A Santiago por el Camino Primitivo
"Quien va a Santiago y no al Salvador (Oviedo) sirve al criado y no al señor"
La UNESCO ha declarado Patrimomio de la Humanidad a los orígenes históricos del Camino Jacobeo que incluyen a cinco comunidades autónomas: La Rioja, Cantabria, País Vasco, Asturias y Galicia. Son cuatro rutas: Camino Primitivo (que se inicia en Oviedo), Camimo Costero, Camino Vasco Riojano (comienza en Irún) y Camino de Liébana (que se inicia en Santo Toribio de Liébana en Cantabria).
El primero de todos fue el denominado Camino Primitivo. Fué utilizado por los primeros peregrinos que venían de Oviedo. Debió «inaugurarlo» Alfonso II que se dirigió a Compostela al enterarse del hallazgo de la tumba del apostol en el año 814. Poco a poco, principalmente por intereses comerciales, fue siendo «desbancado» por el francés. Pero siempre se dijo: «Quien va a Santiago y no al Salvador sirve al criado y no al señor».
Muchos lo siguen prefiriendo y el paisaje es sin duda más bello. Era -y lo sigue siendo- un camino montañoso con difíciles pasos de montaña como el Puerto del Palo. El camino parte de la catedral de Oviedo (donde se guardan las reliquias en la Cámara Santa, entre ellas una sandalia de San Pedro y la Cruz de la Victoria que se dice -falsamente- que llevaba Pelayo en Covadonga).
La estatua de Alfonso II nos despide y las conchas de bronce en el suelo llevan hasta la salida de la ciudad. En Grado se entra por el barrio de San Pelayo con el museo etnográfico y el Palacio de Valdecarzana (actual Casa de Cultura). Estamos en zona vaqueira y nos encontramos con el Monasterio de Santa María la Real de Obona que tuvo mucha importancia como hospedería. Hay capillas de devoción jacobea durante todo el camino, casi todas dedicadas al Salvador más que a Santiago.
Luego se llega a Pola de Allande con el Palacio de Cienfuegos del XIV y hórreos y paneras jalonando el camino. El Puerto del Palo es muy dura subida, antes de llegar a Grandas de Salime donde se encuentra uno de los más bellos templos, el del Salvador con portada románica, y el castro de Sao Martín, que fue celta antes de ser romano. En Grandas se encuentra uno de los más interesantes museos etnográficos, no ya de Asturias sino de España: el Museo de Pepe el Ferreiro.
A la salida, la Central de Grandas (con pinturas de Vaquero Turcios), cuya construcción inundó hace años el pueblo de Salime, en medio de un impresionante paisaje. Más allá, por el Alto del Acebo, entramos en Galicia. Ahora cuando finalizan los calores del verano es buena época para hacer este trozo asturiano del Camino Primitivo y probar su gastronomía en la que destacan fabadas, potes de berza, embutidos y el arroz con leche o la tarta de avellana. Y por supuesto la sidra. Si por comer la manzana perdimos el Paraíso, por la sidra lo recuperamos.