Las canciones que te harán eternamente adolescente

La música que escuchamos en la adolescencia nos acompaña toda la vida ejerciendo un efecto positivo en nuestro comportamiento.

Sandra Barneda. 19/02/2018

Si afirmo que la adolescencia es una etapa que marca a cualquiera, la mayoría estaremos de acuerdo. Pero si añado que la música de tu adolescencia la escucharás toda la vida, puede que consiga atrapar tu atención. Nuestras canciones favoritas, entre los 11 y los 14 años en el caso de las mujeres, y de los 13 a los 16 en los hombres, serán imprescindibles según la plataforma Spotify.

La razón no es ciencia cierta, pero si tenemos en cuenta que las casualidades no existen, pero sí una correlación entre las canciones que escuchamos y la que fue nuestra temprana edad del pavo… ¡Haz la prueba! Calcula el año de tu primera adolescencia y busca la lista de éxitos de la Billboard. En mi caso cumplía en 1988 y ese año fueron numero uno, George Michael con Faith, UB40 con Red red wine y una que cuando la escucho no puedo dejar de sonreír: Don’t Worry, Be happy de Bobby McFerrin.

Son canciones a las que recurro para cantar bajo la ducha, para tararearlas en el coche o simplemente tenerlas en la carpeta de favoritas. Si quieres probarlo, sitúa tu año en www.thenostalgiamachine.com y prepárate para cantar y bailar sin poderlo remediar. El estudio habla de la gran sincronía que se produce en la adolescencia entre las canciones y nuestra búsqueda de nosotros mismos. Ellas  nos han acompañado en un momento vital de primera crisis, de primer amor, de primer desamor, de primer muchas cosas y nuestra memoria emocional las ha guardado para siempre.

Spotify ha revolucionado a sus usuarios con dichas conclusiones que, como locos, comprueban  las coincidencias de canciones escuchadas en streaming de personas de la misma edad. Por ejemplo, las mujeres de 35 escuchan That’s Way Love Goes, éxito de 1993, la de 41 años en cambio prefieren Just Like Heaven de The Cure (1987) y las de 69 años siguen emocionándose con Oh, Pretty Woman de Roy Orbison (1964).

Quien pudiera pensar que es un simple ataque de nostalgia, constato que los científicos han demostrado que es un acto de felicidad. Nuestro cerebro libera dopamina, oxitocina y serotonina porque en la edad del pavo es precisamente la época que más liberamos este tipo de sustancias. Por ello,  Según David Levineautor de This Is Your Brain on Music: The Science of a Human Obsession, nuestras canciones adolescentes son Nuestras Canciones.

Todos sufrimos lo que los neuropsicólogos llaman toque de reminiscencia, es decir, la tendencia a recordar sucesos ocurridos durante la adolescencia y la temprana edad adulta. Esto no solo ocurre con la música sino también con las películas, los libros o los jugadores favoritos. Albert Einstein lo decía bien claro: “Siempre pienso en música y la música llena mis sueños de día. Puedo ver mi día en términos de música y de ella saco una gran parte de mi alegría”.

Ella nos ayudó a amansar nuestra montaña emocional durante nuestros años bárbaros. Nos acompañó en nuestro propio despertar a la vida y por ello, a esas canciones les rendimos tributo para siempre. Ya no me siento culpable cuando me siento en tantas cosas una eterna adolescente.

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