#CloseTo Kike Sarasola: «Siempre quise ser un hombre de negocios»

Cuando uno lee el currículum de Kike Sarasola no puede menos que asombrarse del carácter polifacético y emprendedor de este madrileño, que triunfó en el mundo de la hípica y revoluciona, desde hace años, el de la empresa.

Amalia Enríquez. 07/02/2017

Su cabeza es un carnaval de ideas y, cuando te las verbaliza, no puedes menos que contagiarte de su dinamismo y envidiar su ilimitada creatividad. Por si no tuviera suficiente con gestionar y crear, día tras día, nuevos Room Mate Hotels, ahora se ha convertido -en el canal Dmax- en ‘El salvador’ de aquellos establecimientos que no aciertan con la fórmula del éxito. Hoy hablamos de cerca con Kike Sarasola.

The Luxonomist: Desde niño, la inquietud formaba parte de tu carácter…
Kike Sarasola: Siempre me sentí motivado por muchas cosas, todo me despertaba curiosidad. Mi inquietud siempre ha sido mental más que física porque nunca he sido un niño hiperactivo. Podía estar perfectamente varias horas leyendo un libro o viendo una película, pero lo que me atraía de verdad era el mundo de los negocios. Cuando estaba con mi padre, desde bien pequeño, le decía: “Háblame de negocios, háblame de negocios”. Y mataba el tiempo escuchándole. Mi padre era una persona con muchísimas inquietudes y me transmitió ese sentimiento vital.

Está seguro de llegar a los 100 Room Mates
Está seguro de llegar a los 100 Room Mates

TL: Es decir, tienes el privilegio de ser lo que querías ser.
KS: Sin duda. Yo siempre quise ser hombre de negocios. Me apasionaba verle saliendo con su maletín por las mañanas a trabajar, verle rodeado de papeles. Eso me encantaba.

TL: Comenzaste trabajando con él pero, en un momento determinado, te decantaste por la equitación…
KS: En casa aceptaron muy bien mi decisión. Mi padre siempre se dio cuenta de que yo soy muy intenso. Cuando quiero hacer algo me gusta hacerlo bien. Soy muy perfeccionista. Él sabía que, si yo tomaba la decisión de prepararme para unas olimpiadas, lo conseguiría. Competir para mi país y en mi país, como me ocurrió en Barcelona, fue mágico.

Kike participó en Barcelona 92´
Kike participó en Barcelona 92´

TL: Tienes uno de los mejores palmarés de un español en hípica y una caída cambia tu destino…
KS: El día que ocurrió no paré de llorar. Lo había conseguido todo en mi disciplina, pero el deporte se había convertido en mi medio de vida. Al mismo tiempo, mi cadena de hoteles (Room Mate) ya había arrancado unos años antes. Tenía muchas cosas en la cabeza, pero también estaba muy focalizado en la equitación y esa caída fue un punto de inflexión en mi vida. Fue muy duro y lo llevé fatal. Estuve tres meses metido en una cama con un corsé de arriba abajo. Me rompí la columna, tuve muchísima suerte de no quedarme paralítico y me prohibieron moverme. Cambié el chip de mi cabeza y me centré en una recuperación que me devolvería a la vida, pero alejado del deporte. Instalé la cama en el salón de mi casa, me rodeé de mi ordenador, mis papeles, los teléfonos y me dediqué a tener ahí mis reuniones de trabajo.

TL: La disciplina del deporte te ha ayudado a programarte el tiempo, a ser previsor, a llegar a tener las cosas en los plazos previstos. Eres diferente y eso te hace especial…
KS: Siempre me ha gustado ir contracorriente, contra todo lo establecido. No me gustan los tópicos. No es algo premeditado, pero siempre he hecho las cosas cuando los demás no las hacían porque no estaba bien visto. Me gusta el perfeccionismo y utilizar el sentido común, tanto en mi vida personal como en el trabajo. Soy comedidamente ambicioso, pero no me di realmente cuenta de lo que tenía entre manos hasta que abrí mi cuarto hotel. En ese momento supe que había encontrado un sitio en el mercado, que había hecho bien mi trabajo.

Kike acaba de estrenar 'Este hotel es un infierno'
Kike acaba de estrenar ‘Este hotel es un infierno’

TL: Y nunca te has arrepentido del camino tomado…
KS: Nunca. He dejado de hacer cosas porque mi camino ha ido por otro lado, eso sí.

