#CloseTo Domingo Corral: «Es terrible tener a Trump gobernando EEUU»

Comenzó haciendo prácticas con Iñaki Gabilondo y hoy es la cabeza visible de Movistar+. Hablamos con un amante del cine y la lectura.

Amalia Enríquez. 07/03/2017

No es nada amigo de entrevistas y de aparecer en el mundo mediático. Tiene algún perfil en redes sociales, pero su actividad es casi nula porque “no tengo tiempo”. Es seguramente un gran desconocido para la inmensa mayoría, no así para los que nos dedicamos a los medios de comunicación. Tras desempeñar cargos de responsabilidad en diferentes medios, Domingo Corral es, desde hace dos años, ‘la cabeza visible’ de la producción original de cine y series en Movistar+. Generar el ocio de los demás es su tarea prioritaria.

Domingo comenzó haciendo prácticas en radio con Iñaki Gabilondo
Domingo comenzó haciendo prácticas en radio con Iñaki Gabilondo

The Luxonomist: ¿Me encuentro ante alguien políticamente correcto en las entrevistas?
Domingo Corral: No, en absoluto. Me comporto en ellas como en cualquier otra conversación. Yo creo que, en las entrevistas, hay que ser natural. En el momento en el que intentas impostar algo, las cosas no fluyen bien.

TL: ¿El cargo que uno ostenta no condiciona?
DC: Puede condicionar un poco pero, como te afecte mucho, creo que caes en la trampa de no comunicar nada. Es lo que le pasa a gente que está en puestos muy relevantes, sobre todo en política. Si el cargo te condiciona demasiado y te pone corsés muy rígidos, no transmites y no llegas al interlocutor. Hay políticos, en el PSOE y en el PP que rompen esos corsés y se acercan más a la gente. Unos para bien y otros para mal, como le ocurre a Donald Trump, que ha roto con muchos convencionalismos para peor, porque es terrible que tengamos a un tipo como éste presidiendo Estados Unidos.

Así se hizo el selfie de la portada
Así se hizo el selfie de la portada

TL: En definitiva, tu status no te hace contar hasta diez antes de responder.
DC:
La verdad es que no. ¿Sabes por qué la presión no me atenaza? porque estoy haciendo algo en lo que creo. Me sentiría tensionado si hubiese una diferencia muy grande entre lo que hago y lo que quiero hacer, lo que yo soy. En este momento, en mi responsabilidad, hay una identificación total entre lo que yo quiero hacer, en lo que creo, con lo que estoy haciendo.

TL: ¿Y te dejan, te dan libertad?
DC: Me dejan. Te digo una cosa de corazón: si lo que estamos haciendo sale mal, el responsable soy yo. Yo pedí tiempo y me lo han dado, pedí confianza y me la han dado, pedí recursos y me los han dado. No existe el mundo perfecto, pero hay que intentar acercarse a la perfección. Hay veces que es más cómodo no tener responsabilidad, pero yo he asumido una y creo que, en estos momentos, estamos haciendo lo que creo que debemos hacer.

TL: ¿Qué piensas que te hace diferente para poder desempeñar la encomienda que tienes entre manos?
DC: Es difícil responder a eso, la verdad es que no sabría responderte por mucha autocrítica que hiciera. Yo creo que, al final, uno acaba en los sitios por una conjunción de cosas. Obviamente, la suerte juega un factor importante. Estoy convencido de que hay otros profesionales que hoy podrían estar desempeñando el trabajo que yo hago, pero lo que sí te digo es que lo que hago me apasiona y creo mucho en esto, porque considero que esta aventura a la compañía, a la empresa, a Telefónica, como iniciativa y como negocio, le va a funcionar. Trabajo con esa convicción y porque considero que las empresas, cuando hacen algo que trasciende del puro dato económico, es donde realmente son grandes. Creo en las entidades que adquieren un compromiso con la sociedad en la que viven. Desde la humildad, alejado de la prepotencia, creo que estamos contribuyendo a enriquecer el panorama audiovisual de este país, haciendo una apuesta firme por la producción local y eso enriquece a nuestra cultura.

Domingo con el equipo de La Peste para Movistar+
Domingo con el equipo de La Peste para Movistar+

TL: ¿En qué te enriquece a ti?
DC: En la vida, aprender nunca está de más, siempre suma. Y yo estoy aprendiendo mucho y todos los días. Vivo mi trabajo como una mezcla de responsabilidad enorme, por un lado, y de privilegio, por otro. Estar trabajando con los nombres más relevantes del cine en España te lleva a conocer a una gente extraordinaria, que trabajan en sus equipos. No son tan mediáticos, pero su talento es indiscutible e imprescindible. Cuando empecé en esto, dudé si personas como Alberto Rodríguez, los hermanos Cabezudo, Cesc Gay o Enrique Urbizu querrían trabajar con nosotros, porque hacer televisión siempre ha sido algo cuestionable para algunos de ellos. Poder hacerlo día a día es una privilegiada maravilla.

