El corazón más salvaje y puro del Amazonas

Las ideas se me amontonan y no sé por dónde empezar. Cuando esto me sucede siempre opto por lo obvio, comenzar por el principio.

Carla Royo-Villanova. 19/07/2016

Apenas contaba nueve años, era el año 1978, cuando mi padre dijo en casa que se iba a la selva amazónica para conocer de primera mano la obra que allí realizaban los padres de la Compañía de Jesús. Sinceramente no recuerdo qué pensé en aquel momento, pero mi padre se fue durante un mes. Le experiencia le fascinó y la selva le cautivó para siempre. Es entonces cuando recordar se me hace fácil. Casi 40 años viajando a las comunidades Aguajún y Wambisa han hecho de él una persona implicada al 100% con los indígenas.

Comunidad aguajun en Borja
Comunidad aguajun en Borja

Durante todo este tiempo he escuchado con interés sus increíbles historias, aventuras que poca gente puede contar. La selva amazónica era muy conocida para mi imaginación. Casi como si hubiera estado ahí. En mis sueños la tocaba, la olía, la veía con claridad. Imaginaba a los aguajún riendo con los chistes de mi padre. Imaginaba a los niños partidos de risa tocando su larga barba y disfrutando viéndole comer los gusanos que cogían para él. Veía a las mujeres de la tribu sonreír tímidamente mientras él les decía lo bien que cocinaban o lo guapas que eran. Ciertamente lo son, pero yo me cansé de imaginar. Había llegado el momento de acompañarle.

Los niños hacen tareas de mayores desde muy pequeños
Los niños hacen tareas de mayores desde muy pequeños

Futuro Solidario fue fundado por mi padre en los años 80. En aquel entonces los padres jesuitas de Condorcanqui pidieron su ayuda económica para luchar contra las plantaciones de cocaína que el narcotráfico quería imponer en la zona. Necesitaban gente para convencer a todos los indígenas de la selva amazónica peruana para que no cayeran en la tentación. Con el esfuerzo económico que llegaba de Madrid y la ilusión de tantos aguajún que se implicaron en aquella ardua y complicada tarea, una tarea que parecía imposible, se consiguió.

Los jesuitas
Vista de la comunidad de Villa Gonzalo

Solo un argumento convenció definitivamente a aquellos aguarunas: La cocaína era capaz de matar a niños, adolescentes y adultos de todo el mundo. A partir de entonces comenzó una nueva etapa para los misioneros jesuitas, ahora podían centrarse más en la educación, en la sanidad y en la investigación agropecuaria para poder ofrecer a las comunidades una mayor variedad de alimentos. Fueron tiempos en los que La Compañía de Jesús ejercía de estado. Les ayudaba y apoyaba en todas aquellas carencias que los gobiernos desatendían. Todo aquello yo tenía que verlo con mis propios ojos. A pesar de ser un viaje del que tanto había oído hablar, cuando en marzo decidí que le acompañaba, la excitación e incluso el vértigo días antes de mi marcha, invadían las horas de mis días.

Las comunidades no tienen agua corriente, el río es su vida
Las comunidades no tienen agua corriente, el río es su vida

Llegar a Santa María de Nieva fue toda una expedición. Desde Lima un 737-500 nos lleva hasta Chiclayo y desde ahí cruzamos los Andes en autobús hasta la ciudad de Jaén. Es 5 de junio, jornada electoral en Perú. Hay ley seca y todos están obligados bajo pena de multa de 30 dólares a votar. La ciudad es un caos de polvo, moto-taxis y gente alborotada. Muchas personas lloran en el tanatorio que ha instalado una carpa en plena calle. «Apresúrate, no te fíes de las horas venideras, el que no esté dispuesto hoy, menos lo estará mañana», reza un cartel en el hotel Danubio donde pasaremos noche. Hilton es el aguajún que nos acompaña, no es recomendable ir solo. Comienzan entonces las historias vividas por mi padre, sus recuerdos (quizá ya exagerados en su memoria) se avecinan como futuras aventuras.

la ciudad de Santa María de Nieva desde la orilla de enfrente, y barcas típicas para el desplazamiento de los aguajun
La ciudad de Santa María de Nieva desde la orilla de enfrente y barcas típicas para el desplazamiento de los aguajún por el río

Llego a Santa María de Nieva después de recorrer durante más de seis horas las penosas carreteras de acceso hasta la capital de la amazonía peruana. Derrumbes de piedras, lodo, agua descontrolada, verdes acantilados entre cañas de bambú, palmeras y pozos de petróleo. Muchas horas para pensar; tanta riqueza da esta tierra pero son baches y socavones los que me acercan a la capital. Pero antes hay que llegar a Imaza y coger una chalupa, que bien manejada por Mauricio, finalmente nos dejará, cuatro horas después, en Santa María de Nieva.

Impresionane amanecer en el río Marañón
Impresionane atardecer en el río Marañón

El río Marañón ofrece sus aguas en un día soleado. El Amazonas abre mis ojos a otra realidad. Santa María de Nieva es la capital, pero pocas calles están asfaltadas, los niños creen que soy misionera, me llaman hermana. Desconocen la palabra turista y mi pelo les atrae, piden tocarlo. A partir de ahí todo son historias concretas, vidas que fueron ajenas y ahora no puedo sacar de mi cabeza. Comprendo la pasión que mi padre ha puesto todos estos años en los pueblos aguajún y huambisa, pero queda mucho por hacer. A El Rincón de Carla iré trayendo esas historias, son muchas y bien merecen que otra realidad sea por muchos conocida.

Al salir de la escuela en Villa Gonzalo
Al salir de la escuela en Villa Gonzalo

Os llevaré a la Comunidad de Villa Gonzalo, donde un misionero laico, Miguel, conduce la escuela de primaria con el apoyo de los jesuitas. Allí donde los niños no tienen agua corriente y mueren de tifus, la escuela y el cariño de Miguel les hace vivir la infancia. Se agolpan a su alrededor y se pelean por sujetarle la mano. Sus pies descalzos y llenos de barro pisan una vida que quizá les sea corta.

En Ciro Alegría
Carla en la comunidad de Ciro Alegria con el Apu Jose y su familia

Viajaremos hasta Ciro Alegría para ver cómo vivían los aguajún en su querida selva y cómo intentan mantener sus tradiciones contra viento y marea, contra la civilización por nosotros conocida. Una civilización que como el buen perro saca al pez del agua para que no se ahogue.

Cruzando el
Cruzando el Pongo de Manseriche

Cruzaremos el Pongo de Manseriche, el Pongo más peligroso del mundo y bajo cuyas aguas se cuentan por centenas los ahogados. Visitaremos Tunaants para descubrir los misterios de la selva, su flora y su fauna en extinción. Y os presentaré a Santiago Manuin, el guerrero de la Paz, a Claudia que huyó de su comunidad para no ser casada con un empresario 40 años mayor que ella.

Carla con
Carla con el Apu Jose en Ciro Alegría

Os presentaré a Andumela, ‘La Loquita’, pero que de loca no tiene nada, una mujer  que dio a luz a 15 hijos mientras su marido la molía a palos. Ahora teme por su vida y llora pensando qué será de los siete niños que le quedan vivos si ella muere y no puede seguir vendiendo collares que hace con las semillas que recoge. Y muchas historias más de una realidad que no es la nuestra, pero que lo es de miles de personas que habitan el pulmón de la tierra mientras observan cómo nuestra civilización les pone su vida complicada.

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