¿Eres una ‘influencer’?
Hablar de comunicación y moda es hablar de influencia.
Comunicar sobre moda activa los mecanismos de la influencia, cuyos efectos son la imitación y la prescripción. Además de las ‘Leyes de la Imitación’ propuestas por Gabriel Tarde (1904/2012) acabo de localizar las ‘Leyes de la Simplicidad’ definidas por John Maeda (2006) que ayudan a comprender la influencia de la moda. Bajo mi punto de vista, la primera, cuarta, séptima, octava y decima ‘Ley de la Simplicidad’ ofrecen una explicación del poder influenciado de la moda.
La primera: dice que la forma más sencilla de alcanzarla es mediante la reducción. La influencia a través de la moda va de persona a persona, elimina al máximo los intermediarios en la transmisión del mensaje. Del ‘influenciador’ (modelo, bloguera, persona anónima, mensaje…) al ‘influenciado/a’ (consumidor o usuario).
La cuarta: se define como aprendizaje, según su autor. El conocimiento lo simplifica todo. La moda propone, sugiere cambios y modificaciones que todos quieren conocer y poner en práctica cuanto antes.
La séptima: dice que es preferible que haya más emociones a que haya menos. Cuando las emociones se colocan por encima de todo, no hay que tener miedo al adorno. La moda es sobre todo emoción que lleva al adorno y adornos que provocan emociones.
La octava: dice que la confianza lo es todo. El que conoce la moda inspira confianza porque transmite conocimiento.
La décima: expone que la simplicidad consiste en sustraer lo que es obvio y añadir lo específico. Cada propuesta de moda sustituye a la anterior, permaneciendo lo esencial y proponiendo nuevo conocimiento.
Hacer moda es influir en el estilo de vida. Además, la moda disfruta de un ‘status quo’ que le permite emitir sus propias reglas, cambiarlas con la misma facilidad y rapidez que los sistemas digitales sustituyen las contraseñas. El mercado actual hace que las reglas de la moda se hagan para la industria, los editores, los diseñadores. Todos ellos financiados por las corporaciones artífices de los cambios (Fury, 2016). Los mismos que, como define Marcos Mosteiro, impiden la competencia de los mercados.
¿Qué vestido te gustaría llevar? ¿Cómo te gustaría llevarlo? En todos los lugares del mundo la gente toma a diario decisiones sobre lo que se pone y cómo hacerlo. Algunas personas tienen más suerte que otras a la hora de tomar esas decisiones. Estoy muy de acuerdo con las autoras de The Visible Self, cuando dicen que la palabra ‘vestir’ enfatiza una amplia variedad de acontecimientos relacionados con el vestido (Eicher, Lee Evenson, & Lutz, 2008).
La influencia de los gustos en el consumo hace variar incluso la dirección geográfica los beneficios. Por ejemplo, la disminución del consumo de acrílicos en el mercado europeo lo ha desplazado hacia África; al igual que el lujo, ya que Asia ha dejado de ser la gallina de los huevos de oro.
¡Y cómo no hablar del poder de la influencia personal! que durante un tiempo se ha vendido por su carga de sinceridad, inocencia y e ingenuidad. Al fin y al cabo, las blogueras son consumidoras y usuarias igual que nosotros, víctimas de las mismas campañas publicitarias, esas que hacen creer que ‘elegimos libremente’ lo que nos proponen. Prueba de ello es que el fenómeno ‘bloggers’ ha derivado en el fenómeno ‘influencer’ (capacidad individual de ejercer un efecto imitador y prescriptor sobre los demás). Seguiremos pensando…
Referencias:
- Eicher, J. B., Lee Evenson, S., & Lutz, H. A. (2008). The Visible Self. Global Perspectives on dress, culture and society (Third edition). New York: Fairchild Publications, INC.
- Fury, A. (2016). These Two Guys Are Changing How We Think About Fashion -. The New York Times Magazine, 40-48.
- Maeda, J. (2006). Las leyes de la simplicidad. Barcelona: editorial Gedisa S.A.
- Tarde, G. (1904/2012). Las leyes de la imitación y la sociología. (A. García, Trad.). Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.