El pueblo más bonito de España está en Gran Canaria

En El Rincón de Carla viajamos hasta Tejeda pasando por el Roque Nublo, centro geográfico de la isla y monumento natural.

Carla Royo-Villanova. 17/01/2017

Hay varias rutas para llegar a Tejeda y al Roque, pero aquí contaré una de mis favoritas, ya que la isla es tan bonita que vaya uno por donde vaya, siempre quedará impresionado. La ruta de hoy comienza subiendo desde el sur hacia Fataga, con una primera parada obligada en la Degollada de las Yeguas. Un vertiginoso mirador hacia el barranco de Fataga donde podremos admirar la vegetación semidesértica y las rocas fonolíticas del primer ciclo volcánico de la isla, hace más de 11 millones de años. Dragos, palmeras y tabaibas decoran los valles y barrancos. Forma parte de la Reserva Mundial de la Biosfera de Gran Canaria. A tan solo 5 km en dirección Tunte, se encuentra el cementerio aborigen de Arteara. 900 tumbas de hace 1300 años han convertido esta necrópolis en una de las más importantes de España.

Primera parada obligada en La Degollada
Primera parada obligada en La Degollada de las Yeguas

Continuamos ruta hacia Fataga por una carretera que cruza valles, acantilados, barrancos y grandes formaciones rocosas. El día es soleado y la atmósfera limpia y clara. Hay que advertir que Gran Canaria y sobre todo su bellísimo y abrupto interior, así como sus condiciones climáticas, hacen que sea uno de los lugares preferidos para el entrenamiento de ciclistas profesionales. Ésta que hacemos ahora es una de las rutas favoritas del ciclismo nacional e internacional, por lo que debemos ir con sumo cuidado y muy atentos en cada curva. Las curvas no son curvas cualquiera, pueden llegar casi a dar los 360º. Serpientes de asfalto entre acantilados y barrancos.

La sinuosa carretera hacia Fataga es una gran ruta ciclista
La sinuosa carretera hacia Fataga es una gran ruta ciclista

De Fataga seguimos ruta hasta Tunte. Así llamaban los aborígenes a este asentamiento conquistado en 1479 y dedicado entonces a San Bartolomé. En la montaña Rosiana de Tunte hay más de 100 cuevas con pinturas rupestres, los restos de este yacimiento se encuentran en el Museo de la Fortaleza de Santa Lucía de Tirajana. Tras una breve parada ponemos rumbo al esperado Roque Nublo, dirección Tejeda.

El pequeño municipio de Tunte tiene vistas espectaculares
El pequeño municipio de Tunte tiene vistas espectaculares

Para acceder hasta el Roque dejamos el coche en un pequeño parking a un lado de la carretera. El sendero comienza sencillo y entre pino canario. A medida que vamos subiendo la vegetación va desapareciendo y el terreno se vuelve más pedregoso. Pero no es complicado y nos cruzaremos con personas de todas las edades.

El ascenso al Roque Nublo es cómodo
El ascenso al Roque Nublo no es complicado

Yo lo hice de una tacada y sin apenas parar a tomar aire, era una apuesta que tenía conmigo misma. Y lo conseguí, pero sinceramente no me pareció complicado. Además, las vistas y los paisajes son tan únicos que al final resulta ser un paseo entretenido y apasionante.

El último tramo es quizá el más llamativo. Hemos pasado de los pinos y la vegetación a la pura piedra volcánica, amarilla, luminosa, sin vida aparente pero llena de energía. Bajo nosotros, acantilados de más de 500 metros, los pinos, las curvadas carreteras… y a lo lejos el Roque Bentayga de Tejeda. Seguimos avanzando entre escaleras naturales y llegamos a la base del roque. Si de lejos ya se veía grande, en su base es un monstruo de la naturaleza.

El pa
El paisaje cambia por completo casi al llegar arriba

El Roque de La Rana (se llama así porque su silueta se asemeja al anfibio) sin embargo parece chico desde la lejanía y a sus pies es un gigante. El valle de Tejeda, el sur de la isla, el norte, todo, toda la isla a 360º. Y esa sensación de que solo la naturaleza consigue hacer sentir en el ser humano; hacernos pequeños. Realmente lo que somos, pequeños.

