Telas en mis entretelas

Las telas en Zurbarán cobran vida y te trasportan al disfrute de los que un pliegue es capaz de expresar mediante la perfección de luz y forma.

Mamen Rodrigo. 25/06/2015
Detalle del cuadro ' de Zurbarán
Detalle del cuadro ' de Zurbarán
Detalle del cuadro ‘La Adoración de los Magos’ de Zurbarán

La luz, la sobriedad, la forma contundente, la composición de las figuras, la proporción de los objetos, la excelencia del dibujo, la tranquilidad de los rostros, la espiritualidad contenida, la ejecución de las imágenes… Las telas, sobre todo, las telas. Las telas en Zurbarán cobran vida y te trasportan, desde la ejecución de un cuadro del siglo XVII a la riqueza expresiva de las texturas; al disfrute de los que un pliegue es capaz de expresar mediante la perfección de luz y forma.

Obras de Zurbarán en el Museo Thyssen Bornemisza
Obras ‘La Adoración de los Magos’ y ‘Santa Águeda’ de Zurbarán en el Museo Thyssen Bornemisza

Madrid está de enhorabuena, el Museo Thyssen-Bornemisza alberga hasta el próximo mes de septiembre la exposición ‘Zurbarán, una nueva mirada’. Cuarenta y siete lienzos, algunos inéditos y otros que nunca habían visitado España, se muestran como una experiencia no sólo visual, sino sentimental.

Obras de Zurbarán en el Museo Thyssen-Bornemisza
‘San Serapio’ y ‘San Ambrosio’ de Zurbarán en el Museo Thyssen-Bornemisza

Nada puede añadirse a la obra de Francisco de Zurbarán, pero sí disfrutar del lujo que supone contemplar esta muestra y dejarse guiar por la el tacto visual, en los hábitos blancos de los monjes, en las capas de armiño de los Magos, en la precisión del trazo de los Santos. La exposición se completa con una serie de naturalezas muertas, obras de su hijo, Juan de Zurbarán, y de algunos discípulos de su Escuela.

Naturaleza muerta de Juan de Zurbarán
Naturaleza muerta de Juan de Zurbarán

Para mí, una vez más, Zurbarán es y son las telas, sus telas, las que me llegan dentro, las que absorbe mi pupila hacia mis entretelas y las que alumbran las salas de la pinacoteca. Un buen momento para desconectar, ver telas sin tocarlas; aspirar cualquier pliegue y disfrutar. (Fotografías: Museo Thyssen-Bornemisza).

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