#Close to… Iñaki Gabilondo

Suele ser él quien está al otro lado preguntando, pero hoy cambian los papeles. Descubrimos a la persona detrás del gran periodista.

Amalia Enríquez. 17/01/2017

No voy a decir que estuviera nerviosa ante el encuentro, pero sí tenía esa inquietud en el ánimo que nos suele invadir a los que practicamos el respeto y la admiración. Le recuerdo en mi vida profesional desde siempre. Gracias a ella pude conocerle “en la distancia corta” y, aunque nunca tuve el privilegio de trabajar con él, le he seguido muy de cerca para ver si conseguía “heredar” algo. Nos encontramos en su segunda casa, en una planta alta del edificio que ha sido su hogar profesional casi toda la vida. Un lugar con mucha luz natural. La otra, la de la experiencia y el buen hacer, ya la pone él…

iñaki gabilondo
El selfie de la portada se hizo así.

TL: No sé si esta situación de ‘entrevistador entrevistado’ me intimida más a mí por respeto o te incomoda a ti porque prefieres siempre estar donde yo me encuentro…
Iñaki Gabilondo: No me intimida ni incomoda, nada en absoluto. Somos amigos y vamos a charlar un rato de nuestras cosas.

TL: ¿Uno se acostumbra a ser centro de atención?
IG: He hecho muchas entrevistas en mi vida y me las han hecho, como consecuencia de mi trabajo. No es cuestión de acostumbrarse, lo asumes como parte de esta profesión. Lo que a mí me puede hacer sentir incómodo es la persona que me la haga o a quien se la haga yo. Depende de con quien esté y de la afinidad que tengamos, no me importa estar en una posición o en otra. Si fuera yo quien te entrevistara a ti, me sentiría muy bien porque no tengo ningún tipo de incomodidad contigo.

iñaki gabilondo entrevista
“Yo me crié en la radio y lo que quería era trabajar en ella, vivir en ella, estar en ella”. En la imagen, en un acto en el Kursaal de Donosti, en el que él fue el orador.

TL: Mi vida es mucho menos interesante, te lo aseguro (risas) ¿Has vivido esa incomodidad con algún entrevistado?
IG: Con muchos. No solo por el personaje en sí, sino por la situación también. A lo largo de 50 años de vida profesional he hecho muchas entrevistas. En según qué momento, tienen un carácter u otro. Las circunstancias hacen, a veces, que las situaciones se conviertan en muy tensas. Me ha pasado de todo. Me he cruzado con personajes muy avinagrados, que tienen muy mala leche, y con otros con los que ha sido una maravilla charla un rato.

TL: Lo tuyo más que entrevistar es conversar. O esa es la sensación que trasmites, al menos…
IG: No te creas, depende. Ante una entrevista, lo que me planteo es lo que me interesa saber de esa otra persona. Estudio todo lo que puedo quién es y lo que le rodea para llegar a conocer lo que quiero saber. Me gusta escuchar con la máxima atención a quien está delante de mí. Sin embargo, tengo que reconocer que el estallido de las redes sociales ha cambiado mucho las cosas.

iñaki gabilondo
“Siempre he tenido mucha conciencia de que el tiempo pasa y no hay que dejar que los días se vayan sin enterarte”.

TL: ¿No eres partidario de ellas?
IG: Yo no tengo ningún perfil en redes sociales, aunque sí estoy totalmente al día en nuevas tecnologías. Solo tengo un chat familiar y nada más. No es que no me gusten, es que no tengo tiempo para dedicarles. Cuando te decía que las cosas han cambiado con ellas es porque he notado que los personajes han cogido mucho miedo. Ha aumentado su temor a meter la pata, a ser malinterpretados. Gente conocida con la que tengo confianza me ha comentado que ahora se reservan mucho más. Yo no estoy en contra de las redes sociales, pero soy una persona que tiene conciencia del tiempo. La vida ha cambiado muchísimo, pero los días siguen siendo de 24 horas.

TL: Nunca te ha sobrado el tiempo, tal vez por eso ahora lo mimas más y lo aprovechas al límite…
IG: Aunque no te lo creas, ahora tengo más trabajo que nunca pero, a medida que me voy haciendo mayor, tengo más conciencia de que tengo que cuidar más la administración de mi tiempo. Yo tengo que saber que, de todo lo que puede hacerse en la vida, hay cosas que decido no hacer. No tengo tiempo para seguir todas las cosas que me gustaría, por eso descarté las redes sociales porque son muy esclavas y requieren dedicación.

premio ondas iñaki gabilondo
Según Iñaki, «de niño, la radio era el lugar donde me escondía para soñar”. En la imagen, recibiendo el Premio Ondas.

