Eduardo Noriega: «Me enamoré perdidamente de Irene»

Es de esos actores que se prodiga poco en el circo mediático. Cultiva el misterio y solo se deja ver cuando tiene algo que contar. Después de algún tiempo sin asomarse por los medios, Eduardo Noriega estrena ‘Nuestros Amantes’, una comedia romántica que te devuelve la fe en las segundas oportunidades en el amor. Todo empieza en una librería-café, donde su personaje (Carlos) recibe una inesperada proposición de la bella y soñadora Irene (Michelle Jenner). Eduardo Noriega nos cuenta todos los detalles del rodaje:

The Luxonomist: ¿Alguna vez te viste en una situación tan loca como esa? No me conoces, no te conozco, vamos a conocernos… pero prohibido enamorarse…
Eduardo Noriega: Alguna he tenido, pero tan descabellada como la de Irene, no. En una ocasión, una camarera me dejó una nota debajo del plato que me acababa de servir. Son anécdotas más que locuras, pero como la de ‘Nuestros amantes’, en la que Michelle aparece como un hada madrina que viene a mi rescate y, sin pretenderlo, yo también al suyo, no. Lo que al principio parece ser la iniciativa de una chalada, se convierte en un ángel. Muy pocos hombres en la situación de Carlos dirían no a esa propuesta. Lo normal es echar la partidita y ¡a ver qué pasa!

The Luxonomist: ¿Qué habrías hecho si te ocurre algo así en la vida real?
Eduardo Noriega: Te aseguro que en los ensayos, en las primeras pruebas de esta secuencia, probamos a improvisar y ver nuestras respectivas reacciones. Ella hacía diferentes propuestas en distintos tonos, a veces muy seria y en algunas te aseguro que tuve que levantarme y salir de la escena. Me moría del pudor (risas). Yo creo que siempre dependerá del momento en el que te pille esa situación en tu vida. Ellos están pasando por una crisis personal; Carlos está aletargado y este hada madrina le va a recordar las ganas de jugar y va a despertar ese niño juguetón que mi personaje tenía dentro y que estaba apagado.

The Luxonomist: ¿El Eduardo hombre también tiene ese niño?
Eduardo Noriega: Por supuesto… y espero no dejar de tenerlo nunca. Lo de ese hombre me ha sonado muy rotundo, muy contundente, porque yo me sigo viendo a mí mismo como un jovencito, aunque sé que ya soy una persona madura.

The Luxonomist: ¿Te asusta envejecer, el paso de los años?
Eduardo Noriega: No, en absoluto. Crecer es una alegría, crecer es un triunfo y los años hay que celebrarlos. No hay forma de pelear contra eso, así que aprovechémoslo y démosle la vuelta. Seamos cada vez mejores personas, intentemos ser mejores actores y mejores en lo que hagamos cada día. Ese va a ser nuestro triunfo.

The Luxonomist: ¿Tú notas que has evolucionado desde el Eduardo de ‘Tesis’ al de hoy?
Eduardo Noriega: Ahora se cumplen 20 años del estreno de esa película. No sé si es nada o es mucho. Ha pasado el tiempo volando, asusta un poco, pero por otro lado me parece que fue ayer. Cuando veo algún vídeo retrospectivo de mi carrera, me sorprendo de la cantidad de películas que he hecho, algunas incluso las tenía olvidadas. Dos décadas que han pasado rapidísimo, como un pestañeo. Espero que los próximos veinte años no pasen tan deprisa.

The Luxonomist: ¿Qué le ha succionado el personaje de Carlos a Eduardo y qué le ha dado el hombre al actor?
Eduardo Noriega: Hay muchas cosas mías en él. Yo también soy un maniático del control. Aparentemente soy muy cerebral, pero es un arma que utilizo para domar a ‘la bestia’, porque soy muy instintivo. Entre el actor y la persona hay un trasvase que a veces, es difícil de controlar. Todo es un juego, el hombre juega a ser otro como actor, pero sí hay un intercambio inevitable. Yo procuro separarlos, aunque no siempre lo consigo, porque a mí me gusta ducharme en casa (metafórica y realmente). Las dos horas que el actor me deja libres quiero desconectar del mundo y dedicárselas a mi hija, a mis amigos, a leer, a ver una película o a llamar a alguien. Intento no llevarme a casa la secuencia de hoy por salud e higiene mental. Me ha costado mucho conseguirlo, lo que logrado con el paso del tiempo, con la madurez. De nuevo volvemos a hablar de lo que se aprende con la edad (risas).

