El alquimista de Laetitia Casta

La incompetencia de un médico, que le dejó cicatrices en su rostro cuando era un niño, hizo que Hervé Hérau investigase sobre la piel aunque él reconoce que tiene un don especial, que no se encuentra en los libros. Esas aptitudes innatas las pone en práctica para cuidar de una manera atípica la piel de sus clientes (hombres y mujeres) que son capaces de esperar meses hasta que consiguen una cita.

Y digo que su ritual es atípico porque, además de crear una fórmula idónea «sobre la marcha» con mezcla de ingredientes vegetales, mientras su paciente reposa en la camilla con una mascarilla, realiza un masaje de presión en el abdomen (centro de todas las energías del cuerpo) que quien lo prueba dice que sale como nuevo de su consulta. Todo este proceso se realiza en el más absoluto silencio, dura una hora y cuesta 500€.

Aunque cueste creerlo (las periodistas que fuimos invitadas a un encuentro en Madrid con él insistimos con no pocas preguntas) Hérau insiste en que la piel le habla al tocarla y le comunica multitud de datos escondidos a la vista. Él se encarga de descifrarlos. Y es que este alquimista busca la luminosidad de la piel pero también una armonía interior que permita un bienestar general. Este es un aspecto que destacan tanto Carine Roitfeld como Laetitia Casta, que en este caso no son reacias a pregonar a los cuatro vientos las excelencias del francés. En el caso de la actriz va más allá y en una carta explica que «con Hervé, siempre tengo la impresión de que nunca podré devolverle todo lo que da y cada resquicio de mi piel, cada célula de mi cuerpo lo aprecia y le está eternamente agradecida».

En un encuentro al que asistió The Luxonomist, Hérau deja claro que «yo trabajo con la edad interior además de armonizar las energías celulares». Entre sus consejos me llamó la atención que no se debe aplicar contorno de ojos por la noche porque inflama los tejidos y, por tanto, provoca bolsas. Hace ocho años decidió lanzar la línea The Way of Alchemy. Son cinco productos que consiguen calmar, reestructura la piel al mismo tiempo que aportan luminosidad e hidratación. El intenso olor a extractos botánicos naturales de estas cremas llama poderosamente la atención.

• Water Care (45€) tiene como base el agua mineral procedente de las montañas con extracto de pepitas de pomelo y betaglucano, un agente que calma la piel.
• La Pommade (105€) con nuez de Brasil, pino, almendras dulces, zinc, magnesio, cobre, selenio, cicuta… es de textura más espesa pero calentándola en la mano se extiende sin problema.
• Gel Crema (95€), muy ligera con alaria escuelenta (un alga que mejora la microcirculación sanguínea), sirtuinas que previenen los daños en el ADN de las células, frambuesa, zanahoria (que regula el estrés epidérmico) y aceite esencial de romero que drena y estimula.
• Crema Extra Rich (115€) cuya fórmula incluye los ingredientes del producto anterior además de geranium rosa de Egipto, que combate la deshidratación.
• Crema corporal (65€) a la que se añade también clorofila. Se agotó en España a los pocos días de ponerse a la venta.

Todos estos productos, es curioso, no se pueden comprar en el propio centro del alquimista sino que hay que ir a buscarlos a Colette, la tienda multimarca de culto en París. En España acaban de llegar de la mano de Natalia de la Vega que viaja por todo el mundo y prueba lo mejor para implantarlo en Tacha, su centro de belleza multidisciplinar ubicado en Madrid (desde hace más de 20 años) y al que acuden habitualmente Paula Echevarría, Maribel Verdú... y otras muchas mujeres anónimas que buscan los tratamientos más punteros del planeta sin tener que moverse de la ciudad. Tal y como ocurre ahora con Hervé Hérau, que viajará a la capital madrileña cada dos meses para realizar su eficaz ritual de belleza a medida.