10 buenas excusas para descubrir Melilla

Hoy citaremos unas cuantas razones para dejarse seducir por la que Carla Royo-Villanova llama "Mi Melilla Intensa".

Carla Royo-Villanova. 27/10/2015

Desde 1497, cuando Don Pedro de Estopiñán conquista el suelo de Melilla para el reino de Castilla, es joya amurallada del Mediterráneo. Sin embargo el boom turístico español de los años 60, 70 y 80 no supo apreciarlo. No hay mal que por bien no venga. De ahí que ahora Melilla continúe siendo joya amurallada del Mediterráneo con un turismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente y con su propia  identidad cultural y artística. Melilla ofrece turismo de calidad e idiosincrasia. Una ciudad que se ha sentido olvidada y sin embargo derrocha hospitalidad.

Vistas de Melilla desde el Parador de Turismo
Vistas de Melilla desde el Parador de Turismo

Nos olvidamos del pasado más cercano, aquel que ninguneó a Melilla, para alabarla con un futuro prometedor como una de las rutas más hermosas de nuestro país. Hace varios años tuve la suerte de conocerla y desde entonces es mi visita obligada al menos una vez al año. Hoy en el Rincón de Carla os dejo 10 excusas para descubrir y dejarse sorprender por la muy acogedora y hospitalaria ciudad.

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Melilla fortificada, vista nocturna

Historia. Pasear por Melilla es viajar por la historia de nuestro país y el misterio de África. Desde los romanos, fenicios y luego los Reyes Católicos o los asedios hasta nuestros días. Comenzamos por la fortificada Melilla La Vieja y sus cuatro ampliaciones amuralladas. Infranqueable ciudadela que sin embargo estuvo amenazada por los sultanes y por ellos  asediada en múltiples ocasiones.  Las Cuevas del Conventico sobrecogen con las historias que allí se encierran. Meses de asedio escondidos en las cuevas pasaron los habitantes de Melilla esperando refuerzos para derrotar a las tropas del sultán. Y en la ciudad antigua siglos de historia en un enclave milenario que hará las delicias del visitante más erudito.

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Mezquita de Enrique Nieto y fuentes de rico pasado histórico

Arquitectura. Si bien su ciudadela ofrece un amplio recorrido entre puertas y accesos a la ciudad en perfecto estado de conservación, fosos, aljibes, murallas y edificios medievales, Melilla resulta admirable para los amantes de la historia pero también de la arquitectura. En la ciudadela encontramos por ejemplo la única capilla gótica de África, la capilla de Santiago Apóstol, ubicada en una de las entradas amuralladas. Pero sus siglos de historia esconden restos fenicios, romanos, vándalos, bizantinos y árabes, pueblos que dejaron en esta ciudad un sello cultural que la convierte en un gran museo arquitectónico tan diverso como exótico.

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Sinagoga modernista de Enrique Nieto y su estatua frente a uno de sus edificios modernistas

Y cuando “el Pueblo” se queda pequeño, un discípulo de Gaudí llega a Melilla para ocuparse de su ensanche. Enrique Nieto deja en Melilla su legado y la convierte en la segunda ciudad modernista de España, con más de 900 edificios modernistas y art decó. En 1946 Melilla construye su plaza de toros, “la Mezquita del Toreo”, de estilo neobarroco andaluz y recientemente rehabilitada, es una curiosidad arquitectónica más de la Ciudad Autónoma.

Ejemplos de arquitectura modernista en Melilla
Ejemplos de arquitectura modernista en Melilla

Museos. La ciudad entera es un museo viviente, pero en ella encontramos opciones culturales que nos repasan la historia de un pueblo luchador y valiente. En la Plaza de la Parada tenemos el Archivo Central de la ciudad con documentos de su rico patrimonio ubicado en lo que fue el Hospital del Rey, un lugar simbólico y testigo existencial de los melillenses. En la bellísima Plaza de Pedro Estopiñán tenemos el Museo Ibáñez con una colección de arte moderno y contemporáneo.

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Plaza de Pedro Estopiñán y Museo Ibáñez

Otra plaza, la de los Aljibes, aloja en los almacenes de Peñuelas el Museo Etnográfico de las Culturas donde podremos comprobar el paso de los siglos y el curso de la historia a través de los moradores de la ciudad. El Museo Histórico Militar pone de manifiesto la importancia histórica que las Fuerzas Armadas han tenido y tienen en la Ciudad Autónoma. Desde los primeros colonizadores fenicios hasta la actualidad. Estrategias bélicas de supervivencia y razón de ser de legionarios, regulares y militares de todos los tiempos. Desde la parte superior del museo podremos contemplar las más bellas vistas de Melilla La Vieja, sus acantilados, las Chafarinas y el mar.

Vistas de Melilla la Vieja
Vistas de Melilla la Vieja

Gastronomía. Basada en excelente materia prima. El pescado, los moluscos y el marisco son referente indiscutible. Pero también el exotismo de los platos árabes, sus “tajines” de pollo o cordero, cuscúes o los siempre apetecibles pinchitos melillenses. En Melilla podremos saborear la riqueza cultural de la que estamos hablando. Mezclas de aromas y sabores que enriquecen aún más si cabe el exotismo que encierra esta pequeña ciudad. La costumbre más nuestra, el tapeo, es en Melilla exaltado hasta la saciedad. Cada bar tiene su especialidad que nos ofrecen siempre con el vino o la cerveza. La ruta del tapeo es uno de los grandes reclamos de la ciudad. El marisco en amplia variedad es plato fuerte en Melilla y sus únicos langostinos de la Mar Chica harán que siempre queramos  volver.

