Belleza inteligente: ¿Cómo cultivar el propio huerto?
La inteligencia espiritual faculta para deleitarse en la belleza de la realidad.
Explica Francecs Torralba en su libro ‘Inteligencia Espiritual’ que “la inteligencia espiritual faculta para el ejercicio de valorar estéticamente las acciones y omisiones del pasado, tomar consciencia de lo bello y valioso que hay en ellas, pero también para vivir la experiencia estética, para deleitarse en la belleza de la realidad, más todavía, para captar lo sublime de las cosas y para embelesarse con ello”, (Torralba, 2011, p.130).
La inteligencia espiritual permite embelesarse con la belleza de las cosas
Hace unos días recibí un mail de una de las asistentes a un workshop que impartí recientemente en la capital de España sobre ‘Imagen personal y coherencia’. Durante el taller hablé de la necesidad de ‘cultivar el propio huerto’. Podréis pensar… ¿qué es eso del propio huerto? La respuesta es sencilla, estoy cansada de escuchar comentarios desalentadores sobre lo mal que está el mundo, la sociedad y el medio ambiente. De lo malos que somos todos y lo mal que lo hacemos.
Ya lo sabemos, todos venimos con el pecado original y éste también ha dejado su huella en la naturaleza. Pero, como no soy seguidora de Lutero ni de Calvino, afirmo que la naturaleza está herida, pero no corrupta. Por eso, soy una fiel defensora de la psicología positiva (Domínguez Bolaños & Ibarra Cruz, 2017) y de la inteligencia espiritual (Torralba, 2011).
¿Cómo cultivar el propio huerto?
Agradezco a Carmen -que así se llama la participante del workshop- la consulta que me ha realizado: ¿Cómo cultivar el propio huerto? ¿Por qué el propio huerto? Porque posiblemente es lo único que está a nuestro alcance y por lo tanto, sobre lo que sí tenemos margen de maniobra.
Inteligencia espiritual para ‘valorar estéticamente las acciones y omisiones del pasado’
Recuperando la definición de inteligencia espiritual planteada al principio, compensa en gran manera desarrollar la capacidad de ‘valorar estéticamente las acciones y omisiones del pasado’ no sé si lo has pensado alguna vez. A veces miramos atrás solo para quejarnos, pero ¿lo has hecho para disfrutar de lo aprendido? Y si el motivo no es demasiado positivo también hay que saber mirar para curar y sanar las heridas de una forma lo más estéticamente positiva posible, aprovechándolas como ‘experiencia estética‘.
Inteligencia espiritual para “tomar consciencia de lo bello”
La otra característica es ‘tomar consciencia de lo bello y valioso que hay en ellas’ y esto hace obligada una parada, parada que favorece la reflexión, la contemplación, la meditación y el examen. La repetición sucesiva de esto hará que desarrollemos las virtudes de la ponderación y la templanza.
Consciente de ser una frase hecha -pero la realidad es que ‘corremos demasiado por la vida‘– y ello nos impide con frecuencia, el deleite de la belleza de la realidad, y por supuesto que seamos incapaces de ‘captar lo sublime de las cosas’ entre otras cosas porque de la velocidad que llevamos, ni las vemos. Y que decir de la posibilidad de ‘embelesarse con ello’, prácticamente inviable.
Inteligencia espiritual para “captar lo sublime de las cosas”
Mi recomendación pasa por cultivar el huerto propio, -que es nuestra realidad personal– a través de la inteligencia espiritual. Aristóteles decía que «no se trata de saber lo que es la belleza, sino ser bello».
Referencias:
Domínguez Bolaños, R. E., & Ibarra Cruz, E. (2017). La psicología positiva: un nuevo enfoque para el estudio de la felicidad. Razón y Palabra, 21(1_96), 660-679.
Torralba, F. (2011). Inteligencia espiritual (Cuarta). Barcelona: Plataforma Editorial.