Costa Rica, viaje a la cultura sostenible
Costa Rica, con C de construcción, es un país ejemplar. Con C de cultura, de café y cacao, colonial y colorida. Rica en verde y en cascadas, en flora y en fauna pero también en paz, en historia y en biodiversidad.
Cristóbal Colón arribó a un vergel caribeño al que los indígenas llamaban “Coquerrica”. Era su cuarto viaje y lo que allí vio lo dejó escrito en su «Carta de Jamaica« a los Reyes Católicos: «Una tierra con un gran litoral lleno de bellezas naturales nunca antes vistas y muy rica en oro». Se equivocaba en una cosa que probablemente haya sido la salvación del país. Costa Rica tiene de todo, menos oro. El oro que confundió a Colón no era otro que el que llevaban aquellos habitantes, probablemente regalos de sus vecinos los Mayas. La riqueza de Costa Rica no es material sino casi sobrenatural. Hoy en El Rincón de Carla os relato el viaje al país más sostenible. Un viaje cargado de historia y aprendizaje.
Más de 1500 especies de orquídeas crecen en los bosques nublados y lluviosos del país, pero también una gran variedad de flora que escapa a nuestra imaginación.
Desde el Hotel Lodge Poás donde nos alojamos la primera noche, subimos hasta el volcán Poás, aquel que tiene el tercer cráter más grande del mundo entre los volcanes activos. Comenzaba el espectáculo de colores que a partir de ahora dominarían el viaje.
Púas, la flor morada que dio origen al nombre del volcán, dibujaba pequeñas pinceladas entre un verde casi fluorescente. El Cráter aparecía ante mis ojos entre nubes y los claros. Rojos, amarillos, ocres, grises, en un entorno que se adivina único. Si Costa Rica es color entre otras muchas cosas, para colores Sarchi, en el Valle Central.
Las carretas de colores han hecho de esta ciudad la más famosa por su artesanía. Las carretas de bueyes llegaron Veracruz desde Gudiña (Orense) gracias a Fray Sebastián de Aparicio quien en 1536 quiso con ellas ayudar a los agricultores indígenas. A mediados del siglo XVI ya había fábricas de carretas en Veracruz pero no llegaron a Costa Rica hasta 1750. Fue en 1900 cuando en Sarchi, Isidro Chaverri comenzó a pintarlas, aportando así una peculiaridad que las diferenciaría del mundo.
Son ahora obra maestra de la humanidad, símbolo del trabajo y de la paz. En Sarchi se encuentra la carreta de bueyes más grande del mundo, construida en 2006 en el taller de otro pionero y veterano fabricante de carretas, Eloy Alfaro.
Cinco metros de altura repletos de trazos perfectos en gamas de color. Y en su taller se puede pasear entre los artistas que trabajan concentrados pero no tienen inconveniente en hablar con la gente. Diez horas al día pintando, casi podrían hacer con los ojos cerrados aquello que para nosotros se aventura imposible.
Por centenas se cuentan los colibríes en los alrededores del volcán Poás y en otras zonas del país. Cincuenta especies de colibríes anidan, viven y disfrutan de las selvas costarricenses.
En San José de la Montaña, hay un restaurante llamado Chago’s donde puedes comer rodeado de ellos. También, pero de forma controlada se pueden ver colibríes en los Waterfall Gardens de la cascada de la Paz.
Un paseo que aúna todas las riquezas de flora y fauna del país. Desde las hermosas orquídeas, o los tucanes, hasta los majestuosos y bellos jaguares, pasando por las ranas de todos los colores, serpientes o monos. Posee el mariposario más grande del mundo y uno puede ver a un palmo cómo salen de las crisálidas las más bellas mariposas. Un refugio para aves y animales que han sido rescatados de la perversión humana. Un paseo que nos lleva hasta tres impresionantes cascadas, Templo, Magia Blanca y por fin La Paz.
Si la cascada de La Paz es una de las más visitadas de Costa Rica y su salto de 32 metros uno de los más fotografiados, no son menos impactantes las que se pueden visitar desde el Lodge & Spa El Silencio. Caminamos paralelos al cauce del río Gorrión, lo llaman el camino misterioso pues al caer la noche pueden escucharse voces escondidas entre ceibas, helechos y palmeras. Durante el día sin embargo, es atravesar la selva o el bosque lluvioso como lo denominan los ticos, disfrutando de la pura vida. La lluvia no molesta, sino que aporta a la excursión autenticidad y frescura.
