Alimentos que dan la felicidad
En los lineales del supermercado abundan productos con filosofía wellness y comprometida con medio ambiente.
Hay una finca a las afueras de Madrid que muestra no sólo la ilusión de tres hermanos sino también el compromiso con el medio ambiente y los animales. El resultado, un negocio dedicado a la explotación de vacuno que además de ser sostenible genera un producto excelente. Es decir, carne de vaca jugosa y tierna que se disfruta en cada bocado. Carrillada, jarrete, costillar, hamburguesas de ternera o buey.. o el steak tartar con carne de ternera cortada a cuchillo (y enfundada en una elegante caja de cartón) demuestran que en este negocio las cosas se hacen bien.
Igualmente, las vacas de otra empresa madrileña (en este caso dedicada a la producción láctea) gozan de todo tipo de cuidados que evitan que el animal viva estresado. De esta manera se obtiene un producto que se distingue fácilmente de la competencia. Hace años entrevisté a un responsable de Priégola y me contó que los animales dormían en camas especiales acolchadas (para que las rodillas de las vacas no sufran al tumbarse). Al parecer este confort repercute en un mayor contenido de proteína de la leche. Cuando son ordeñadas escuchan música clásica porque favorece la relajación. También tienen ventiladores y aspersores que se ponen en marcha automáticamente si la temperatura de la cuadra supera los 22 grados.
Mientras, en Andalucía, en el Puerto de Santa Maria, se elabora en una destilería que data de 1824 los mejores refrescos del mundo. Ello sólo se consigue al utilizar en el proceso artesanal alambiques calentados por agua, distintos botánicos y materias primas muy escogidas que permanecen en maceración durante varias semanas. Naranjas y azahar de Sevilla kewra y cardamomo de la India, lima kalamansi de Filipinas, yuzu japonés… son los ingredientes «culpables» de que reconocidos cocineros del mundo hayan caído rendidos a los pies de estas bebidas premium, tanto para disfrutarla en sus ratos de ocio como para incorporarla en sus creaciones en los fogones.
Mi amiga Marta Boira un día cogió el coche y se puso rumbo a Lodosa (Navarra) para conocer de primera mano las conservas que tanto le sorprendieron cuando las probó por primera vez. Volvió a la capital, tras ese viaje, aún más fascinada por el buen hacer de Pedro Luis porque solo utiliza verdura de temporada y sin aditivos artificiales. Ahora mismo están recolectando puerros, cardo, acelga, repollo, setas y champiñón. Tiene una división de productos ecológicos donde los pimientos del piquillo, asados con llama directa y pelados uno a uno a mano sin sumergirlos ni en agua ni en otra sustancia química, son un best seller. Es una empresa que colabora en varios proyectos solidarios internacionales y también en España
En Cantabria, el abuelo de Serafina elaboraba hace un siglo un postre que ya es conocido en todo el país e incluso cuenta con Indicación Geográfica Protegida: el sobao pasiego. Fuera de nuestras fronteras, hace cinco años su característica masa amarilla causó furor en China.
Algunas de estas historias me las han contado en el supermercado de El Corte Inglés cuando voy a hacer la compra. Porque no sólo me gusta elegir buena materia prima sino también conocer las vivencias y filosofía de quienes elaboran los productos que consumimos en casa.