El gallego de Velázquez

Visitamos 'Atlántico Casa de Comidas' en el centro de Madrid, la nueva aventura de Pepe Solla que conserva el espíritu gallego de su cocina.

Elisa Ventoso. 29/09/2017

Hace apenas unos meses nuestra compañera Amalia Enríquez charlaba con Pepe Solla, su alma máter, en su restaurante de Poio (Pontevedra) y hoy nos acercamos a su rincón gallego en Madrid. El local, inaugurado en octubre de 2015, comienza oscuro, duro; un pasillo largo con mesas altas que discurren paralelas a la barra dirige nuestra mirada hacia el fondo sin imaginar que allí encontraremos otro restaurante, uno  más amable y luminoso, que se abre bajo un techo de cristal ocupando un amplio espacio en el que, ahora sí, nos sentimos como en casa.

Las mesas discurren con la barra hasta el final del local, donde se abre el salón principal (en portada)

Mesas de madera maciza, redes, azulejos, vajilla de loza y hasta una pizarra con las variedades «pescadas en el día» nos trasladan, como su propio nombre indica, a una Casa de Comidas en el Atlántico. Un lugar al que iríamos sin dudarlo a comer buena materia prima gallega y al que regresaríamos una y otra vez si tuviéramos la necesidad de sentirnos en Galicia. Amabilidad a raudales en el servicio y sobre la mesa, producto. «No hacemos grandes cosas, pero sí tratamos con mimo lo mejor que tenemos», nos cuenta Lucía Lema, la jefa de cocina del restaurante.

Y es verdad. Pepe Solla apuesta aquí por una cocina sincera, con mucho sabor, en la que se respetan los ingredientes principales (traídos directamente de Galicia) y se aliñan con el gusto de quien sabe perfectamente lo que hace. «Soy inquieto por naturaleza», explicaba el cocinero a nuestra compañera Amalia en su conversación #CloseTo tras hablar de las investigaciones sobre el comportamiento del pescado en las que anda inmerso. Quizás esa inquietud sea la que le ha llevado a trasladar sus fogones y su esencia fuera de su tierra para crear platos tradicionales con un punto viajero muy interesante.

Caldeirada de corvina, pulpo a la llama con curry verde, bizcocho de queso de tetilla y espárrago blanco en diferentes texturas

De la costa nos llegan las zamburiñas, el bonito, las navajas, los mejillones, el pulpo o los berberechos… y entre los clásicos, la empanada (finísima y muy sabrosa), siempre será un acierto. De la huerta, un estupendo ‘tomate’ del que no desvelaremos más, abre la veda para atacar sin miramientos platos principales como la caldeirada cítrica con corvina, el codillo asado, el entrecot de vaca gallega o la merluza de Celeiro, entre otros. Para terminar, el bizcocho cremoso de queso de tetilla o la tarta de manzana, almendras y canela conquistarán hasta a los más chocolateros.

Pepe Solla es poseedor de la estrella Michelin más veterana de Galicia. Regenta y dirige desde 1991 la casa de comidas ‘Solla’ fundada por sus padres en Poio (Pontevedra) 30 años antes, y en la actualidad se ha propuesto revolucionar el mundo de la cocina ampliando sus conocimientos sobre el comportamiento del pescado después de muerto para conservar al máximo sus propiedades. Mientras tanto, mima a sus clientes con lo que más ama, la cocina de su tierra.

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