El por qué del éxito de Torretta
El diseñador ha comenzado a colaborar con la empresa de complementos UNOde50
Su ropa elegante y sencilla, con un excelente patronaje, no sólo triunfa sobre las pasarelas sino también en las tiendas. Y lo logra desde hace muchos años. «El balance es positivo, inmejorable gracias a otra asturiana, mi mujer Carmen, que trabaja conmigo» me cuenta Roberto Torretta horas antes de su desfile en la Madrid Fashion Week mientras realiza con su hija María el fitting (las pruebas de la ropa que van a lucir las modelos -algunas recién llegadas de Nueva York- y que en la mayoría de los casos hay que adaptar para que el resultado sea perfecto). Se intenta ganar el duelo a la improvisación.
Con música de Diego Torán, maquillaje de Yolanda López y peluquería a cargo de Beatriz Matallana, la puesta en escena fue coherente: «Lo más difícil de un desfile es que transmita un mensaje único porque no se trata de hacer prendas para un muestrario». Las modelos («me gustaría que todas fueran rubias y con el pelo largo como en el desfile de Chloé pero no tengo suficientes medios…») lucieron propuestas muy femeninas para la primavera-verano 2016. Torretta explica que se ha inspirado en la conexión de las mujeres urbanitas con la naturaleza. El resultado: estampados naturales, jacquard de algodón y una paleta de colores muy apetecible liderada por el rosa en sus distintas variedades.
Además, la colección juega con distintos escotes (con un hombro fuera, en pico, redondos…) y asimetrías (¡el pantalón con caída de falta por delante me ha encandilado!). El cuero no podía faltar y en esta ocasión se lució en gris metalizado. Como guinda, el diseñador quiso mostrar un traje de novia realizado en guipur blanco sin mangas con velo corto. Se trataba del que diseñó para su hija María, quien se casó en la localidad segoviana de Pedraza hace unos meses.
Los complementos de plata de la empresa familiar española UNOde50 aportaron el necesario toque canalla. «Estoy encantado con esta colaboración que hemos iniciado porque es una compañía que lo ha hecho francamente bien, con una expansión internacional impecable«, me cuenta Torretta mientras examina el largo de un vestido. Y es que la presencia en el extranjero es algo importante para el diseñador: «En su día nos equivocamos porque hay que internacionalizar cuando tienes dinero. Esa lección la aprendí y por eso ahora que nos van bien las cosas estamos saliendo al extranjero. Tenemos presencia en América, Corea, Sudamérica…«.
Hablamos de las crisis (no duda de que «la última con diferencia ha sido la peor«) y de sus consecuencias… una de ellas, la reestructuración total de la empresa. «En octubre-noviembre de 2008 me entró pánico y vértigo, no había tiempo para pensar ni para ver los brotes verdes de los que hablaba una ministra. Yo veía un tsunami… Ahí empezamos casi de cero«, me confiesa Torretta, quien a pesar de las adversidades nunca pensó en arrojar la toalla.
Otra consecuencia, la profesionalización de los diseñadores españoles: «Nos hemos hecho competitivos porque antes era un poco cachondeo. Todos los que hemos sobrevivido estamos apretando continuamente«. Dice que le encantan los desafíos y poder competir con todas las marcas del planeta con profesionalidad. La falta de medios se compensa, dice Torretta, con esfuerzo y creatividad. Pero no sólo a la hora de diseñar una falda porque, según el diseñador, la vida es creatividad. Una actitud de vida que comenzará a plasmar en el papel dentro de una semana que es cuando comienza a preparar la siguiente colección: Otoño- Invierno 2017. Quizá ahora Torretta esté jugando al golf porque «es algo que me encanta hacer en mi tiempo de desconexión«.