TL: ¿Dónde buscas ahora tu ocio?
IG: Siempre he tenido, antes y ahora, el mismo tipo de ocio. Si dispongo de tiempo, mi ocio es la naturaleza y el mar. Y, por supuesto, sin olvidar los libros y la música que han sido mi debilidad de toda la vida. Ese ha sido mi ocio desde que era un crío y lo será hasta que me muera.

TL: ¿Disfrutas ahora más de todo eso?
IG: Lo hago de otra manera porque me voy haciendo mayor, tengo otro paladar. Antes tenía una vida con una disciplina casi militar, vivía como un monje trapense. Ahora vivo como un hombre agradecido y arrollado por el trabajo. Lo digo incluso con un poco de apuro, pero es la verdad. Ya no tengo esa disciplina militar, pero sigo teniendo todos los elementos que me acompañaban. Me gusta disfrutar de la vida, me gusta muchísimo. En ese sentido soy muy donostiarra. Tenemos fama de ser gente muy seria, pero la gente no sabe que Donostia es la ciudad que tiene más porcentaje de fiestas populares y celebraciones. Está todo el día inventando algo para celebrar. Yo soy un gran disfrutón. Disfruto comiendo, bebiendo, yendo a conciertos, al teatro, al cine, a la ópera. Mi vida no ha cambiado mucho en ese sentido, siempre ha tenido el mismo eje: la música, los libros y la “joie de vivre”, porque siempre he tenido mucha conciencia de que el tiempo pasa y no hay que dejar que los días se vayan sin enterarte.

TL: ¿Tienes mayor sensación de felicidad ahora?
IG: Nunca he tenido más o menos esa sensación. Hace mucho tiempo que descubrí que los factores ajenos favorables, y los desfavorables, juegan un papel muy importante, pero yo no estoy dispuesto a entregarles el cien por cien la respuesta a mis cosas. Soy un hombre muy afortunado. He tenido satisfacciones muy por encima de la media y disgustos y dramas también muy por encima de la media. Las circunstancias juegan un gran papel pero yo, hasta en los momentos más adversos y los más felices, he procurado controlar siempre la situación hasta donde he podido. Soy de los que aporto y pongo. Si las cosas vienen mal dadas, sufro mucho y, si vienen bien dadas, disfruto mucho.

iñaki gabilondo
“Si tuviera posibilidad de una doble vida y tuviera una segunda oportunidad vital, reencarnarme en director de orquesta sería un sueño”.

TL: ¿Podrías llegar a vivir sin la adrenalina del trabajo?
IG: Sí, no lo dudes. Yo creo que sí.

TL: Fíjate que lo dudo…
IG: Eso dice también Lola, mi mujer, a la que conoces bien. Llevo 50 años en esto y bien es cierto que nunca he vivido sin esa adrenalina por lo que puede que no lo consiga, si se diese el caso. Creo que podría porque, cuando yo no estoy en el trabajo, tengo esa gran capacidad de disfrutar de la que hablamos. Al margen del trabajo, yo tengo una vida muy llena y eso me hace pensar que podría vivir alejado de la profesión. En mi tiempo libre siempre pienso que podría estar mucho más tiempo de vacaciones del que me tomo. Nunca tengo suficiente para leer, pasear, oír música. Cuando estoy de vacaciones, no hecho nada de menos el trabajo. Por eso creo que podría vivir sin la adrenalina que me genera.

TL: Intuyo que no te asusta nada el día en que tu actividad tenga un final, que se lo pondrás tú, además…
IG: No me asusta y lo pondré yo, no lo dudes. Lo he pensado alguna vez, pero luego me tientan con ofertas bonitas y no puedo resistirme. Yo tengo ahora una situación que nadie en el periodismo español tiene. Soy el hombre más feliz y afortunado, date cuenta. Cuando estoy relativamente fuera de los medios, César Alierta me ofrece hacer entrevistas, para Movistar+ a personajes que están en la vanguardia de la modernidad para que me digan cómo se avecina el futuro, pudiendo viajar a Estados Unidos, Singapur, Alemania o donde quiera, con un equipo imponente. Eso ya no le ocurre hoy a nadie, es un milagro de la profesión. Tengo ganas de ir quitándome de encima cosas, pero una oferta de esta naturaleza no se puede rechazar porque ¡es un chollo de tal calibre!… pero sí tengo ganas de ir dejando de hacer cosas. En el trabajo me lo paso muy bien, pero fuera de él también me lo paso bien, pero muy muy bien.

iñaki gabilondo
“Podría vivir sin la adrenalina del trabajo, te aseguro que sí”.

