Santo Resto&Deli: Brasileño por exigencia popular
Cuando Juliana Aguiar se decidió por abrir su propio local en Madrid, jamás pensó en montar un restaurante brasileño.
Cuando Juliana Aguiar decidió abrir su propio local en Madrid, jamás pensó en montar un restaurante brasileño. Su sentido práctico, después de haber trabajado durante quince años en hostelería, le llevó a diseñar un proyecto de restaurante de cocina mediterránea en la que, eso sí, cabían algunos matices brasileños. Han sido, sin embargo, esas facetas cariocas las que terminaron por conquistar a un público madrileño que busca el exotismo y que prefiere feijoada antes que judías pintas, por más que se parezcan entre ellas.
Ahora Juliana Aguiar, relaciones públicas, chef ejecutiva y, en suma, propietaria y trabajadora de Santo Resto, asume que su restaurante es mediterráneo pero también brasileño y por ello destina una buena parte de su carta a platos con nombres de reminiscencia tradicional propios del imaginario exótico-tropical, expresados en elaboraciones del siglo XXI.
Su local, deliciosamente decorado, emula una casa como pueda ser cualquier cocina dentro de un hogar sudamericano humilde, pero impregnado de esa atmósfera familiar que hemos respirado en casa de nuestra abuela, con una comida casera que nos transporta a la infancia e invita a rememorar buenos momentos. Todo a través de lo que ha dado en llamar “Comfortable food” y que contempla tanto la cocina que hemos hecho nuestra, como los giros brasileños que han ido creciendo a medida de las peticiones de los clientes.
Entre sus sugerencias brasileñas destacan la Moqueca de gambones con tarta de chirivía, el Cazón con bure de maíz, huevas de masago y banana en dos texturas; y el Confit de pato con rostí de yuca y reducción de kinkan. Entre las sugerencias de cualquiera que haya probado sus platos estará también su Pao do queijo, fino y delicioso, y que no necesita de salsas ni aderezos, por más que en Brasil no sepan comer si no es mojando y con varias guarniciones.
Resulta muy interesante su propuesta de brunch todos los domingos a partir de las 12:30h. Sin ser el del Hotel InterContinental, su “humilde” puesta en escena a base de distintos panes con mantequillas y mermeladas, tostadas con huevos benedictine, embutidos, quesos, verduritas y zumos naturales es para tomar muy en cuenta, especialmente cuando se decide pasar el día paseando por el barrio de Ópera, cada vez más agradable y renovado de restaurantes.