Un clásico de moda: el vermú

¿Regresa la moda de tomar vermú o es que nunca se fue? Lo que está claro es que algo tendrá esta bebida  para que en España se manejen cifras tan asombrosas como estas: exportamos en torno a 20 millones de litros de vermú anuales – sobre todo a países como Italia o Francia – y consumimos entre 25 y 30 millones de litros al año.

Aunque las ciudades donde más se consume son Madrid (vermú) y Barcelona (vermut), este vino aromatizado es consumido también en otros lugares de España (Levante, País Vasco, La Rioja…), más en hostelería que en casa. Esto último puede deberse a que es una bebida originalmente asociada a la tan apreciada ‘hora del aperitivo’ – su característico amargor abre el apetito y de ahí la expresión -.

El vermú es una bebida elaborada a base de vino (400.000 hectolitros de vino se destinan anualmente en España para su producción), aromatizado con especias y edulcorado con azúcares, caramelo (que le aporta además color) o mosto. Entre las especias más habituales podemos encontrar ajenjo o artemisia (la estrella del vermú), anís estrellado, vainilla, clavo, hinojo, corteza de naranja, cardamomo, canela, melisa, jengibre…

En España se comercializan muchas marcas diferentes de esta bebida. Pero de escoger, el mejor vermú para recomendar sería el Vermut Lacuesta Reserva, elaborado en la localidad riojana de Haro por la bodega Martínez Lacuesta.

El  Vermut Lacuesta Reserva posee una elaboración más compleja muy mimada, adentrándose en el universo de las bebidas Premium. El extracto o conzia (hierbas y plantas aromáticas maceradas en frío en vino blanco) envejece durante un periodo de siete meses en barricas de roble francés de Allier, dando lugar a un vermut de color muy intenso, de aroma con fondos torrefactos y ligero amargor muy amable. Es perfecto para tomarlo bien frío, solo con una rodaja de naranja y una aceituna. Una experiencia única que os incitará a repetir.