Dormir bien regula nuestra felicidad ¡y nuestro peso!

Tomad nota todos aquellos que pensábais que dormir es una pérdida de tiempo. Si no descansamos lo suficiente estamos en peligro… ¡y somos más propensos a engordar!

Ana Villarrubia. 18/02/2016

Son pocas las personas que madrugan sin esfuerzo y que al escuchar el sonido del despertador no tienen la sensación, una mañana tras otra, de que ha sonado demasiado pronto. Es el pan nuestro de cada día. Nos enfrentamos a la mayor parte de nuestras jornadas sintiendo que no hemos descansado lo suficiente. Y por mucho que el día anterior nos hubiésemos propuesto levantarnos más temprano, volvemos a aplazar la alarma del móvil. Porque la hora a la que nos levantamos es muy poco flexible y con la hora a la que nos acostamos tendemos a ser poco responsables.

Dormir entre 7 y 9 horas mejora nuestra atención y concentración
Dormir entre 7 y 9 horas mejora nuestra atención y concentración

Hasta la persona con la agenda más ocupada del universo podría organizarse de tal modo que le dedicara más tiempo a su descanso. Pero cuando acaban las obligaciones, nos cuesta acortar el tiempo que le dedicamos a los amigos, a los hijos, a la familia, al cine o a la televisión. El resultado es que dormimos menos de lo que queremos y, lo más importante, dormimos menos de lo que necesitamos.

Lejos de ser una pérdida de tiempo, el tercio de nuestras vidas que aproximadamente debemos dedicarle a dormir hace que, precisamente, podamos disfrutar plenamente de los otros dos tercios. Al dormir se ponen en marcha toda una serie de mecanismos biológicos sin los cuales no es posible alcanzar ningún tipo de equilibrio, ni físico ni psicológico. No lo digo yo, lo dicen numerosos estudios de universidades tan prestigiosas como Harvard, que en los últimos años han venido a demostrar los beneficios de unos hábitos de sueño que contemplan entre 7 y 9 horas de sueño cada día.

Dormir bien adelgaza. ¡Comprobado!
Dormir bien adelgaza. ¡Comprobado!

Dormir más de 7 horas es la mejor forma de mantener el peso a raya. ¡Y no es que el sueño adelgace por el simple hecho de que mientras estamos durmiendo no estamos comiendo! Lo que ocurre es que gracias al descanso saludable, promovemos un mejor ajuste de nuestro metabolismo basal. Desde el Sleep Medicine Center de la Universidad de Washington se ha demostrado ampliamente que rutinas de entre 7 y 9 horas de sueño diarias, mantenidas a lo largo de los meses, contribuyen a aumentar nuestro consumo de energía (también en reposo), agilizan nuestro metabolismo, ayudan a que nuestro organismo regule sus niveles de glucosa y promueven una mayor sensación de saciedad reduciendo el ansia a la hora de comer.

La falta de sueño provoca también falta de interés y atención
La falta de sueño provoca también falta de interés y atención

Sin el descanso adecuado aprendes menos, te concentras menos, recuerdas peor y disminuyes tu rendimiento cognitivo. El efecto no es directo, pero sí ha quedado demostrado que un tiempo en el que se acumulan los periodos de sueño insuficiente da lugar a un procesamiento de la información más lento y errático. Estar bien descansados no sólo es importante para poder mantener un buen nivel de atención en las tareas que nos toque ejecutar, también es determinante para que luego seamos (o no) capaces de integrar nuevos aprendizajes.

¿Conoces a alguien que le guste madrugar?
¿Conoces a alguien a quien le guste madrugar?

Durante el sueño se consolidan nuestras memorias a nivel neurológico, es decir, se fija la información relevante y se desecha la que no lo es. Por un lado se crean nuevas conexiones neuronales que dan lugar a nuevas rutas de acceso a la información útil que vamos almacenando y, por otro, se evita que el cerebro se colapse con información no relevante.