Carla en la base del Roque Nublo y siluetas desde allí
Carla en la base del Roque Nublo y siluetas desde allí

80 metros desde la base de piedra y 1813 metros sobre el nivel del mar, apenas 140 metros menos que el punto más alto de Gran Canaria, el Pico de las Nieves. De origen volcánico, fue utilizado como lugar de culto por los aborígenes y es una de las peñas más grandes del mundo. En los días claros puede verse con facilidad el Teide y en los días de mar de nubes, ésta parece flotando sobre ellas. Desde aquí tienes la isla bajo tus pies, sus grandes valles, pinares y roques a modo de skyline.

El Roque Nublo imponente sobre la isla
El Roque Nublo imponente sobre la isla

Tomo aire y corroboro mi teoría, Gran Canaria es la isla más bonita, la más completa. Carece es verdad, del espectáculo del Teide, pero el Roque Nublo no le tiene mucho que envidiar. Cada isla tiene su singularidad, son todas bellas, muy bellas, y todas diferentes, ésta es la mayor grandeza de nuestras Afortunadas.

El Fraile
El Fraile sobre los bosques de pino canario

Pero Gran Canaria tiene algo especial, al menos para mí. Quizá El Hierro sea la más variada, ya os hablaré de ella. Pero aquel día, desde la base del Roque, dominando mi querida isla, sentí que Gran Canaria ejerce una magia o un poder sobre mí. Mi isla, mi gran isla, bajo mis pies. Y entonces recordé a Unamuno cuando a caballo llegó a la caldera de Tejeda.

Vistas del Teide desde Cruz de Tejeda
Vistas del Teide desde Cruz de Tejeda

“Es una tremenda conmoción de las entrañas de la tierra; parece todo ello una tempestad petrificada, pero una tempestad de fuego, de la lava, más que de agua”. En apenas media hora habremos llegado al Roque, el camino es fácil. De vuelta, ya que a la ida seguramente lo habremos pasado por alto al quedar a nuestra espalda, es recomendable fijarse en otro roque, el del Fraile. Su silueta se asemeja a un fraile orando mientras domina el mundo. Caprichos de la naturaleza y la erosión.

Car
Carla en Tejeda con el Roque Bentayga al fondo

Es probable que el paseo haya animado a nuestro apetito, en la carretera hacia Ayacata hay varios restaurantes muy frecuentados por moteros y ciclistas donde nos darán buenos guisos canarios. Un poco más lejos nos espera Tejeda, que bien merece la pena. Pero al pasar por la Cruz de Tejeda hay que detenerse de nuevo. Una gran cruz tallada en piedra a 1.580 metros sobre el nivel del mar y que marca el mismo centro geológico de Gran Canaria. Hay un mirador y puestos de miel, artesanía, dulces y productos típicos y de temporada. También un fabuloso Parador de Turismo. Desde aquí hay antiguos Caminos Reales y rutas para practicar senderismo a todos los niveles.

Te
Tejeda es un pueblo espectacular, con muchos rincones especiales

400 metros más abajo llegaremos a Tejeda. Pertenece a la asociación de los pueblos más bonitos de España. Rodeada de barrancos, huertos, almendros, pinares y palmeras. Se encuentra en el interior de una caldera volcánica de hundimiento. Sus habitantes soportaron un largo asedio durante la conquista de la isla y fue el último asentamiento aborigen en ser conquistado.

El Roque Bentayga al caer la tarde.
El Roque Bentayga al caer la tarde.

Reponemos fuerzas en el restaurante Gayfa, un mirador sobre el Roque Bentayga. Potaje de berros, ropa vieja, guiso de carne, cerdo frito y papas con mojo. El día acompaña. Pasear después por los barrios de Tejeda, por sus casas encaladas en blanco, admirar las simples piedras decorando paredes y rincones, haciendo del lugar un rincón único. La Iglesia de Nuestra Señora del Socorro, sus callejuelas, balcones y escaleras. Tejeda: Delicia del alma. 

Más informaciónwww.holaislascanarias.com Fotografías: Carla Royo-Villanova

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