El maravilloso mundo de Kirsty Mitchell
La fotógrafa inglesa crea personajes mágicos fundidos en naturalezas encantadas. Amante de la estética, trabajó en la industria de la moda antes de sumergirse en el arte de la luz.
Nunca había mirado de verdad sino hasta que se puso detrás del lente, afirma. Y la vida de los detalles, lo que pasa desapercibido, quedó fijo en sus imágenes. Para esta fotógrafa autodidacta, nacida y criada en el condado de Kent, más conocido como ‘el jardín de Inglaterra’, detener el tiempo y recrear los sueños de infancia fue un proceso.
La tristeza por la enfermedad y muerte de su madre, llevó a Kirsty a hacer un giro en su carrera como diseñadora de moda. Empezó el proyecto ‘Wonderland’ en el verano del 2009, meses después de su partida. Cree que fue su necesidad de bloquear el dolor por la partida de la que fuere su mejor amiga y profesora de la literatura.
La serie recrea un mundo onírico, enfundado de seducción, desbordante en su estética, clamorosa en sus tonalidades y con ese toque de excentricidad tan propio de los ingleses. Cada escena es una historia hecha con gajos de los cuentos que su madre le leía de pequeña y la elaboración de los sueños que le inspiraron.
Mujeres-reinas con cuellos de flores que portan llaves con forma de hadas para abrir puertas mágicas. Mujeres-bestias que lloran lágrimas amarillas ataviadas como diosas del sol. Mujeres-fantasmas que son sebos para mariposas con alas hechas con páginas de libros. Geishas doloridas que apenas soportan el invierno y se esconden de la nieve con un paraguas de flores. O reyes que caen destronados en campos de lavanda.
Tiene una relación espiritual con la naturaleza y la hace su escenario. Obtiene de ella la materia prima (flores, ramas, árboles) que replica en ornamentos y vestimentas. Los trajes, las pelucas y las joyas son hechas a mano por Kirsty. Una idea le puede tomar un año en elaborar y para concretar, necesita otros cinco meses. Con su musa, la modelo Katie Hardwick, y la maquilladora y estilista Elbie Van Eeden, logran un equipo siempre en búsqueda de lo extraordinario.
Reniega de todo lo que en una fotografía sea evidente y logra capas de historias sucesivas que el observador puede imaginar o leer en los apuntes de su diario. Estudia los elementos del clima, las particularidades de las estaciones, para luego subvertirlos. El contraste genera una atmósfera peculiar, bella y, sobretodo, poderosa.
Discípula de Alexander McQueen y Hussein Chalayan , fue tal la obsesión que le generó esta nueva faceta creativa que dejó la industria de la moda. En 2014 ganó el gran premio Visual Story Telling de Lens Culture y desde entonces su ascenso ha sido meteórico, con publicaciones en Vogue, Harper’s Bazar, Stern y The Guardian, entre muchos otros medios.
La rebelión de Kirsty Mitchell contra la muerte de su madre le abrió un nuevo mundo, en el que no sólo ha encontrado su voz creativa, sino que ha alcanzado el éxito.