The Luxonomist: Cuando uno es vulnerable ¿es más peligroso vivir y arriesgar?
Eduardo Noriega: Yo creo que cuando se está pasando por una crisis personal y profesional (que es el caso de Carlos), estás más sensible y también te van a suceder más cosas, de todo tipo, porque estás más receptivo involuntariamente incluso. Lo que necesitas en ese momento es cariño, protección, alguien que te comprenda. La vulnerabilidad es un estado transitorio de sensibilidad y también de creatividad. Hay muchos directores que ‘rascan’ en la vulnerabilidad del actor-persona para sacar más del personaje, lo que puede ser un juego peligroso porque puede hacerte errar en los sentimientos.

The Luxonomist: ¿Alguna vez te ha sucedido?
Eduardo Noriega: En esta película yo me enamoré perdidamente de Irene (Michelle Jenner) ¿Cómo no me iba a pasar? Solo con ver cómo es ella de dulce, alegre, bella, simpática, cariñosa, educada.. y ¡diciéndome esas frases! Me enamoré profundamente desde que la conocí el primer día. Y tenía que ser así para que la empatía entre los actores traspasara la pantalla. Luego, al terminar de rodar, volvía a mi casa, me duchaba y tenía mi vida con mi hija y mi familia, pero cada día en el rodaje me enamoraba de ella. Ese juego me gusta porque el resultado ha sido una química espontánea y natural entre nosotros. No hubo nunca nada forzado. Nos caímos bien y jugamos a enamorarnos al grito de ¡acción!.

The Luxonomist: ¿Eduardo se enamora incluso de los defectos de las mujeres?
Eduardo Noriega: Cuando te enamoras, ¡hasta eso te gusta! Yo creo que es lo bonito del amor, la locura del amor. El enamoramiento es un estado de delirio. Todo lo que luego te va a horrorizar y le vas a reprochar, al principio te apasiona y te resulta entrañable. Cuando se deteriora una relación y le echas en cara al otro las cosas que antes te gustaban, no es porque uno cambie. Lo que cambia es la manera de mirar.

The Luxonomist: ¿Alguna vez te has enamorado y cambiado de manera de ser por la otra persona?
Eduardo Noriega: Yo creo que, cuando estás enamorado y es recíproco, uno saca lo mejor del otro. Estás en un estado eufórico, en la cresta de la ola, lúcido y gracioso. Es como si estuvieras en un estado ebrio, que saca lo mejor de ti, a parte de que tienes en la otra persona el mejor público posible. Cuando estás enamorado todo te parece bien, no protestas, todo te da igual. Lo único que quieres es estar con tu amor, mirando su pestañeo (risas).

The Luxonomist: A pesar de esos momentos ¿por qué os cuesta tanto a los hombres soñar con ser felices?
Eduardo Noriega: Quizás es que somos más torpes, más cortos sentimental y emocionalmente. Yo creo que la mujer, cuando le llega el momento de comprometerse, no lo duda ni un instante. Va hasta el fondo y se planta. Toma decisiones sin traumas. El hombre es más lento, más torpe, más indeciso, seguramente más básico. Ella toma la iniciativa y el hombre la sigue y se contagia del entusiasmo, pero ella es más valiente. Es como lo veo.

‘Nuestros Amantes’ es una historia de amor en clave de humor, apoyada en inolvidables personajes, con diálogos brillantes que surgen de un guión que busca un contrapunto perfecto entre la comedia, la emoción y el romance. Un cuento de hadas urbano y contemporáneo que habla de las segundas oportunidades y de lo complicado que es a veces atreverse a ser feliz.

Sinopsis: Carlos (Eduardo Noriega) es un escritor de guiones de cine de unos 40 años, frustrado profesionalmente. Irene (Michelle Jenner) tiene unos 30 años y no tiene claro qué hacer con su vida. Sobre ellos planean aún las sombras de sus exparejas María (Amaia Salamanca) y Jorge (Gabino Diego). 

Cuando se produce su encuentro en una librería-café, Irene, sin conocerle de nada, se acerca a él y le propone un juego: convertir sus vidas anodinas en una aventura. Ella es una soñadora nata. Carlos ha olvidado cómo soñar. El corazón de ella está roto. El de él, hecho añicos. Son dos seres a la deriva unidos por su brutal sentido del humor y su pasión por los libros. Juntos harán lo que sea para lograr ser felices. Solo hay una norma: no enamorarse.

Esta película es también la carta de amor que su director, Miguel Ángel Lamata, ha querido escribir a su tierra, creando una postal luminosa y romántica de su Zaragoza natal. Una comedia romántica con paisaje propio que se deja impregnar del Woody Allen de ‘Manhattan’, la saga de ‘Antes del anochecer’ o las comedias de Neil Simon.“’Nuestros Amantes’ es, sin duda, mi historia más íntima”, comenta el realizador. “Es una película muy divertida y luminosa, pero va a tener un algo más que sorprenderá, con giros que se acercan al suspense. El casting es el mejor posible, un catálogo de grandes actores y actrices que, además, son muy queridos por el público. El periodo de ensayos ha sido fundamental para trabajar los personajes todos han hecho un trabajo maravilloso”.