Estética para trogloditas

Visitamos Smith&Wollensky en Miami, restaurante en el que el peso mínimo de la carne que te sirven es de 400 gramos.

Jesús Andreu. 26/08/2016

Este no es lugar para vegetarianos, aunque tenga muchas verduras. Tampoco para almas sensibles, aunque esté junto al mar, y ni siquiera, para comedores normales. Es solamente para carnívoros y especialmente para aquellos del tipo Picapiedra. Les hablo de una de las casas más famosas de los Estados Unidos, donde hasta se han rodado películas como ‘American Psycho, lo que me parece normal, o ‘El diablo se viste de Prada, lo que, según se mire, podría ser hasta una incongruencia. O no tanto, porque en ahí se sigue concibiendo la comida como en los peores tiempos de la peste y las hambrunas, como si cada refección fuese a ser la última. Productos básicos y reconocibles, recetas tradicionales y, sobre todo, cantidades gigantescas.

Fachada de
Fachada de Smith&Wollensky

El fuerte de esta casa, fundada en el Nueva York de los 70 y favorita de los famosos de todo el mundo, es la carne y no se sirve ninguna que pese menos de 400gr, o sea, todo lo contrario de lo que cualquier médico –y cualquier persona sensata- recomendaría. Pero da igual, esto es EEUU y aquí nada es pequeño, ni las personas, ni los accidentes geográficos, ni siquiera las tormentas, que más bien son tifones y huracanes.

Vistas desde el comedor
Vistas desde el comedor

Ahora hay de estos Smith&Wollensky (nunca hubo ni un Smith ni un Wollensky, son dos apellidos elegidos al azar en dos incursiones en la guía telefónica de NYC) por todo el país y, en una visita reciente, visité el más sorprendente, el de Miami. Sorprendente porque estas comidas contundentes poco se adecúan a los climas tropicales pero, ya les digo, aquí todo es distinto.

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Cangrejo local

Afortunadamente, mantienen sus colores blanquiverdes y las maderas y el cuero de la casa madre. Además aprovechan la localización para abrirse a un brazo de mar con bellas vistas de la ciudad y de su isla más chic, Fisher Island, y para servir un delicioso cangrejo de los mares locales, fresquísimo, enorme y del que –gran acierto- sólo se ofrecen las patas. Lo sirven con medio limón y una deliciosa mayonesa de mostaza. Después, uno de los detalles de antigua elegancia de la casa (otro es el excelente pan de brioche): tras ensuciarnos los dedos, el camarero exprime limón natural (nada de pañuelitos o lavamanos) sobre ellos y cambia las servilletas.

T Bone, la especialidad de la casa. Pero, ojo, no lo pidas muy hecho o lo pasarán demasiado
T Bone, la especialidad de la casa. Pero, ojo, no lo pidas muy hecho o lo pasarán demasiado

Pedir una entrada ya es una heroicidad, porque las raciones son gigantescas y las carnes de la Prehistoria. El T Bone está  demasiado hecho porque aquí ‘al punto’ significa otra cosa, ya que a los americanos todo les gusta mucho más hecho a a nosotros, hasta el punto de considerar nuestro ‘poco hecho’ directamente crudo. La carne está muy bien madurada y es tierna y muy sabrosa. Lo mismo sucede con el ‘pequeño’ entrecotte de sólo 400gr. También son excelentes todas las guarniciones, en especial las patatas fritas.

Las guarniciones están ricas, especialmente las patatas fritas
Las guarniciones están ricas, especialmente las patatas fritas

Hay otras carnes muy del gusto americano, como el solomillo -excelente– que ven más abajo, o quizá no, porque aparece entre nubes de gorgonzola y estrellas de bacon. A ellos les encanta, pero a mí me parece que lo mismo podría ser carne que pollo debido a lo fuerte que es la salsa. 

Solomillo bajo una gran capa de salsa y bacon. ¿Podrías con él?
Solomillo bajo una gran capa de salsa y bacon. ¿Podrías con él?

Los postres son como para una fiesta de cumpleaños de trogloditas. Como en todo gran restaurante americano que se precie tienen creme brulée y, quizá por ser francesa, tiene dimensiones más humanas aunque de humanidad obesa, eso sí.

Creme Bruleé de postre... si es que puedes después de la carne
Creme Bruleé de postre… si es que puedes después de la carne

La tarta de chocolate, a la que ellos mismos apodan gigantic, es buena en su muy tradicional combinación de bizcocho y chocolate (y una porción alimenta a muchas personas). Al parecer, una vez se la comió una señora sin ayuda y pasó varios días con la cara completamente verde.

La tarta de chocolate, riquísima y para compartir mínimo entre cinco personas
La tarta de chocolate, riquísima y para compartir mínimo entre cinco personas

La de coco es más llevadera, algo más pequeña y, sobre todo, más ligera. También vale para unos ocho, si son normales. De hecho, la de chocolate fue compartida entre cinco y no se comió ni la mitad…

La tarta de coco, algo más ligera que la de chocolate
La tarta de coco, algo más ligera que la de chocolate

Una pena, pero es que para comer aquí hay que ser americano o estar loco. No hay nada sorprendente ni refinado, solo buenos productos y enormes cantidades. Los precios son altos y en el caso de los vinos, carísimos, pero ese es pecado habitual en todo el país. Sin embargo, es un lugar obligado para todo carnívoro que se precie y, mucho mejor, si el carnívoro no ha desayunado e incluso, cenado. *Fotografías: Jesús Andreu.

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