Espectacular tapeo en Melilla
Espectacular tapeo en Melilla

Culturas y religiones. Un mar y dos continentes hacen que en ella confluyan distintas culturas que la dotan de exotismo y originalidad. La mezcla étnica de sus habitantes no deja indiferente a nadie. Cuatro religiones conviven en Melilla como ejemplo de integridad, sumando en lugar de restar. Respetuosos los unos con los otros, juntos celebrando la Semana Santa cristiana, el Ramadán, el Jakuná judío o el Diwalí de los hindúes. Sabiduría propia de siglos de convivencia pacífica. Iglesias, mezquitas, sinagogas y templos hindúes pero culturas también reflejadas en una gastronomía variada y exquisita. Una sola Comunidad pero muchos ropajes diferentes. Ejemplo de integración social y democrática. Todos los domingos hay visitas organizadas a los templos de la ciudad, muchos de ellos edificados por Enrique Nieto, como la Mezquita o la impresionante Sinagoga (en fotos superiores).

Real y Pontificia Iglesia de la Purísima Concepción y su Cristo del Socorro
Real y Pontificia Iglesia de la Purísima Concepción y su Cristo del Socorro

La Real y Pontificia Iglesia de la Purísima Concepción. Mención especial por ser el santo lugar donde se venera a La Patrona Coronada y Alcaldesa Honoraria Perpetua de Melilla, la Virgen de la Victoria, en una talla del siglo XVI de la escuela levantina. Pero en su románico interior, es la Iglesia más antigua de Melilla, está el adorado Cristo de la Vera Cruz o del Socorro, llamado así por contar la leyenda que los barcos españoles al llegar a Melilla para liberar al pueblo del último asedio, y creyendo que ya no quedaban habitantes, emprendieron el regreso.

Fue entonces cuando un marinero avistó al Cristo que desde la playa Trápana de las Cuevas del Convetico agitaban los supervivientes. Desde entonces los melillenses acuden a Él para solicitar protección. La Capilla de la Virgen del Carmen, donada a Melilla por el Rey Felipe IV. No menos importante para los melillenses es su Jesucristo Nazareno con La Cruz a Cuestas, del siglo XVII  y atribuido a Pedro de Mena.

La albufera de la Mar Chica
La Mar Chica

Aventura. Melilla como punto de partida hacia las rutas más salvajes y perdidas del norte de África. El Rif, el bellísimo Cabo de Tres Forcas y Kelaya o La Mar Chica. El macizo del Gurugú es un Parque Natural donde encontramos la colonia de monos Berbería y las ruinas romanas de Tazuda.… Rutas en todo terreno, playas solitarias como la Tramontana, Puntanegri o Charranen. Una buena brújula la mejor compañera para una gran aventura hacia el interior. El oasis de Figuig nos espera tras el mar de arena de Merzouga para adentrarnos en lo más profundo del Sahara.

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Costa marroquí hasta el Cabo de Tres Forcas

Deportes náuticos. El sol y el mar son protagonistas de Melilla durante todo el año. El Puerto Deportivo ofrece todo tipo de incursiones marinas y deportivas, desde tranquilos paseos en velero, hasta la pesca submarina y el buceo o  el esquí acuático. Más de dos kilómetros de playa para disfrutar de la tranquilidad, fina arena blanca y baños en un agua turquesa e inolvidable. La Bandera Azul de la UE certifica su calidad y el Mediterráneo su belleza. Los amantes de la vela tienen aquí una cita anual con la Semana Náutica Ciudad de Melilla. Regata puntuable para el Campeonato de España de Cruceros IMS.

Recuerdos apetecibles inundan los mercados
Recuerdos apetecibles inundan los mercados

Paraíso de compras. No podemos olvidarnos de una de las claves comerciales de la ciudad. El comercio es variado y exótico como todo lo que aquí se respira. Desde tiendas de lujosos tejidos árabes, hasta recuerdos y souvenirs. Vajillas de estilo árabe, alegres y coloristas, detalles bereberes o chilabas y babuchas. Pero también especias difíciles de encontrar en la Península, semillas de plantas exóticas o frutas y verduras que luego crecerán en nuestras macetas como recuerdo gastronómico de una ciudad mágica. Plata y joyería en el Triángulo de Oro, piezas de arte hebreo, hindú y musulmán, artesanía en cuero, tapices, cerámica. Un sinfín de productos originales y siempre apetecibles.

La albufera de Melilla
La Mar Chica de Melilla

Fácil acceso. Tierra, mar y aire para llegar a un rincón único. De apariencia escondida es sin embargo una ciudad bien comunicada. Por mar Trasmediterránea y Armas ofrecen salidas desde Almería, Málaga y Motril.  En temporada estival hay buques de alta velocidad a Málaga y Almería. Por aire tenemos vuelos diarios con la Península. Málaga, Madrid, Granada y Almería son los aeropuertos desde los que tenemos conexión directa. En algunas épocas del año también hay vuelos desde Valencia. La carretera comunica Melilla con Marruecos y Argelia.

La historia, la gastronomía, la aventura y el mar nos esperan en Melilla. Por algo yo la llamo Mi Melilla Intensa. *Fotografías: Carla Royo-Villanova.

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