Danzantes, Danzadores y Danzarines
Las danzas que perduran han pasado de generación en generación y, en su mayor parte, se celebran en fiestas patronales.
«Danzante sin fronteras
de plumas y bastones,
que al canto del tambor
levantas tus talones»
Danzas las hay en muchas fiestas pero el mes de septiembre ha sido especialmente rico en ellas. Las bailan grupos de danzantes (casi siempre ocho vestidos de blanco ya que representan el bien) acompañados de personajes grotescos (que reciben nombres diferentes según el lugar: «zarragones», «cachiburrios»,«tetines», «botargas»… simbolizan el mal o la enfermedad y que curiosamente se suelen encargar del orden de la danza). Tanto unos como otros, son intermediarios junto a la Virgen y los santos.
Algunas se han recuperado, pero desgraciadamente muchas de ellas han ido desapareciendo en los últimos años por falta de apoyo. Las que perduran han pasado de generación en generación y, en su mayor parte, se celebran en fiestas patronales y durante las romerías hasta la ermita del santo o la Virgen. Su origen es muy antiguo estando relacionadas principalmente con el culto a la Madre Tierra. Antes sólo intervenían hombres pero, debido al despoblamiento de los pueblos, se han tenido que incorporar también mujeres.
La indumentaria suele ser parecida: Enaguas blancas almidonadas, cintas de colores, sombreros adornados con flores y plumas… En las danzas destacan por su espectacularidad las de «paloteo», que se bailaban en momentos especiales y también para rogativas de agua o solucionar epidemias. La danza y la fiesta están en todas las culturas y pueblos. Su importancia se debe a que han conseguido llegar hasta nuestros días y a su gran variedad, debido a la geografía que ha servido para aislarlas. Por eso las de montaña han podido conservar mejor su folclore. Hay que tener en cuenta que la danza -y también la fiesta- pierden cuando «viajan» a otros lugares.
La diferencia entre las danzas de occidente y las de oriente es que en las primeras el movimiento radica en las piernas, mientras que en oriente en el torso, brazos, cuello y cabeza. Los danzantes occidentales saltan y corren mientras que los orientales no se mueven del sitio girando sobre sí mismos. Ambos tipos de danzas en su origen tuvieron carácter religioso.