TL: Eso es porque has conseguido tener la vida muy llena.
IG: Por supuesto. Yo conozco a mucha gente, vocacionales absolutos de su profesión, que cuando no están realizando su trabajo, no saben vivir. Es posible que no tengan esa vida llena que hace falta para disfrutar. Conozco a muchos amigos que tienen pareja y no saben estar con ella si no están con veintisiete parejas más y no saben irse solos con ella. Yo me voy solo con Lola y me lo paso de cine y, cuando estamos solos, también lo pasamos fenomenal. Formo parte del lote de los vocacionales que, fuera de su actividad profesional, también se lo pasan muy bien.

TL: ¿El periodista muere siéndolo?
IG: Seguramente sí, pero no sabría responder con rotundidad. Hace tiempo que me he dado cuenta de que, por un lado está lo que haces y por otro, lo que eres. Hay gente que no es nada más que lo que hace porque, por capacidad o sensibilidad, no se han preocupado de más. Iñaki periodista es una cosa, pero yo soy más cosas que el profesional. A mí se me acaba mañana el periodismo y no lo pasaría demasiado mal. Te lo digo en serio.

TL: En esta larga travesía vital, ¿nos hemos perdido un gran director de orquesta?
IG: No ¡qué va! (risas). Yo, en el fondo, todo lo que he hecho se ha parecido un poco al director de orquesta. Al igual que Luis del Olmo o Carlos Herrera, siempre hemos hecho programas muy corales, con equipos muy grandes. La música me encanta, como te estoy comentando, y me habría gustado muchísimo dedicarme a ella. Me emociona, me llega hasta el fondo del alma, pero he sido muy feliz en el trabajo que he hecho. Si tuviera posibilidad de una doble vida y tuviera una segunda oportunidad vital, reencarnarme en director de orquesta sería un sueño.

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“Disfruto comiendo, bebiendo, yendo a conciertos, al teatro, al cine, a la ópera. Soy un gran disfrutón”.

TL: ¿Esa pasión te viene desde niño?
IG: Desde muy pequeñito, sí…pero la vida me llevó por otro camino. Mi aventura profesional empezó en la radio porque, cuando yo era pequeño, no existía la televisión. Yo me crié en la radio y lo que quería era trabajar en ella, vivir en ella, estar en ella. La radio era el lugar que abría las ventanas luminosas de nuestra vida entonces. Eso era lo que yo quería y llegué al periodismo porque lo que quería era estar en la radio. Ese fue el camino. De niño quería vivir en la radio y ahora de viejo puedo decir que he vivido toda mi vida en la radio. No puedo ser más afortunado.

TL: A veces los sueños se cumplen…
IG: Ese, desde luego, se cumplió íntegramente y muy por encima de las expectativas. Hay niños que no saben lo que quieren ser de mayores. Todos los niños pasan por la etapa de querer ser misionero, bombero, paracaidista, ahora futbolista, pero yo solo estaba empeñado en vivir en la radio.

TL: ¿Y qué dijeron en tu casa al enterarse de que el niño quería dedicarse a esa profesión bohemia?
IG: ¡Imagínate! En mi casa nadie había ido a estudiar a la universidad. A mis padres les llamó mucho la atención que yo quisiera ser periodista. Estudié Periodismo y Filosofía y Letras para que pareciera que estudiaba algo serio, pero mi fin era llegar a la radio porque era el lugar en el que yo había empezado a soñar. En mi casa, en aquella época oscura, solo entraba la radio. Éramos una familia numerosa y modesta donde la radio era el tecnicolor. Los programas de la radio, los concursos, las novelas, era el lugar en el que yo me escondía para soñar.

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“Si tuviera posibilidad de una doble vida y tuviera una segunda oportunidad vital, reencarnarme en director de orquesta sería un sueño”.

TL: Sin duda, es un medio que te ha dado a ti una vida. Vanidades aparte, ¿qué les has dado tú a la radio?
IG: He sido un hombre que ha participado en un momento extraordinario de la radio. Hemos vivido un momento muy importante en la comunicación en España, que es cuando la radio pasó de ser un medio muy popular a uno con influencia social. El viaje que hizo para pasar de ser solo un medio popular a popular pero con gran influencia en la opinión pública, ha sido de una trascendencia extraordinaria. La generación que hizo esa excursión (profesionales, directivos, empresarios) es, a mi juicio, muy muy muy importante en la comunicación de este país. Y sí, me siento miembro de esa tribu. Lo digo sin ningún tipo de vanidad o de falta de ella. Ese grupo, colectivo profesional, que hizo esa travesía de gran impacto mediático, social y político, tiene mucho mérito. Yo me reconozco miembro de esas personas y sí me siento orgulloso de formar parte de ese equipo. Cuando me han dado algún premio, siempre lo he recogido en nombre de esa tribu. A Luis del Olmo y a mí, como a Xavi y a Casillas, siempre nos han cogido como símbolo de ese viaje. Eso es lo que yo creo que le he dado a la radio.

