Tips para que tu viaje pase volando

Llegar a nuestro destino a veces puede ser muy aburrido. Te damos algunas claves para que también aproveches los desplazamientos.

Patricia Peyró. 09/08/2016

¿Cuánto tiempo de nuestra vida pasamos dentro de un vehículo? Solo ir al trabajo nos lleva alrededor de 187 horas al año, tiempo que parece multiplicarse con los desplazamientos veraniegos. Ya sea para aprovecharlo haciendo algo útil, para relajarnos o simplemente para no aburrirnos, ¿cómo hacer que el tiempo vuele en nuestros viajes? El dato proporcionado por Edenred en su estudio realizado entre usuarios de Madrid y Barcelona, es que los españoles pasamos nada más y nada menos que 8 días completos al año (o 1 día al mes) viajando en metro y en desplazamientos que duran más de una hora al día, en el 52% de los casos.

Aprovecha el tiempo mientras viajas en metro al trabajo
Aprovecha el tiempo mientras viajas en metro al trabajo

Éste puede ser un mero dato estadístico con el que hacer alarde cultural entre amigos, pero lo cierto es que estas cifras astronómicas nos llevan a una cuestión aún mayor: ¿Qué es lo que pasa dentro del autobús, el tren, el avión o en nuestro propio coche, además del tiempo? ¿Por qué no convertirlo en algo productivo? Transformar este tedio del tiempo intertrayectos en una gran oportunidad puede ser tan sencillo como plantearse algunos objetivos.

Evita aburrirte usando el móvil o mirando a los que tienes cerca
Evita aburrirte usando el móvil o mirando a los que tienes cerca

Hito 1. No aburrirse. Siguiendo con la línea de evitar el tedio entre raíles, los psicólogos aconsejan, en primera instancia, buscar “actividades ligeras con las que no aburrirse y con las que encontrarse a gusto”. Aunque posiblemente el pasatiempo más distractor de todos sea mirar al prójimo, fijarse en cómo viste, en cómo habla o cómo se mueven los compañeros de vagón, definitivamente no es una buena idea. “El mirar fijamente a alguien puede interpretarse de forma amenazante o generar incomodidad en la otra persona, además de contemplarse como un gesto de mala educación”, explica la psicóloga consultada. Por esta razón, es conveniente llevar algún elemento accesorio con el que poder pasar el rato.

El móvil puede ser una alternativa válida, siempre que nuestro viaje disponga de la conectividad necesaria para realizar actividades distractoras como el leer noticias, revisar el correo o darle un buen repaso a Twitter. “Puede ser el momento ideal para comunicarse y responder a esos mensajes pendientes que vamos dejando, como decirle a tu madre que vas a ir a verla el fin de semana o responder al grupo de WhatsApp de los amigos”, aconseja. La otra opción pasaría por hacer sudokus, escuchar música o marcarse un Candy Crush.

Mete un libro en tu bolso o en tu maleta para el viaje
Mete un libro en tu bolso o en tu maleta para el viaje

Hito 2.  Leer y ver imágenes inspiradoras. Es un tópico, pero funciona, aunque tiene que ser una lectura que nos guste y aporte algo. De no ser así incurriríamos nuevamente en el aburrimiento que, por cierto, es nocivo para el cerebro según el reporte de la neurocientífica Judy Willis. En 2014, demostraba el resultado de sus 20 años de experiencia observando la actividad cerebral en modelos educativos, encontrando que el estrés y la ansiedad tienen consecuencias perniciosas en el circuito cerebral. Por el contrario, “la motivación positiva impacta en el metabolismo del cerebro conduciendo los impulsos nerviosos hacia las áreas de memoria y liberando los neurotransmisores que incrementan la atención”.

Todo cambia, pues, encontrando ese algo inspirador que nos motive y nos lleve a la acción posterior. ¿Qué tal dar un repaso a Pinterest o Instagram para coger ideas? ¿O repasar las críticas gastronómicas de un buen gastroblogger para hacer planes el fin de semana y sorprender a nuestra pareja?

Leer, contestar mails, informarte de los lugares a los que irás... ¡Hazlo en el viaje!
Leer, contestar mails, informarte de los lugares a los que irás… ¡Hazlo en el viaje!

