Agua vestida por Calvin Klein

Voss y Solán de Cabras son dos ejemplos de aguas de calidad. Ya sea por gustos o por salud, hay que saber qué se bebe.

Agua Voss
Agua Voss

Aunque no lo parezca a simple vista, cada agua es un mundo. De ahí que existan catas en las que se analizan la limpidez y transparencia, sus aromas (a hierro, cal o tierra) y su sabor, que depende claramente de su composición y mineralidad.

El agua es el componente mayoritario de nuestro cuerpo y se recomienda ingerir en torno a dos litros de agua al día porque entre sus múltiples funciones, el agua regula la temperatura corporal, controla la presión sanguínea, limpia los riñones y ayuda a absorber nutrientes.

En la actualidad, donde la preocupación por la salud es evidente, nos importa mucho lo que comemos y bebemos pero desde el punto de vista de la procedencia o de conocer los procesos de elaboración y conservación por los que pasa el producto. Es por ello que cuando la calidad del agua del grifo de nuestra casa es dudosa o el sabor desagradable, tendamos a consumir aguas minerales.

Igual pasa en restauración. Cada vez es más habitual encontrar cartas de aguas casi tan extensas y variadas como las de vinos, con aguas traídas de los cinco continentes. Somos exigentes y sabemos lo que queremos. Nos gusta la calidad y exigimos lo mejor. Pero para saber lo que gusta hay que probar.

Hoy hablaremos de dos grandes aguas: Solán de Cabras y Voss.

Voss es un agua noruega que Bodegas Torres posee en su cartera de productos. Su calidad es indudable, es un agua muy limpia y fresca. Pero en sus inicios creó polémica por la incertidumbre de su origen, ya que se decía que provenía de un glaciar. Sin embargo nace de un pozo artesano que abastece también a la red local de la localidad de Iveland cuyos habitantes pueden presumir de beber agua Voss a un pecio mucho menor. El diseño moderno y exclusivo de la botella es obra del director artístico de Calvin Klein.

Ediciones limitadas de Solán de Cabras por Loewe, Nacho Cano y Duyos

El ‘Gran Reserva’ de las aguas, Solán de Cabras, procede de un único manantial que brota al pie del Rebollar en la provincia de Cuenca. Es un agua homogénea y sana (cuenta la leyenda que un pastor llevaba a su rebaño a una solana cercana al manantial y que sus animales sanaban al beber su agua), inodora, de sabor muy suave y finísima al paladar. Se recomienda para dietas pobres en sodio e incluso para alimentación infantil.

En cuanto al diseño de su botella, aparte de la famosa e internacionalmente reconocible botella azul y tapón blanco, artistas y diseñadores suelen participar en ediciones especiales con causa. Es el caso de H2Oro by Duyos, la botella negra de Nacho Cano o la edición especial Agua de Loewe.

Yo me quedo con el producto nacional, porque Solán de Cabras me encanta, aunque la botella noruega me fascina.

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