TL: ¿Cuáles han sido esas renuncias confesables?
KS: De pequeño estaba tan metido en el mundo del caballo que era un lujo para mí poder quedarme una tarde en casa jugando con mis amigos. Mi placer era ser un niño, jugar en el parque, y era algo que podía hacer poco.

TL: ¿Tienes la sensación de haberte perdido etapas importantes en esa infancia?
KS: Si ahora miro para atrás, me doy cuenta de que lo que realmente hacía en los ratos libres era perder el tiempo en el parque, jugando al balón, pero sí fue una etapa en la que no hice otras muchas cosas, que hacen los niños en ella porque el deporte era prioritario, pero mi vida se llenó de tantas otras cosas, que se lo agradezco enormemente a mis padres porque ¡mira todo lo que me ha dado esa vida! Creo que no me he perdido etapas importantes porque, la verdad, pienso que las he hecho todas. Me ha dado tiempo a vivir, a estudiar, a viajar, a competir.

Así se hizo el selfie de la entrevista
Así se hizo el selfie de la entrevista

TL: ¿Te recuerdas feliz?
KS: Mucho. Me recuerdo un niño muy feliz, con sus más y sus menos. La etapa de los 11, 12 y 13 años, cuando tuve que reafirmar mi sexualidad, fue difícil internamente para mí, pero enseguida lo tuve muy claro y lo superé.

TL: ¿Eras buen estudiante?
KS: Sí. No de dieces y sobresalientes, pero aprobaba fácilmente sin matarme a estudiar. Luego, con los años, tuve que renunciar a terminar la carrera y hacer un máster, que es una de las cosas que me habría gustado hacer, aunque no me arrepiento de no haberlo hecho porque la vida es un máster y la experiencia algo mucho mejor.

En 'Este hotel es un infierno' ayuda a otros hoteleros a tener éxito
En ‘Este hotel es un infierno’ ayuda a otros hoteleros a tener éxito

TL: Conociéndote, no descarto que lo hagas.
KS: No dudes de que soy capaz. Igual me da por sacar tiempo de algún lado e irme a Harvard a hacerlo. Cuando escribí el libro ‘Más ideas y menos máster’, alguna gente pensó que yo estaba en contra de los máster y es ¡al revés!. Estoy en contra de que no vayas por donde te llama la vida. A mí me llamó para competir en la Olimpiada de Barcelona 92′ y lo tuve que hacer. Y lo hice feliz porque fue una de las mejores decisiones de mi vida.

TL: Trabajador incansable, ¿eres consciente de que hay vida más allá del despacho de Room Mate Hotels?
KS: Sin lugar a dudas. La busco y la encuentro. Soy hiperactivo, creativo, inconformista y me gusta hacer cosas distintas, por eso me meto en mil jardines. El otro día iba en coche con Carlos, mi marido, para reunirnos con unos amigos y ver el primer programa de ‘Este hotel es un infierno’ y le pregunté: «¿Por qué me meto en estos líos?» Y él, que me conoce bien, me respondió: “Si no lo hicieras, no serías tú”. Y esa es la verdad. Si me pongo a pensar en mi vida, en cómo ha sido hasta ahora, llego a la conclusión de que ha sido apasionante. He hecho de todo y me ha dado tiempo a disfrutarlo. He realizado cosas bien y otras mal pero, al final, me han permitido ser feliz. Por todo ello doy muchas gracias a la vida.

TL: ¿Te asusta haberte convertido en ejemplo, en espejo en el que se miran muchos jóvenes?
KS: No me asusta, pero tampoco me lo creo. La gente de mi entorno siempre me dice que tengo que disfrutar más los logros. Soy cero vanidoso, pero sí muy competitivo. No me regodeo en el éxito, ni en el fracaso, porque estoy muy concentrado en hacer bien las cosas. Ahora estoy intentando disfrutar más de lo que consigo y Carlos me está ayudando mucho en eso. Hemos luchado mucho, trabajado mucho y es el momento de celebrar lo logrado.

Su marido Carlos y él forman un gran equipo
Su marido Carlos y él forman un gran equipo en la empresa y en su vida personal

TL: ¿Cuándo es el momento propicio para que se active tu creatividad?
KS: Siempre se me ocurren todas las cosas en los aviones, porque allí tengo mucho tiempo para pensar. Cuando llego a la oficina de un viaje y digo que tengo varias ideas, todos se echan a temblar. Para ellos es un alivio que aterrice por la noche tarde porque saben que hasta el día siguiente, no les llamo para darles la lista de cambios para todos los departamentos (risas).