Esa creación de nuevas conexiones sinápticas que reorganizan de manera dinámica nuestro mapa cerebral se corresponde con eso que llamamos plasticidad cerebral y que es tan importante tanto para los niños (cuyo sistema nervioso está en plena formación) como para los adultos (que seguimos necesitando de este proceso dinámico a lo largo de toda la vida). Gracias a los fenómenos de plasticidad neuronal se pueden incluso reparar daños orgánicos de manera natural.

Tu cuerpo se repara solo mientras duermes
Tu cuerpo se repara solo mientras duermes

Mientras duermes tu cuerpo se repara solo. La síntesis de muchas proteínas u hormonas (incluyendo la hormona de crecimiento), la reparación de algunos tejidos, la eliminación de algunas toxinas y la consolidación de la masa muscular son procesos biológicos que tienen lugar, en su inmensa mayoría, durante el sueño. Mientras dormimos, el cuerpo pone en funcionamiento toda una serie de funciones reparadoras que, de otro modo, no podrían tener lugar. Sin ellas nuestro cuerpo no puede funcionar de la misma manera: si no duermes, este proceso se obstaculiza y aparecen alternaciones físicas y psicológicas que no es posible remediar en caso de continuar con la falta de sueño.

Si duermes bien, tu ánimo estará por las nubes
Si duermes bien, tu ánimo estará por las nubes

Dormir lo suficiente reduce el estrés y mejora el ánimo. La ansiedad tiende a ser incompatible con un buen descanso. Los hallazgos de Harvard demostraron que las personas que dormían 8 horas de media tenían menos reacciones fisiológicas de ansiedad y mantenían su presión arterial en niveles más saludables.

Estos son los efectos en el largo plazo, pero de manera inmediata, en base a nuestra propia experiencia cotidiana, nos es fácil experimentar que estando más descansados nos sentimos también más preparados para lidiar con todo lo que la vida nos depara, incluso con esos problemas imprevistos que son los que más nos desajustan. A poco que varios días seguidos nos hayan faltado horas de sueño, habremos podido observar que, sin el descanso suficiente, no sólo nos sentimos más débiles y vulnerables, sino también más irritables, más ansiosos, más intranquilos y, en definitiva, menos contentos.

Siempre se puede sacar algo más de tiempo para dormir más horas
Siempre se puede sacar algo más de tiempo para dormir más horas

No dormir nos conduce, en última instancia, a la muerte. Si bien, por motivos obvios,  no existen investigaciones directamente orientadas a conocer el tiempo exacto partir del cual la falta de sueño es letal, sí sabemos que 11 es el número de días récord que una persona ha aguantado sin dormir antes de que el cuerpo cediera ante el sueño irremediablemente con graves alteraciones conductuales y cognitivas que, de haber continuado con ese proceso de deterioro, podrían haber llegado a ser incompatibles con la vida.

Randy Gardner, que registró su ‘hazaña’ para el Libro Guiness de los Records, estuvo asistido por un médico que, desde su primera noche de privación de sueño, registró problemas emocionales (cambios abruptos en su estado de ánimo) junto con otros para aprender y recordar; que degeneraron pocos días después hacia complicaciones más severas, como dificultades para hablar o la experimentación de alucinaciones.

Dormir bien te hará sentir mucho mejor en tu día a día

Cuando estás descansado, sencillamente, te sientes mejor. Igual que el hambre aparece evolutivamente para incomodarnos y movernos a la acción, garantizándonos la ingesta de los nutrientes necesarios para el adecuado funcionamiento de nuestro cuerpo, el sueño aparece para dar cuenta de la falta de descanso y empujarnos forzosamente hacia la satisfacción de esta necesidad básica. No dormir lo suficiente es condenarse a vivir cansado, inatento, sin fuerzas, somnoliento e incómodo. Cuando estás cansado por no haber dormido lo suficiente eres, en definitiva, un organismo más vulnerable, una persona ‘fuera de combate’.

Subir arriba

Este sitio utiliza cookies para prestar sus servicios y analizar su tráfico. Las cookies utilizadas para el funcionamiento esencial de este sitio ya se han establecido.

MÁS INFORMACIÓN.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Versión Escritorio