Hito 3.  Producir. Este es un consejo no apto para todos los públicos. “Se trataría de aprovechar el trayecto para sacar algo de trabajo, para estudiar o para repasar apuntes que sirvan para preparar una reunión, por ejemplo”, propone la experta. Los fans de la gestión del tiempo lo definen como el realizar todo lo posible de modo productivo y eficiente sin perder nada de un tiempo que se podría emplear de mejor manera. “Éste es un consejo muy válido para personas capaces de concentrarse casi en cualquier lugar y con independencia del entorno, como puedan ser altos ejecutivos expuestos a una alta presión que les obliga a sacar trabajo y tiempo de donde sea”, aclara.

Las personas con un nivel menor de exigencia pueden también usar esos 30 minutos de viaje para realizar plannings de acciones que quieren acometer con posterioridad. «Aunque hacer un buen checking list requiere de concentración porque supone un ejercicio de memoria y de estructuración de prioridades”.

Un buen momento para relajarte y meditar
Un buen momento para relajarte y meditar

Hito 4.  Meditar. Contrariamente al hito anterior, bastan 10 minutos al día para tomar conciencia de uno mismo realizando una pequeña meditación consciente. Es un consejo del experto en Mindfulness Andy Puddicombe, quien prescribe la total ausencia de actividad durante 10 minutos al día para generar conciencia plena y experimentar el momento presente. Se requiere entrenamiento, pero se puede hacer. Sin llamar la atención y sin poner cara o postura zen.  Como dice Puddincombe: «¿Cuándo fue la última vez que no hiciste absolutamente nada?» Según el autor, en la sociedad hemos renunciado a relacionarnos con el entorno, perdidos en nuestro propio estrés y obsesiones. Por ello, aconseja cuidar lo mejor que tenemos, nuestra mente, alejándola de la preocupación y del pensamiento y ubicándola en el momento aquí y ahora.

Los viajes son un buen momento para desconectar del estrés
Los viajes son un buen momento para desconectar del estrés

Hito 5.  Simplemente esperar y nada más… ¿o sí? Reconozcamos que a veces somos incapaces de hacer nada útil, ni por activa ni por pasiva.  Es entonces cuando comienzan los auto-tocamientos:  nariz, boca, oreja… Además de atusarnos el pelo, comprobar la hora cada diez segundos o buscar nerviosamente objetos en el bolso hasta encontrar un chicle. ¿Acaso no podemos estarnos quietos ni tres minutos? Pues no, pero existe una explicación científica: todos estos movimientos son en realidad conductas adjuntivas.

Aunque generalmente se relacionan dentro de la psicología con la entrega de alguna recompensa posterior, asimismo “son una estrategia conductual para estimar el tiempo”, explica la doctoranda de la UNED Gabriela Eugenia López Tolsa Gómez.  En la realización de sus tesis, estudia la razón por la que gestos como llamar compulsivamente al ascensor nos dan la falsa sensación de que podremos acelerar el tiempo de espera. En cambio, el realizar conductas adjuntivas, como colocarse la chaqueta, repasar y ordenar lo que llevamos en los bolsillos tras estirarnos la chaqueta “se trata de una estrategia conductual que hace que la espera sea más llevadera, haciéndonos menos impulsivos, a la par que nos ayuda a estimar mejor el tiempo”.

¡Sueña! ¿Qué te lo impide?
¡Sueña! ¿Qué te lo impide?

Hito 6. Fantasear y tontear por deporte. La fantasía es una actividad mental que nos permite ir más allá de nuestra realidad y el metro un escenario que bien se puede abandonar un rato para dejarse llevar hacia esos sueños diurnos exentos de limitación. Montarse películas no es tan malo. Las fantasías pueden hacerse realidad si la persona se orienta a conseguirlo, aunque también pueden ser simplemente un pensamiento distractorio que no invite necesariamente a la acción”. Éstas fueron las conclusiones de un estudio de los investigadores Oettingen y Mayer el año 2002, al encontrar una cierta relación entre aquellas fantasías positivas no acompañadas de acciones concretas para su consecución con el clásico perfil de Antoñita la Fantástica.

El trayecto es sólo parte del objetivo: tu destino
El trayecto es solo parte del objetivo: tu destino

Montarse el cuento de la lechera es divertido, pero sabiendo que es un cuento: nunca debemos confundir nuestros deseos con la realidad. Puestos a imaginar, es igualmente eficaz para pasar el rato, e incluso más divertido, el recrear batallas en las que uno mismo o los compañeros de vagón son los protagonistas. ¿Qué pasaría si la mujer sentada frente a nosotros se agarrara a la barra del metro y se arrancara a lo Beyoncé en ‘Dance for you’?

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