadas, como las aceras de las ciudades que  reciben a diario chicles, latas que luego alguien aplasta, vasos de papel, cualquier objeto cotidiano, incluso los más despreciados, pueden alcanzar la eternidad y convertirse en auténticas obras de arte. Es la rebeldía capaz de unir generaciones, como el cuadro titulado Graffiti-Pon. Iconos manga de  los últimos tiempos reunidos por dos Geishas grafiteras. También los símbolos más típicos de la obra de Antonio de Felipe están presentes en toda la muestra pero adquiriendo formas mucho más radicales.

Sus Audreys, su famosa Marilyn, los dibujos animados aportando humor fresco e inteligente, las vacas, fantas o coca-colas. Todo lleva la marca del pintor pero todo es mucho más extremo y radical. Sin dejar de mencionar los títulos de sus cuadros que son también característica de su sello personal. Títulos que invitan a la reflexión como el que da nombre al cuadro de Mickey Mouse, “Falsas apariencias, o lo que la verdad esconde”.

Graffitipop
Graffitipop

Porque Graffitipop es mucho más que una exposición, es la experiencia de 25 años dedicados en cuerpo y alma al dibujo. Aniversario que ahora celebra con este homenaje a la pintura callejera, despreciada, ninguneada y marginal, elevándola al máximo grado de creatividad emocional. Sus últimos trabajos en Miami, como su participación en el Miami Marine Stadium, han reforzado aún más su talento en el Street Art y la cultura popular, dotándole de una nueva inspiración tridimensional y luminosa.

Rebeldes emoticonos parecen destrozar cuadros clásicos, Murakami se cita con Van Gogh, Triky, el monstruo de las galletas devora su spray galletero-callejero, siempre tres mejor que dos, mientras Bamby y sus amigos pasean por el bosque de Ibarrola. Todo es posible en el arte de la calle y en la mente de un genio. ET quiere ser Freddy Krueger y el ojo que todo lo ve comienza a dibujar un mundo mejor.

Antonio de Felipe frente a su obra sobre la familia real
Antonio de Felipe frente a su obra sobre la familia real

Remata la muestra el retrato a la familia real. Una vez más pasado, presente y futuro se encuentran en el plano más pop. Sus nombres escritos en la pared; los colores de la bandera nacional junto a los del arco iris, símbolo gay. Irreverente reverencia o reverencia irreverente. Un cuadro cúspide,  retrato de la actualidad española.

Una exposición fabulosa, entretenida, divertida y diferente que hay que aprovechar para visitar también  con los niños, una gran oportunidad para empezar a sembrar arte. Graffitipop puede visitarse en Casa de Vacas de Madrid hasta el 28 de abril.

Relacionados

Últimas noticias

Subir arriba

Este sitio utiliza cookies para prestar sus servicios y analizar su tráfico. Las cookies utilizadas para el funcionamiento esencial de este sitio ya se han establecido.

MÁS INFORMACIÓN.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Versión Escritorio