TL: ¿Qué ha sido lo mejor de toda esa travesía vital?
IG: Del viaje profesional, lo mejor ha sido haber asistido, desde una posición de privilegio, a la mayor transformación que ha podido vivir un país. Que te pille en un mirador con vistas a la calle y desde tan cerca, y poder conocer a todos los personajes en el día a día, en tiempo real, es una gozada suprema. No se puede disfrutar más. Es una manera de vivir tan privilegiada, tan afortunada, tan maravillosa… Esa travesía por la que me preguntas, la hicimos mucha gente. Algunos desde una posición verdaderamente excepcional (Luis del Olmo, José Mª García, Encarna Sánchez o Carlos Herrera, que es el último de ese grupo) fuimos muy felices, porque tuvimos oportunidad de vivir un momento muy especial de la historia del país, momento de una efervescencia enorme, en posiciones muy formidables. Luego la vida se ha vuelto mucho más plana, más sosa, no tiene tanta emoción, tanta pasión. La sociedad es más descreída, más escéptica, no tiene tanta pasión porque casi no se lleva tenerla. Se vive un pesimismo oficial en el que, para defender tus ilusiones, tienes casi que enfrentarte a una pelea con el pensamiento dominante, que es muy depresivo por diferentes razones.

Bambi fue su primera película
Bambi fue su primera película

TL: Dicen que el cine es una buena medicina para salir de ese pesimismo… ¿recuerdas la primera película que viste de niño?
IG: Sí, claro. Una es ‘Bambi’, de la que tengo una consciencia muy clara, y la otra ‘La hermana San Sulpicio’. Era el día de Reyes, nevó en San Sebastián y fuimos al cine Novedades, que estaba al lado de mi casa.

TL: ¿Una que te haya hecho llorar de verdad, de esas llantinas que terminan en hipo?
IG: (risas) No sé si hasta ese punto. A mí me gustó muchísimo ‘Vacaciones en Roma’, aunque no recuerdo que me hiciera llorar hasta el extremo del hipo. Yo soy de emocionarme, de llorar incluso, pero no me descontrolo en la emoción. Estaba un poco enamorado de Audrey Hepburn, como todo el mundo, y también me gustaba mucho Gregory Peck, así que los dos juntos eran mucho para uno (risas). La verdad es que me ha gustado muchísimo el cine.

Haudrey Hepburn y Gregory Peck en Vacaciones en Roma
Haudrey Hepburn y Gregory Peck en Vacaciones en Roma

TL: ¿Sigues yendo?
IG: Sí, pero ahora fallo un poco en la regularidad, pasamos de ver muchas seguidas a estar un tiempo sin poder ver ninguna. Tengo una película ahora, en la madurez, instalada en mi memoria: ‘El sur’. Con ella me pasó una cosa que no me había sucedido nunca. Está muy ligada a mi biografía. Soy de San Sebastián, pero he vivido en Andalucía. Tengo vena donostiarra hasta la médula, pero hay una parte de mi alma que vive en Sevilla. Cuando vi esa película, solo sé que cuando se acabó, tuvo que venir el acomodador a decirme que se había terminado porque no me levantaba de la butaca. Nunca me había pasado nada igual. Yo soy una persona a la que le cuesta mucho entrar en la ficción, porque me paso mucho tiempo fijándome en la cámara, los extras, la luz, pero con ‘El Sur’ entré de tal manera que no reaccioné. Es una película que me dejó en el sitio. Nunca me ha vuelto a pasar con ninguna.

Fotograma de El Sur, que impactó sobremanera a Iñaki Gabilondo
Fotograma de El Sur, que impactó sobremanera a Iñaki Gabilondo

TL: Ese ‘dejar en el sitio’ es muy gráfico, muy reflexivo. Volviendo la vista atrás, mirando en tu interior ¿qué pensaría el Iñaki niño del hombre en el que te has convertido?
IG: Lo primero que pensaría es ¿quién es ese señor tan mayor? (risas). Hay un factor que une mucho a aquel niño con este hombre, que tienes ante ti y que poco tiene ya que ver con él: la familia. Nosotros somos una familia muy numerosa, muy unida, que mantiene una gran vinculación. Una de las cosas que hace que aquel niño esté menos lejos de lo que teóricamente está, es la existencia de una especie de enlace perpetuo con la familia, los hermanos, los sobrinos, con los recuerdos de nuestra vida, de nuestra infancia. No se ha perdido aquello, porque hay que conservarlo. Nosotros tenemos un chat de hermanos y, gracias a él, estamos al día de todo. Un día descubrimos, sin nosotros saberlo, que nuestros hijos también tienen uno entre ellos. Eso ayuda a tener más próxima esa historia vital y hace posible que no sienta tan lejano a ese niño.

*Próxima semana: Almudena Fernández.

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