TL: ¿Eres como los toros bravos, que se crecen ante la adversidad, o te asustan los inconvenientes?
DC: A ver. Los contratiempos me asustan, porque de lo contrario sería un imprudente. Ante la adversidad no te puedes venir abajo, tienes que crecerte, enfrentarte a ella y poner todos los medios para superar los obstáculos.

TL: ¿Lo consigues?
DC: Logro superar bastantes, pero no imponiendo porque, cuando trabajas con gente buena, no les puedes imponer nada. Si no los convences, has fracasado.

'Patria' y
‘Patria’ y ‘La verdad de las mentiras’, dos libros que recomienda

TL: ¿Qué parte de psicólogo tiene tu cargo?
DC: Un poco. No he estudiado Psicología, pero tengo muy claro que hay que saber escuchar. Este trabajo en el que estamos me ha enseñado a ser muy humilde. En mi cabeza tengo siempre como tres, cuatro o cinco historias de series que han sido un éxito y que, la mayoría de los ejecutivos, pensaban que iban a fracasar. ‘The walking dead’, una de las series de más éxito en los últimos años, es un ejemplo. No la quería hacer nadie y, después de pasearse por todos los despachos, recaló en AMC y la hicieron ellos. Este mundo nuestro está tan lleno de éxitos, alguno de ellos fruto de la casualidad, la suerte o la fortuna, que a mí me enseñan a ser muy humilde y cauteloso.

TL: ¿Sueles acertar?
DC: Vamos a ver qué pasa ahora con las series que tenemos en marcha. No acierto yo, acierta un equipo. Nuestras decisiones son muy colegiadas, pero la responsabilidad recae en mí, por supuesto, sobre todo en los fracasos. Uno tiene que dar la cara sobre todo ahí. A mí me gusta arriesgar, que es lo que me hace crecer. En ese riesgo está el acierto o la equivocación. En mi balanza ha habido de todo.

TL: ¿Te cuesta no hablar de trabajo fuera del despacho?
DC: Depende de lo que llamemos trabajo ¿Hablar de ‘Juego de Tronos‘ o de ‘La la Land‘ es hablar de trabajo? En mi caso, la línea entre el trabajo y el ocio es muy fina. De una manera consciente o inconsciente, estoy trabajando siempre pero ¡estoy feliz! Esta es una decisión vital, en la que la línea entre lo profesional y lo personal apenas existe. Sin embargo, soy consciente de que hay vida más allá del despacho.

No considera trabajo hablar de series como 'Juego de Tronos'
No considera trabajo hablar de series como ‘Juego de Tronos’

TL: ¿La buscas, la encuentras?
Tengo muy poco tiempo libre, esa es la verdad. A mí lo que me gusta, en mis momentos de relax, es leer. Desde que era un adolescente, mis dos grandes hobbies siempre han sido los libros y el cine, que es un medio que me ha hecho muy feliz. Leer ficción me ha encantado y, en cierta medida, también está relacionado con esto. Estas Navidades, por ejemplo, disfruté muchísimo leyendo ‘Patria’ de Aramburu, un libro extraordinario. Y mientras lo leía, iba pensando que en esa historia hay una serie. Compré el libro para poder disfrutar de él y del placer de entregarme a algo que nada tenía que ver con el trabajo, pero me cuesta desconectar y desligarme. No sé cómo conseguir separar el ocio y la profesión. Yo no sé desconectar.

TL: ¿Eso te supone un problema?
DC: No, ninguno. Aunque desconectar es salud, si lo que te gusta es ver cine y leer, es difícil extrapolar. Yo puedo entrar en una película con un estado anímico determinado y salir renovado. El otro día fui a ver ‘La la Land’. Estaba cansado, después de un día muy duro, y salí feliz. Esa fue mi desconexión y me resultó muy terapéutica.

TL: ¡Qué lejos quedan ya los tiempos de becario, verdad!
DC: Y tanto… Tuve la inmensa fortuna de trabajar con Iñaki Gabilondo en esa etapa de mis comienzos. Mis primeras imágenes, cuando llego a Madrid, son la Puerta del Sol y la radio con él. Siempre me ha parecido alguien muy especial. Le he visto hacer entrevistas y me quedaba paralizado escuchándole. Me impresionaba verle hacer el informativo sin papeles, lo hacía todo de cabeza. Es un fuera de serie.

