El maratón de Miami tiene acento español

Mientras la enorme tormenta ‘Jonás’ dejaba el noreste de los Estados Unidos cubierto de nieve, otros en el sureste disfrutaban al aire libre de una de las competiciones más famosas del estado de Florida. La maratón y media maratón de Miami han celebrado su 14ª edición en una ciudad siempre deseada (sobre todo si estás en pleno invierno en el hemisferio norte) a pesar de que este año el frío ha sido mayor de lo normal -7 grados centígrados-. No obstante, sus suaves temperaturas suelen hacer del clima uno de los puntos fuertes del evento: “Después de correr te puedes ir a la playa en pleno mes de enero”, dice Frankie Ruiz, uno de los fundadores de la carrera.

Al otro lado del teléfono puedo adivinar la sonrisa de un hombre que en la sangre no solo lleva raíces cubanas, también mucho deporte: “Empecé a correr con mi padre a los 10 años. He tenido la suerte de poder hacer la maratón de New York, Bogotá, Miami por supuesto y también triatlones. Miami es especial, yo recomiendo a los corredores que las primeras millas corran más suave. Tienen que disfrutar de la energía de la ciudad”, apunta desde la experiencia.

La facilidad a la hora de inscribirte en la carrera es otra de las ventajas de esta maratón. Un rápido proceso a través de su página web te asegura un dorsal sin tener que hacer marcas en competiciones previas, como te obligan por ejemplo, Boston o New York. Por todo ello y a pesar de su juventud, el maratón de Miami cuenta cada vez con más asistencia: “Empezamos con 3.400 corredores y este año esperamos ocho veces más”, dice Ruiz. Y así fue. Este domingo corrieron casi 24 mil runners y en su mayoría con un idioma común, el español.

Hablamos no sólo de una fuerte presencia latina que se desplaza para la competición, también de los nativos, resultado de décadas de inmigración latinoamericana en la ciudad. Sólo en la carrera, un 25% llegaron de fuera de Estados Unidos donde Colombia trajo el mayor número de corredores, seguida de México, Guatemala, Costa Rica, o Perú. “Mi objetivo es lograr que de aquí a diez años, el 50% de los corredores vengan de fuera. Quiero una carrera multicultural como lo es Miami. Quiero que esta carrera sea la carrera de las américas”, desvela su fundador. Una visión más que acertada teniendo en cuenta el peso del mercado latino en Estados Unidos. Eso y el impacto económico que tiene un evento de estas características.

Según un estudio del Centro de Investigación de la Industria deportiva de la Universidad de Temple, el pasado año 2015 la ciudad de Miami tuvo un beneficio de casi 50 millones de dólares gracias a la carrera. “Este año, las previsiones apuntan a que superaremos esa cantidad porque hay mucha gente de fuera que aprovecha el desplazamiento para quedarse mas días y disfrutar de la ciudad”, apunta Ruiz. Un diagnóstico que apuntalan desde el condado Miami-Dade, felices de ser parte de este proyecto. Para su alcalde, Carlos A. Giménez, “es un privilegio reconocer a estos atletas extraordinarios”.

Los buenos pronósticos no hacen más que aumentar si además hablamos de sus sponsors. Pocas son las marcas que a día de hoy no quieren participar en este tipo de proyectos y más en un país como Estados Unidos, donde el deporte forma parte de la  rutina de los americanos. En el caso del maratón de Miami, hablamos de sponsors como Panasonic, Geico, Endurance y un largo etcétera en el que, por supuesto, también se encuentran organismos municipales. Además, empresas punteras del país como Microsoft, Motorola o Royal Caribbean Cruise Line, han animado a sus trabajadores a que participen en la carrera y entrenen juntos para prepararla. Buena idea: Trabajo en equipo y motivación.

La base de cualquier proyecto que persiga el éxito. Si alguien lo duda, que le pregunten a Patricio Navas. A las 5 y media de la mañana se situó en la línea de salida con una historia, una promesa y un viaje: La historia es la de un salvadoreño a quien hace tan solo 11 meses le operan de un cáncer  que le deja sin un riñón y varias costillas. La promesa (cumplida) es la que hizo a Dios, comprometiéndose a cuidarse más si a cambio le dejaba disfrutar de su esposa y de sus hijos ¿Y el viaje? Pues el que le va a llevar a la maratón de Guatemala. Allí, Patricio volverá a derribar el famoso y temido ‘muro’, el de la carrera y el que a veces levanta la vida. Cuando lo haga volverá a cumplir con los principios de todo buen runner: Esfuerzo, constancia y superación y aunque Patricio no vaya a conseguir marcas de atleta profesional,  debe saber que el mejor de los tiempos ya lo tiene en su palmarés.