Bocatas de autor español en El Porrón Canalla
De La Tasquita de Enfrente a los bocatas. Así es el nuevo proyecto de Juanjo López Bedmar que rescata los bocadillos regados con porrones de vino, cerveza Estrella Damm o tinto de verano
De La Tasquita de Enfrente a los bocatas. Así es el nuevo proyecto de Juanjo López Bedmar, quien ahora se atreve a dar un paso “regresivo” para volver al bocadillo español de toda la vida en un restaurante de carácter canalla y transgresor que pretende devolverle la honra a esta fast-food española heredada de nuestros padres y abuelos.
En formato híbrido entre taberna y bocatería, El Porrón Canalla es el nuevo del barrio, y ni pasa desapercibido ni resulta indiferente en su ubicación en el 2 de la calle Ballesta. Su estética de garaje con tintes rebeldes acompañan a esta reivindicación a los bocatas, en una suerte de oda al “bocata-lata” de sardinas o a ese de tortilla que nos recuerda al que nos preparaba nuestra madre.
Variedades clásicas y otras con el puntito de renovación (o mejora) de Juanjo López, a quien veremos pasear entre los ahora vecinos La Tasquita de Enfrente y El Porrón, con sabores a ibérico y a tradición castiza o familiar. Y todos los bocadillos, regados con tragos de “porrón”, ya que por algo se llama así el sitio. Un porrón que puede ser de vino, de cerveza Estrella Damm o de tinto de verano. Aunque hay que atreverse y al menos intentarlo como condición de la casa, los menos valientes también pueden pedir un vaso y se lo van a dar. Se trata, al fin y al cabo, de vivir ese momento bocata de buen rollo y disfrutar de una gran cantidad de sabores a elegir.
Su apuesta por materias primas de excelencia, como las Conservas Frinsa o el pan Viena La Baguette prometen ser una parte fundamental del éxito de esta nueva apuesta gastronómica. ¿Qué tal suena uno de calamares “de verdad”? ¿O uno de sardina con cebolla? Otras opciones son el chorizo con huevo o incluso, si eres goloso, ¡el bocadillo de chocolate!
Bienvenida sea esta nueva apuesta al bocata español. Una alternativa a la modernidad de las tabernas japonesas y al cuco-restaurante de moda que hereda el canallismo del local en el que su ubica, antaño sede de dos míticos prostíbulos de Madrid. ¡Todo sea por preservar nuestro patrimonio gastronómico!