La historia de Sebastian y Mia prometía desde el pase de prensa
Películas como ‘La la Land’ pueden resultar terapéuticas tras un día duro

TL: ¿Siempre quisiste ser lo que eres?
DC: Más o menos. Lo mío es vocacional. Me enamoré del cine cuando tenía trece o catorce años y siempre tuve claro que quería estar relacionado con ese mundo o el de los medios. Para poder acceder al mundo del cine, me sugirieron que consiguiera un carnet de prensa que me permitiera ir a los festivales, asistir a pases de películas y demás. Para conseguirlo, empecé a trabajar en Radio Fantasía de Sevilla, una radio pirata de un amigo mío. Hice un programa que se llamaba ‘La noche americana’ y me enamoré de la radio, me hizo muy feliz y me pareció que era el medio en el que había que trabajar. Cuando me vine a Madrid, hice un máster en El País y me enviaron de becario a trabajar con Iñaki. Y así empezó mi aventura.

TL: ¿Nunca te has arrepentido?
DC: No porque, con el tiempo, fui muy feliz. Me dieron otra beca en Canal+ y me sentí un privilegiado al poder ser parte de aquella aventura, aunque era el último de la fila. La televisión, que era un medio que no me gustaba inicialmente, me acabó enganchando. Era una cadena muy particular, porque era un medio de pago, pero en ella hice toda mi carrera. He tenido la suerte, menos algunos meses muy concretos, de poder desarrollar siempre trabajos que me han gustado. Y esa es una suerte tan grande…

TL: ¿Qué fue lo más difícil de la travesía?
DC: Creo que lo más complicado son siempre los comienzos. Para mí fueron muy duros. Yo venía de una familia con el dinero muy justo, que pidió un préstamo para poder hacer el máster, no conocía a nadie en Madrid, no tenía contactos. Mi responsabilidad en ese momento era salir adelante y lo pasé francamente mal. También fueron complicados los años en los que asumí la dirección general de Turner en España, donde estuve cerca de catorce años.

enbuscadelarcaperdida
‘En busca del arca perdida’ es una de sus películas favoritas

TL: Haberlo conseguido ¿no es un plus de orgullo?
DC: Ir superando etapas me animó, sin duda. Cuando me miro al espejo y veo que de talento vamos justitos (risas), no dudo en compensar esa carencia con muchas horas de trabajo. Hay cierta gente a la que admiro mucho y veo que, tras su éxito, hay muchas horas de trabajo muy duro y de esfuerzo constante.

TL: ¿Crees en la suerte?
DC: Sí, pero también te digo que hay que buscarla. En mi caso concreto, ha habido mucho mucho trabajo, gran dosis de tesón y una lucha a muerte por lo que creo. Cuando el cimiento es sólido, tienes la fortaleza para superar los obstáculos. Honestamente, yo tengo un punto de entusiasmo y otro de escepticismo, lo que me da una percepción realista de todo.

TL: ¿Dónde busca o encuentra el ocio alguien que se dedica a gestionarlo para los demás?
DC: Prometí no tener corsés en esta conversación y no lo voy a hacer (risas). A mí lo que me gusta es ir al cine, ver películas y series de televisión en casa, y leer. Por mi escasa formación, que lamento mucho, hago mis esfuerzos por meterme en otras cosas. Por ejemplo, ir a la ópera… pero noto que no es mi ambiente. Me gusta Mozart, que debe ser como decir que, en el cine, te gusta Spielberg o John Ford, que para mí son dos genios. Voy a exposiciones, me gusta la pintura, pero no me lo paso igual. No es equivalente el placer que me da una buena película, una serie o un libro, a nada. Otra de mis pasiones siempre ha sido viajar. Ahora lo hago menos por temas familiares. Viajar con hijos ya no es viajar en el plan que me suele gustar. Ahora viajo por trabajo y espero recuperar ese tiempo para hacerlo por placer.

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‘Odisea en el espacio’ es una de sus películas fetiche

TL: ¿Cómo sería un domingo perfecto en la vida de Domingo?
DC: (risas)¡Valga la redundancia! Una de las cosas que más me gusta del sábado y el domingo, es coger el periódico (en papel) por la mañana y leerlo con tranquilidad, durante dos o tres horas, con un café, la tostada y los niños en otro cuarto (risas). Soy una persona familiar, me lo paso muy bien con mis hijos, pero sin pasarse. En ese descanso no puede faltar ver una película en casa o ir al cine con mi pareja.