El primer salto es Melodía. 30 metros de melodía que puede escucharse desde el pequeño puente que hemos de cruzar. El Silencio nos espera, es el segundo salto de agua. Silencio el que produjo en mi interior, silencio, no quiero ver ni escuchar nada más. La tercera cascada es aún más impresionante, no en vano la llaman La Promesa.
Ahora desde 62 metros de altura salta el agua en caída libre hasta un pequeño lago donde en la estación seca uno se puede bañar. Ver cascadas siempre impresiona pero sentirlas tan cerca que tu piel se moja, es sentir la libertad, es sentirte parte de la naturaleza.
El cacao y el café son dos importantes Ces de Costa Rica. El cacao llegó a ser incluso moneda y los cafetales son los mejores del mundo. Árabica, suave pero muy aromático, sin acidez, sin cítricos. Para aprender de su cultivo, recolecta y proceso de elaboración visitamos la Finca Rosa Blanca que es además hotel.
El café que allí elaboran tiene una calificación de 85 (el máximo es 89) Rosa Blanca era en 1985 un devastado campo de motocross. Otro ejemplo más de cómo con pasión y amor a la naturaleza se puede obrar el milagro. En 2010 obtuvieron el premio mundial de agricultura sostenible. Donde antes no había nada anidan ahora más de 130 especies de pájaros. Y en cuanto al café orgánico de Santa Rosa diré que la clase magistral, in situ y por un experto entre los expertos, será merecedor de artículo próximamente. Dejemos para hoy la belleza de los bancales de café bajo la sombra de los plataneros y la mirada permanente del volcán.
La Costa Rica Colonial es quizá la más desconocida. Cartago, Nicoya, Orosi, Alajuela, Heredia, Barva, muchas de ellas en el Valle Central. Cubujuquí, Villa Vieja, la ciudad de las flores por sus jardines y bellas mujeres. Heredia. Capital que fue del Estado. Apenas 400 metros bastan para revivir la época colonial. El mercado, el fortín, la Universidad, la imponente iglesia de la Inmaculada Concepción y otros edificios como Correos, la Escuela República Argentina, el Liceo o la Casa de Cultura nos harán viajar al siglo XVIII colonial, admirar su arquitectura elegantemente sencilla, armoniosa y singular.
También bajo el volcán Barva la ciudad con mismo nombre. Patrimonio cultural, capital del agua y famosa por sus máscaras. Pintorescas casas de adobe y las raíces culturales de un país se concentran en este pequeño pueblo ubicado en la ladera del extinto volcán Barva y rodeado de plantaciones de café.
Fue colonizada en 1561 y tanto su iglesia, como el Parque central y varios de sus edificios son Patrimonio Nacional. De aquella época colonial queda la tradición de las mascaradas. Los gigantes y cabezudos tienen en Barva la integración perfecta entre las mascaradas coloniales y las que ya existían en la era precolombina.
Costa Rica tiene en su haber la ciudad más limpia del mundo, Grecia que es también la más dulce por las plantaciones de azúcar. Su iglesia neo gótica es Monumento Nacional, levantada por la empresa de Eiffel es toda de metal.
Colón no encontró oro en Costa Rica, eso fue motivo más que suficiente para dejarla tranquila, y a partir de entonces, indígenas de Centro América llegaban a ella huyendo de guerreros, buscando la paz. Es una de las democracias más antiguas y consolidadas del mundo, abolió el ejército en 1948, todas las empresas del país tienen un fuerte compromiso con el medio ambiente, se contratan con prioridad a los miembros de las comunidades, no está permitido fumar en plazas ni jardines.
La mayoría de Resorts tienen sus propios huertos de abastecimiento y es frecuente encontrar hoteles amigables con el medio ambiente. Hace un uso apropiado de sus recursos naturales y culturales, y apuesta por la calidad de vida de sus comunidades. Costa Rica es consciente de la importancia que tiene la naturaleza y el medio ambiente. Su riqueza es la biodiversidad, de la que concentra el 6 % del mundo. Los más bellos y diversos Parques Naturales, La Amistad, Braulio Carrillo, el volcán Irazú, o Poás o Arenal, Cahuita, Ballena, Santa Rosa y así hasta 32, que ocupan el 20 % del territorio nacional entre playas y volcanes.
Costa Rica no es solo pura vida, es adentrarse en un amplio mundo que aúna sostenibilidad, con historia, artesanía, tradición, gastronomía y paz.
*Más información: www.visitecostarica.com