Un paseo de pura humanidad por CaixaForum

La exposición 'Tierra de sueños' es un retrato de la realidad más cruda de mujeres y niños en la India.

La fotografía es arte, y en CaixaForum Madrid hay una exposición magnífica que no os podéis perder. Me refiero a  ‘Tierra de sueños‘ de Cristina García Rodero, una colección que muestra sin complejos la singularidad y asimetría del mundo rural en la India, con especial atención al rol que ocupan las mujeres. Las mujeres y los niños. Y no niños cualquiera; son niños diferentes, con enfermedades neurológicas, necesidades especiales… abandonados entre colores increíbles tan dolorosos como sus gestos faciales. Nunca pensé que los colores me resultarían tan tristes. Nunca.

La exposición muestra sin complejos la singularidad y asimetría del mundo rural en la India

Cristina García Rodero (Puertollano, 1949) ha sido la primera española en trabajar para la prestigiosa agencia fotoperiodística Magnum. Ha sido premiada con el World Press Photo 1993, el Premio Nacional de Fotografía 1996, el FotoPres «la Caixa» 1997, el PhotoEspaña 2000, el Godó de Fotoperiodismo 2000 y las medallas de oro al Mérito de las Bellas Artes 2005 y de Castilla-La Mancha 2016.

Desde la Obra Social «la Caixa» trabajan para contribuir a erradicar la pobreza en las comunidades más desfavorecidas. En este sentido, desde 2001 apoyan 22 proyectos de ayuda humanitaria y de desarrollo socioeconómico en la India, en colaboración con las principales organizaciones no gubernamentales, como la Fundación Vicente Ferrer. Y ahí están esas fotos, reflejo de la realidad más dura, mas injusta, más terrible. Niños no aceptados, madres estigmatizadas. El dolor del abandono.

Cristina García Rodero fue la primera española en trabajar para la prestigiosa agencia Magnum

Junto a la exposición de Cristina, ha estado varias semanas la de Philippe Halsman, el fotógrafo de los saltos imposibles, las miradas directas, la modernidad. Influenciado por el movimiento surrealista y el psicoanálisis, Philippe Halsman (Letonia, 1906 – Nueva York, 1979) vivía fascinado por el misterio que encierra el rostro humano. Desde sus inicios en París, los retratos fueron una constante en su carrera como fotógrafo, como los de artistas como Chagall o Le Corbusier, hasta su salto a la fama en Estados Unidos como retratista de personalidades como Kennedy, Einstein, Andy Warhol, Marilyn Monroe o Salvador Dalí, con quien tejería una gran complicidad artística a lo largo de más de treinta años.

Para Halsman la fotografía era un acto mágico capaz de atrapar sueños, almas e instantes imposibles

Especialmente famosa fue su serie Jumpology, incluida en la exposición, en la que el fotógrafo captura a personajes famosos en pleno salto, escenificando lo que la fotografía significaba exactamente para Halsman: un acto mágico capaz de atrapar sueños, almas e instantes imposibles.

Los rostros de Halsman son felices aunque no sonrían. No hace falta; saltan y lo hacen por simpatía, por alegría, por devoción o por ego. No son infelices, que es justo lo que sucede en la exposición sobre las mujeres y los niños de la India. ¿Ganas de cambiar el mundo? Todas. ¿Ganas de que los pequeños salten? Ojalá un gran salto, pero fuera de la pobreza y la exclusión y la estigmatización social.

Marilyn Monroe fue una de las celebrities norteamericanas que retrató Halsman

Ambas exposiciones son tan antagónicas que, los que hemos tenido la oportunidad de verlas al mismo tiempo, podemos asegurar que producen ganas de reír y de llorar. Y querer que una fuera la otra, o que nunca existiera, o hacer de una la otra con la ayuda de todos.

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