TL: ¿Recuerdas la primera película que viste de niño?
DC: Siendo el cine tan importante en mi vida, no recuerdo esa primera. Las películas, que iba a ver de pequeño, no recuerdo cuáles son. Las veía en los Jesuitas en Sevilla, donde había un cineclub, y ahí es donde me aficioné al cine. Me gusta el cine comercial de calidad y, aunque suene un poco pedante, la película que me aficionó fue ‘2001, Odisea en el Espacio’. Nos la ponían mucho y debatíamos sobre ella. Es una película que no la entendía y sigo sin entenderla (risas). Me hipnotizaba verla. A partir de ahí empecé a ver películas de Kubrick. En la adolescencia nos ponemos muy intensos y queremos ser adultos cuanto antes, por eso me leía todos los libros de cine para buscar respuestas.

TL: O sea, que lo tuyo es pensar…
DC: Lo justo, tampoco te creas (risas). Las grandes películas, igual que los libros, te invitan a pensar o, por lo menos, a hacerte preguntas. Yo voy al cine para disfrutar, obviamente, pero también a encontrar respuestas. Al cine hay que ir para pasárselo bien, pero la ficción a mí me ha servido para entender el mundo. Mario Vargas Llosa tiene unos ensayos que se llaman ‘La verdad de las mentiras’, y desarrolla la teoría de que, a través de las mentiras, cuentas las verdades. El arte en general, el cine y los libros, me sirven para entender la realidad. La ficción te está obligando, constantemente, a ponerte en el lugar de otro, te está sacando de tu realidad y la está enriqueciendo.

'El Paciente in
El papel protagonista de ‘El paciente inglés’ llama mucho la atención de Domingo

TL: Eso está muy bien, pero hace falta un cine de diversión para desengrasar…
DC: Sin duda. Una de mis películas favoritas es ‘En busca del arca perdida’.  Las escenas de acción de esa película, lo que te cuenta, cómo están rodadas, es de otro mundo. Es una de mis preferidas sin dudarlo, la veo continuamente. Lo que te demuestra que no soy tan espeso (risas). Soy bastante más frívolo de lo que parece, pero lo disimulo bien.

TL: ¿Te recuerdas un niño feliz?
(Silencio, suspiro..) En una etapa sí y en otra, no. Mi padre murió cuando yo tenía siete años. Esto no lo he contado nunca… (silencio). Recuerdo perfectamente lo devastadora que es una situación así. No me gusta hablar de mi parte más personal, pero me apetece compartirlo ahora. Cuando te quedas sin padre a esa edad, a partir de ahí hay pocos obstáculos que sean más grandes que ese. Hasta esa edad, sí me recuerdo un niño feliz. Después, la vida cambió mucho. Tuve la suerte de conocer el cine. Yo creo que mi vida habría sido otra si no se hubiera cruzado en mi camino. Pasé por momentos complicados y a mí el cine me salvó.

TL: ¿Hay películas concretas en esa salvación?
DC: ‘Lawrence de Arabia’, ‘Sin perdón’, ‘La jauría humana’, ‘La ley del silencio’, ‘Con faldas y a lo loco’. Todas ellas me marcaron. Cuando entré en ellas, en una sala de cine, todo lo demás dejaba de tener sentido. Durante dos horas revives y, cuando sales, eres otro.

Harrison
Harrison Ford en ‘Único Testigo’, un papel muy interesante

TL: ¿Te habría gustado ser el protagonista de alguna?
DC: La memoria es muy curiosa. Me ha venido ahora a la cabeza, no sé por qué, ‘Único testigo’. Me parece una película absolutamente maravillosa. Ahí me gustaría ser Harrison Ford, un amish no (risas). Otro que me gustaría es Ralph Fiennes en ‘El paciente inglés’. Los últimos veinte minutos de esa película, cuando él la deja en el desierto para ir a buscar ayuda, no la consigue y vuelve, es ¡espectacular! Otro sería Humphrey Bogart en ‘Casablanca’. Al final, las grandes historias de amor terminan donde realmente tienen que empezar.

TL: Pregunta final y obligada en estas conversaciones. ¿Qué diría el niño Domingo del hombre en el que hoy te has convertido?
DC: De pequeño veía ‘Curro Jimenez’, una serie que me hacía muy feliz y que me permitía luego jugar a ser él y me inventaba series para la televisión. Ese niño no creo que me viera muy distinto ahora. Seguramente me diría que no me he desviado mucho de lo que me hacía feliz entonces. Le estoy muy agradecido a la vida, porque nunca imaginé que podría ganármela haciendo esto.

*Localización: Movistar+ (Tres Cantos). *Próxima semana: Marta Robles.

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