TL: ¿Cuál es el antídoto para que la vanidad no te roce?
KS: ¡Wow!, qué buena pregunta (un rato de silencio). Creo que es haber conocido el fracaso y entenderlo. No soy nada vanidoso con el éxito, por el que doy gracias, porque soy consciente de que la tortilla puede dar la vuelta. Hoy estoy aquí pero mañana, por las razones que sean, pueden cambiar las cosas y tener que empezar de cero. Y te digo que sería capaz de hacerlo. Cuando eres consciente de esto, no te crees nada y no alimentas el ego. Tengo los pies muy asentados en la tierra.

TL: ¿Dónde busca el ocio un hombre que se dedica a confeccionarlo para los demás?
KS: Estoy siempre viajando por trabajo y, el otro día que teníamos libre y estábamos aquí, nos fuimos a pasear por Madrid. Hacía unos cinco años que no lo hacía. En ese paseo me lo pasé fenomenal, me divertí muchísimo y descubrí la ciudad. Madrid se ha convertido en la ciudad a la que vengo para trabajar, Ibiza donde focalizo el ocio y me relajo. Lo máximo para mí es estar metido en la cama 24 horas, herencia de mi padre, rodeado del ordenador, los libros, las revistas, la televisión y los niños. Estar así trabajando, pensando, sin tener que coger un avión. Eso es para mí el relax.

Kike disfruta de su trabajo
Kike disfruta de su trabajo. Foto: Pepino Marino

TL: Un relax rodeado, entre otras cosas, de herramientas de trabajo. ¿Nunca desconectas?
KS: No, nunca desconecto porque yo no trabajo, yo disfruto. El crear, el pensar en dar forma a algo, para mí no es trabajo. Lo que quiero es tener tiempo para poder hacer eso. Trabajar es ir a la oficina y resolver problemas. Disfrutar es pensar en el negocio, en cómo lo quiero llevar, crear ideas nuevas ¡Eso es disfrutar!.

TL: Me dices que Madrid es el lugar donde trabajas. ¿Dónde está entonces tu hogar?
KS: En Cartagena (Colombia), Nueva York e Ibiza. Tengo a mi familia en Colombia y allí desconecto mucho. Mi hogar estaría en esas tres ciudades.

TL: Y, en Nueva York, a pesar de Trump…
KS: Calla, calla. A ver qué pasa con este hombre. El otro día me preguntaron en la radio si conocía sus hoteles. «¿Cómo son?» Igual de horteras que él (risas). Su llegada a la presidencia nos va a afectar a todos, a los extranjeros que tenemos negocios allí y al mundo entero. Estas leyes tan proteccionistas que está haciendo desde el principio, en el inicio van a venir bien para la economía de EEUU, pero se va a perder mucho en logros sociales. Ese bienestar económico va a traer unos costes humanos muy grandes, que le acabarán pasando factura.

Su libro es una inspiración para muchos. A la derecha en la piscina de Room Mate Oscar. Foto:
Su libro es una inspiración para muchos. A la derecha en la piscina de Room Mate Óscar. Foto:

TL: Aprovechando que estamos hablando de un país tan cinematográfico… ¿recuerdas la primera película que viste de niño?
KS: Dos clásicos: Bambi y Dumbo. Mi madre me recuerda que con la historia del elefante lloré lo que no está en los escritos. Yo estudiaba en un colegio americano y, en esa época, todo rondaba en torno a los comics de Marvel como ‘X men’. Luego derivé hacia la ciencia ficción de ‘Star Trek’, pero ‘Star Wars’ es mi película de cabecera.

TL: ¿Sigues yendo al cine entre la apertura de un hotel y otro?
KS: Menos que antes por esa falta de tiempo de la que hablamos. Ahora veo muchas series. Estoy viendo ‘Suits’ (¡buenísima!) y ‘House of cards’ me encanta porque me gusta mucho Kevin Spacey. Tú eres muy de series también ¿cuáles me recomiendas?

TL: Unas cuantas: Billions, Homeland, The blacklist, Designated survivor, The Crown, Victoria, Cómo defender a un asesino, The good wife, The Young Pope…
KS: Uuuyyy, esa quiero verla. ¿Es buena? Me han dicho que es rompedora y especial. He visto algunos capítulos de ‘Mr Robot’ pero no me enganchó demasiado y, luego, ‘Downton Abbey’ que es fantástica. Y, de las nuestras, me he enganchado a ‘Sé quién eres’ (Telecinco), vi el primer capítulo y me gustó muchísimo.

