Carmona: un paseo entre culturas
En la UNESCO no están todas las que son (aunque sí son todas los que están).
España tiene quince ciudades declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Otras se han quedado en el camino, a pesar de haber sido propuestas varias veces. Las que han sido nominadas se han hecho demasiado turísticas y las que no son menos multitudinarias y quizás por ello conservan mejor su encanto. Entre estas últimas la que más destaca es la sevillana Carmona. Su principal mérito es haber albergado civilizaciones ininterrumpidamente durante cinco siglos, respetadas por los que iban llegando.
Tan antigua es Carmona que uno de sus reyes participó en la segunda guerra púnica y los cartagineses la llamaron Kar-Hammon (ciudad del dios Hammon), que los romanos transformaron en Carmo. Por ella pasaba la Vía Augusta, utilizada durante siglos como camino y conocida popularmente como el «empedradillo». Su necrópolis romana es la más importante de España, con trescientas tumbas descubiertas y muchísimas sin excavar. La más importante es la del elefante (el 25 de diciembre un rayo de sol la iluminaba) y la de Servilia (ejemplo de cómo recibía sepultura la gente importante). Un museo muestra las piezas halladas. Enfrente de la necrópolis se encuentra el enorme anfiteatro también sin excavar.
Los árabes la denominaron Karmuna -de donde proviene su actual nombre- rehicieron los dos alcázares romanos y levantaron murallas que aún se conservan. En su escudo campea una estrella de ocho puntas y la famosa frase, que dicen pronunció Fernando III el Santo ante sus murallas: «Como el lucero de la aurora, así brilla Carmona en Andalucía». Pedro I la engrandeció convirtiendo en palacio el alcázar árabe, actualmente Parador de Turismo, situado en lo alto de la ciudad con magníficas vistas.
Se decía que las puertas de Carmona no se cerraban nunca como desafío a sus enemigos. Entre sus numerosas torres destaca la mudéjar de San Pedro, reproducción en pequeño de la giralda sevillana, con giraldillo y todo. Cuando el destructivo terremoto de 1504, no se cayó porque la sostuvo -dicen- Santa Rufina. Curiosamente, mientras la parte antigua está en terreno firme, la moderna se resiente cada vez que hay un movimiento sísmico. Las grietas en el terreno anuncian, para algunos, negros presagios en la ciudad que, pese a todo, sigue creciendo.
Carmona, es Conjunto Histórico y tiene declaradas Zonas Arqueológica el Museo y la Necrópolis Romana, contando con 561 yacimientos. Destaca también su gastronomía: No hay que dejar de comer la Alboronilla (guiso de berenjenas), gazpachos, esparragos, papas en amarillo con bacalao y pescados. Son típicas las tapas en cualquier bar-restaurante de los alrededores de la plaza de San Fernando, en «La Plaza» o «El Ancla» y «Venta El Recreo» (en las afueras). Son famosos también los roscos, bollos de aceite y hojaldres del convento de Santa Clara.
*Portada: Vistas de Carmona desde el alcázar. *Todas las fotografías: César Justel.