El azulejo portugués, candidato a Patrimonio de la Humanidad
El azulejo portugués surgió en el siglo XVI, cuando entran en Portugal los azulejos de origen hispano-moriscos producidos en Al-Andalus.
El Gobierno de Portugal, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural (DGPC), prepara la candidatura del azulejo portugués a Patrimonio de la Humanidad que otorga la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Para preparar esta candidatura, el DGPC contará con la ayuda del Laboratorio Nacional de Ingeniería Civil, de la Comisión Nacional de la UNESCO y del Ministerio de Relaciones Exteriores.
«En los últimos años, el azulejo portugués ha cobrado importancia a nivel internacional. Sirve como fuente de inspiración, en particular para diseñadores y decoradores, y está cada vez más presente en todo el mundo de habla portuguesa», afirmó el secretario de Estado de Cultura, Jorge Barreto Xavier, durante la inauguración de la sala de Manuel dos Santos en el Museo Nacional del Azulejo (MNAZ), uno de los pintores de azulejos más destacados en Portugal.
Historia del azulejo portugués
El azulejo portugués surgió en el siglo XVI, cuando entran en Portugal los azulejos de origen hispano-moriscos producidos en Al-Andalus. “En nuestro país, se han utilizado de una manera única, creando una arquitectura ilusoria», recordó la Dirección General de Patrimonio Cultural en un comunicado.
A partir de ahí se crearon varios patrones y estéticas diferentes con diversos usos. En el siglo XVIII se utilizó principalmente para decorar los interiores de edificios históricos, mientras que en el siglo XIX pasó a las fachadas. Ya en el siglo XX, el azulejo entró en el arte urbano, para ser utilizado en diversos espacios modernos, como aeropuertos, estaciones de metro o tren y puentes.
El Museo Nacional del Azulejo (MNAZ) se instaló en Lisboa en el antiguo monasterio de la Madre de Dios, fundada en 1509 por la reina Leonor. El museo se remonta al siglo XV y se enriqueció sucesivamente con nuevas piezas que establecen una ruta entre el azulejo arcaico de la segunda mitad del siglo XV y la producción de baldosas contemporáneo.