Star Wars es su película favorita
Star Wars es su película favorita

TL: ¿Y de libros cómo andamos?
KS: Soy revistero total y también muy de libros. Uno imprescindible en mi vida es ‘Cien años de soledad’ de García Márquez. Me marcó muchísimo. Me gustan mucho los escritores latinoamericanos. Me encantó el libro ‘Rosario Tijeras’ de Jorge Franco, del que compré los derechos, lo coproduje para el cine y estuve nominada a los Goya como mejor película extranjera. Yo era el productor español.

TL: ¿Nunca se te ha ocurrido dirigir?
KS: No, pero me apasionaría poder hacerlo. Me encanta la fotografía y me gusta mucho estar delante de la cámara, pero a dirigir aún no me he atrevido. No lo descarto porque sí me gustaría hacerlo algún día. El mundo audiovisual me apasiona.

TL: Tu vida es una película…
KS: (risas) Cierto, mi vida es una película en sí misma. Es cierto que ahora la gente me ve como un triunfador, pero para llegar hasta aquí he tenido etapas muy duras. Sigo siendo una persona muy disciplinada y con objetivos. Soy perseverante y nunca tiro la toalla. En Room Mate siempre decimos que el NO no existe, siempre hay que conseguir el sí.

Le encantó el libro y coprodujo la película de 'Rosario Tijeras'
Le encantó el libro y coprodujo la película de ‘Rosario Tijeras’

TL: ¿Estás instruyendo ya a tus hijos en esa línea?
KS: Sí. La disciplina es exigente y les estoy enseñando lo que me aplicaron a mí de niño. Recuerdo que, de pequeño, cuando estaba haciendo algo y me resultaba muy difícil de terminar, tendía a dejarlo sin acabar. Y mi madre siempre me decía: “No, no. Lo has empezado y ahora lo terminas”. Esa filosofía se ha convertido en una regla de oro que transmito a mis hijos.

TL: ¿Te ves reflejado en ellos?
KS: Todavía no. Creo que porque son muy pequeños todavía. En rasgos físicos sí, pero en carácter aún no consigo encontrar rasgos identificativos.

TL: ¿Cómo es el Kike padre?
KS: Soy un padre exigente pero, al mismo tiempo, muy dialogante. En nuestra casa los roles están muy bien marcados. Yo soy el más duro y Carlos el más permisivo. Él está más tiempo con ellos y yo soy más de vivir con ellos experiencias. La paternidad ha sido realmente mi punto de inflexión.

Kike protagoniza 'Este hotel es un infierno'
Kike protagoniza ‘Este hotel es un infierno’

TL: ¿En el mejor de tus sueños te imaginaste vivir esto?
KS: No, la verdad es que no… Aunque lo soñé, porque soy un soñador nato, pero las expectativas han superado esos sueños. Mi reto ahora mismo no es llegar a cien hoteles, porque sé que lo voy a conseguir, sino que es lograr -cuando lleguemos a esa cantidad-  tener la misma alma y filosofía en mi gente que cuando teníamos treinta, porque cada día es más difícil mantener el estándar y la estabilidad.

TL: ¿Qué diría el Kike niño del hombre de hoy?
KS: Estaría contento porque muchos de sus sueños se han cumplido, y eso es un privilegio que no todos pueden vivir. Fliparía con el hecho de que me haya podido casar, formar una familia, tener hijos, crear Room Mate con 23 hoteles abiertos y 7 más que abrimos en los próximos meses. No se lo creería.

Es un hombre multitarea practicante. Su nueva aventura la vive cada semana en DMax. ‘Este hotel es un infierno’ es un formato que le va “como anillo al dedo”. Después de muchas propuestas televisivas, ésta es la que le sedujo por completo: “Ha sido una de las experiencias más duras que he vivido. Al margen de ser muy exigente conmigo mismo y con mi personal de trabajo. El éxito de mi cadena es mi gente. Y eso es lo que quiero transmitir a esos hoteleros a los que tengo que ayudar, que no tienen formación y creen que lo están haciendo bien. No puedo ser cruel con ellos, ni muy duro porque, a parte de todo, no me sale. Me costó muchísimo hacer de poli malo, pero me ha compensado ver que, con mi ayuda, les ha cambiado la vida”.

*Localización: Sede de Room Mate Hotels. *Próxima semana: Irene Villa.

Subir arriba

Este sitio utiliza cookies para prestar sus servicios y analizar su tráfico. Las cookies utilizadas para el funcionamiento esencial de este sitio ya se han establecido.

MÁS INFORMACIÓN.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Versión Escritorio