Platón, el fotógrafo del alma

Tiene similitudes con el Platón de la antigüedad. Ambos dedicaron su vida a encontrar la esencia del ser humano. Este último, a través de su cámara.

Jaime Camuñas. 09/06/2017

Hoy os voy a hablar de Platón, pero no del filósofo sino del fotógrafo. Ambos nacidos en Grecia pero con ya dos milenios de diferencia. Estos dos genios han basado su vida y trabajo en intentar encontrar la esencia del ser humano aunque con enfoques distintos.

La similitudes entre ambos son más que sorprendentes ya que uno trata la inmortalidad del alma y el otro se  encarga de inmortalizar la misma en cada fotograma. Este último es hoy por hoy el fotógrafo que más jefes de estado y personalidades ha inmortalizado con su cámara de película. Pero lo más fascinante no es a quién a fotografiado sino el cómo y porqué de cada instantánea. En cada retrato vemos cómo libera a los inmortalizados de la cárcel que la  fama y poder supone desnudos delante de un objetivo implacable.

Ha fotografiado a multitud de líderes políticos

No se considera un fotógrafo, utiliza la cámara como una simple herramienta para dar voz a lo realmente importante la historia, el mensaje o la conexión de cada uno, siendo así capaz de combinar la simplicidad gráfica y el poder del espíritu y el alma. Cuando vemos un retrato de Platón sabemos que es suyo por la iluminación, la mirada y el posicionamiento de la cámara. Todo ello ayuda a captar el alma del fotografiado.

Cada instantánea nos revela parte del alma de su protagonista

Antes de cada sesión no piensa en cómo sacar una gran foto sino que puede aprender de esa persona para así sacarle el mayor partido. Para él, la clave para hacer una buena instantánea consiste en la conexión con el fotografiado, la que le permite llegar a sentir su historia. Define su trabajo como «breves encuentros con gente extraordinaria, que han sido capaces de cambiar lo establecido a lo largo de la historia». Ya sea un presidente o un inmigrante ilegal, es capaz de encontrar cierta dignidad en ambos y a la vez el poder que los une.

Cada personaje le dice algo, le habla a su cámara

Mantiene que no puede solucionar los problemas de la sociedad de hoy en día pero sí provocar y comentar, desde un punto de vista cultural, lo que está pasando en el mundo en el que la humanidad es el factor determinante para él. Una de sus mayores dificultades, la dislexia, le obligó a simplificar un mundo ya de por sí complicado utilizando el diseño como una manera de escape de tanta confusión. «Porque un gran diseño simplifica un mundo realmente complicado«, mantiene el artista.

La dislexia le obligó a simplificar un mundo ya de por sí complicado

Sigue utilizando la misma cámara, carretes y luces para así permitir que el mensaje sea el que cambie. Porque ninguna de las herramientas debe dominar al mensaje sino al revés, donde podamos dejar las herramientas en el asiento de atrás y aún así el mensaje siga siendo el mismo, capaz de hacer sentir a la gente que lo vea. No le puede interesar menos la fama, por lo que decidió cambiar el concepto, dejarse de sofisticaciones, salir estupendo en cada momento reemplazándolo así con un factor con mucho más impacto, la  autenticidad.

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