Costa Rica fuera de ruta

Quien haya visitado Costa Rica probablemente conozca los lugares habituales que se promocionan en los catálogos y en las guías de viaje. Lugares bellísimos que deben ser visitados, sin duda. Pero, como cualquier país, detrás de esos imprescindibles se esconden otros, no tan conocidos, menos masificados e incluso de belleza superior. Son esos lugares secretos y no tan secretos que conoce la gente local y que, aunque cercanos a zonas archiconocidas, no están en las rutas habituales de los paquetes turísticos y que al viajero inquieto le chifla conocer. Es ir un paso más allá, es descubrir una zona llena de sorpresas, es indagar lo que se esconde detrás de un núcleo turístico a una hora del mismo. El resultado, al menos en Costa Rica, no defrauda, asombra.

*Río Celeste y el refugio de vida silvestre de Caño Negro, en las llanuras del norte
Asegura una leyenda que una vez que el dios Sibú (principal deidad de la mitología talamanqueña) terminó de pintar el cielo, lavó los pinceles en Río Celeste. Un espectáculo único con una combinación de aventura, observación de la naturaleza y actividades geológicas en el que sobresale un sitio denominado ‘El Teñidero’, donde las aguas transparentes se ‘tiñen’ naturalmente de color azul turquesa. Una caminata, un recorrido entre los bosques, conduce a la extraordinaria caída de agua celeste que, al igual que el río, presenta un paisaje sorprendente.

A menos de dos horas se alcanza el área de Caño Negro, un sitio de importancia mundial por la conservación de los humedales. Es vital  para el mantenimiento ambiental de la zona norte del país. Su hábitat posee una gran variedad de especies de flora y fauna, muchas de ellas únicas o en peligro de extinción. Durante la época seca, ‘El Refugio’ toma importancia porque se convierte en el suplidor de alimentos para miles de aves acuáticas que llegan a este humedal.

En algunas de ellas, el plumaje cambia de color por la ingesta de moluscos que le dan una coloración rosada. Por la gran riqueza natural del entorno, se han observado especies de plantas y animales que no se encuentran en otras partes del país. Entre ellas destaca el prehistórico pez Gaspar, considerado un fósil viviente. 

Dónde dormir: Hotel Río Celeste Hideaway. Rodeado de exuberante bosque tropical, cada una de sus 26 amplias casitas (bungalows) ofrecen un refugio exclusivo en el que los huéspedes pueden relajarse en medio de la impresionante selva. El hotel dispone de hermosa arquitectura tropical que refleja la belleza de las maravillas naturales de Costa Rica y da la oportunidad de disfrutar de lo mejor de la auténtica hospitalidad cultural local.

* Parque Nacional Marino Ballena y Playa Ballena 
Es el sitio de migración más meridional de la ballena jorobada, un mamífero de 15 a 16 metros de largo en peligro de extinción, del que solo existen 5.000 ejemplares en todo el mundo. Fue creado con el fin de proteger los arrecifes de coral, las rocas de bahía Coronado y la migración de ballenas, las cuales se pueden observar de diciembre a abril y de agosto a noviembre. El ambiente del litoral atrae a coloridas aves. Es una rica y apetecible área para bucear.

La playa, de arena fina, poco oleaje y casi desierta ya que apenas recibe turismo, es perfecta para ver animales, desde aves a delfines. Es de gran belleza por el paisaje costero donde se ubica y comprende además la ‘Isla Ballena‘ situada frente a su costa, a menos de 3 kilómetros, y resulta muy apropiada para el buceo. Tanto Playa Ballena como la isla del mismo nombre y las rocas ‘Tres Hermanas’ forman parte del Parque Nacional Marino Ballena, que se extiende desde Punta Uvita hasta Punta Piñuela.

*Cataratas de Nauyaca 
Estas hermosas cataratas, que pasan por ser de las más bonitas de Costa Rica, también son conocidas como ‘Del Santo Cristo’ o ‘Don Lulo’. Se ubican a unos 12 kilómetros de Dominical, carretera a San Isidro del General. Para llegar a ellas, se realiza una cabalgada y ya en el lugar se disfruta de estos hermosos saltos de agua que rodeados de vegetación y que invitan al turista a nadar en su amplio y seguro estanque.

Dónde dormir: Cristal Ballena. Este bonito hotel de estilo mediterráneo descansa sobre un bosque tropical con vista al Parque Nacional Marino Ballena. El avistamiento de ballenas, los tours en bote, la observación de aves, el snorkel y el surf son solamente algunos de los emocionantes tours disponibles. Posee tres niveles de CST (Certificado para la Sostenibilidad Turística), promovidos por el Instituto Costarricense de Turismo desde 1998, que garantizan la sostenibilidad y el buen uso de los recursos naturales de estos alojamientos.

*Caminos de Osa
Hay un lugar en Costa Rica donde el bosque tropical se junta con el mar y da como resultado 370 especies de pájaros, 140 especies de mamíferos, 6.000 tipos de insectos y 300 de árboles. Dicen que es el lugar biológico más intenso del planeta, una joya con el 2,5% de la biodiversidad del mundo.

El proyecto ‘Caminos de Osa’ es un modelo de desarrollo sostenible en la región que surge con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las diferentes comunidades e impulsar un modelo sin comprometer los recursos naturales de la zona que la rodean. Este nuevo destino turístico ofrece tres senderos a lo largo de la Reserva Forestal Golfo Dulce con los que se consigue reducir la afluencia al Parque Nacional Corcovado aumentando la visita de turistas a los negocios de turismo rural de la población local de las comunidades cercanas a estos senderos, logrando convivir con la naturaleza de manera sostenible.

Dónde dormir: Lapa Ríos. Ubicado en una reserva natural privada, Lapa Ríos posee una hermosa vista hacia la intersección donde el Golfo Dulce se une con el salvaje Océano Pacífico. Esto lo hace un destino que se identifica con la idea del paraíso para todos, que fue construido por John y Karen Lewis como una reserva privada de naturaleza. Esta pareja de Minnesota, guiada por una visión, vendió todos sus activos para financiar la compra de un gran pedazo del bosque lluvioso y construir un pequeño proyecto turístico para mantener la reserva.

Lapa Ríos fue creado en armonía con el ambiente de bosque y playa que lo rodean. El edificio principal y las cabañas están construidos en tres diferentes niveles, conectados por senderos y escalones. A 350 pies de altura sobre el mar, Lapa Ríos disfruta de una fresca brisa tropical. El restaurante y el bar se encuentran en el edificio principal, el cual fue construido con materiales naturales locales, y que se proyecta sobre el bosque con sus 50 pies de altura.

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