Así es el último y espectacular monumento de Nueva York

La escalera es el invento más importante de la humanidad, un elemento que nos ha acompañado a las alturas durante nuestra evolución.

Cuando vi las primeras infografías de Vessel, la mega-escalera que se proyectaba para Nueva York (siempre Nueva York), recuerdo que pensé: “Vale, una nueva excentricidad que no verá la luz”. Y cuando llegó a mis oídos que estaban fundiendo las primeras piezas que darían vida al coloso de formas circulares, me imaginé que sería otra obra inconclusa más… pero me equivoqué, aunque, os lo aseguro, no me entristece. En algunas ocasiones es muy grato errar.

El genio detrás de la lámpara se llama Thomas Heatherwick, que dirige un estudio con su nombre (fácil de encontrar) y que se imaginó un monumento a la escalera, una escultura visitable en toda su extensión, que diera vueltas y tuviera una amplia gama de caminos, tal y como lo hacían en la India con sus Baoris, o aljibes, eso sí, por motivos muy distintos, aquellos para la fácil recogida de agua y el artista inglés para la creación de un espacio público singular.

Se ubica en un parque en medio de Hudson Yards, una remodelación urbana de primer nivel que se está ejecutando en Manhattan y que, según la empresa operadora, Related Companies, está llamado a ser el nuevo corazón de la ciudad, un barrio innovador, sostenible y de última generación. Allí, sobre las vías ferroviarias del subsuelo, están construyendo una plaza pública con jardines diseñados por Nelson Byrd Woltz (arquitectos paisajistas), abarcando dos hectáreas de plazas arboladas, jardines y una enorme fuente de 60 metros de largo.

Vessel es un recipiente de forma troncocónica (un vaso, vamos) cuya base se apoya en el suelo y en el que las paredes se han sustituido por escaleras enlazadas y así, combinando estructuras de forma inversa puedes subir o bajar hasta su cima, una quinta planta. En total se han creado 154 tramos intercomunicados de escaleras, 2.500 escalones y 80 plataformas donde poder descansar, disfrutar del espectáculo circundante o charlar alegremente (o no).

Su construcción comenzó en abril de este año y pudimos ver imágenes realmente atractivas del momento en el que iban encajando las piezas del “lego” durante los siguientes meses. La empresa que ha prefabricado las plataformas es la italiana Cimolai SpA, experta en construcciones metálicas, como el intercambiador del World Trade Center de Calatrava, las segmentos han viajado desde Monfalcone hasta Nueva York (ahí queda eso).

La espectacular escalera ocupa (hablamos en presente) un total de 2.210 metros cuadrados y podrán pasearse por ella hasta 1.000 personas al mismo tiempo, ojo, esto limita la afluencia de público y deberá ser controlada por alguien… lo que implica tácitamente un gasto (gestión, personal, vigilancia, etc). Se prevé que pueda abrirse al público a finales de 2018, junto a la plaza pública y los jardines, aunque la estructura estará finalizada mucho antes.

El nuevo icono del Upper West Side costará, a su finalización, unos 200 millones de dólares (cerca de los 170 de euros), se elevará hasta los 46 metros de altura y sus superficies inferiores están realizadas de mi metal favorito: el cobre. Y para darle mayor presencia, pulido (¿se puede decir “toma ya”?). Así, cuando admires la escultura desde abajo, el naranja cobrizo iluminará las niñas de tus ojos, haciendo que valga la pena no subir la escalera.

Las secciones pesan más de 45.300 kilos, están realizadas con acero pintado de encarnado, para proteger el metal de las acciones atmosféricas y darle un tono agradable. Otras compañías que han intervenido en el proyecto desde su concepción, en el año 2013, son los desarrolladores Oxford Properties Group, el estudio de ingeniería Thornton Tomasetti y el estudio de arquitectura Kohn Pedersen Fox Associates.

Según Heatherwick, «el efecto de subir y bajar por las escaleras de Vessel crea un ritmo personal en cada visitante», añade también que los visitantes podrán escalar, pasar el tiempo y filosofar sobre la complejidad y la materialidad de la vida. Más de uno se quedará extasiado por la transición de 15 metros de diámetro en el inferior a los 45 del nivel más alto. Con todo, será una experiencia y todo un ejercicio físico para los visitantes.

Por cierto, sé que os lo estáis preguntando… ¿Qué pasa con la accesibilidad? ¿No deja de ser este monumento a la escalera inaccesible para un rango de la población? Según los promotores y los diseñadores, la extenuante escultura tendrá un ascensor curvo, capaz de trasladar a la cima a los que no puedan hacerlo de otra forma. De todas maneras, tenemos que evitar los juicios paralelos, la escalera es el mejor invento de la humanidad, gracias a ella hemos llegado a las más altas cotas, y no me parece nada justo tildarla de elemento inaccesible, au contrarie.

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