La pereza de pensar la moda
Al 61 % de las encuestadas le da pereza pensar en estos temas. Resultado: víctimas de las tendencias.
En plena celebración de MOMAD, Feria Internacional de Moda de Madrid, es el mejor momento para hablar de un tema que puede resultar paradójico. ¿Cómo es posible que nos dé pereza pensar la moda, si nuestro imaginario está repleto de referencias a lo fashion? La cuestión está en que lo que hacemos no es “pensar la moda”, sino “pensar en moda”. El cambio del artículo por la preposición expresa realidades muy diferentes.
Pensar en moda es fácil y cómodo, de hecho los publicistas que conocen bien cómo fabricar los mensajes para que nuestro cerebro los capte, lo emplean en la mayoría de los anuncios. Y da igual el producto anunciado. Con frecuencia hago referencia a un titular que decía ‘Las marcas quieren un blogger de moda hasta para hablar de atún‘, (Amor, 2013).
El simple hecho de no pensar estos temas nos coloca como sujetos pasivos de la influencia de las tendencias y en terreno preparado con las mejores condiciones para que las tendencias florezcan. Lo curioso es que habitualmente las consideramos como una amenaza de la que es imposible librarse. Algo que llega como una borrasca y que lo único que podemos hacer es esperar que pase.
En la encuesta sobre tendencias a la que me he venido refiriendo solo el 31% expresaron su opinión frente al 58% que ni se molesta en responder o el 11% que dicen no saber.