La vuelta al cole de los niños con autismo

En estos días tiene lugar la famosa ‘vuelta al cole’, momento en que los niños retoman sus rutinas escolares, reencontrándose con los compañeros y viviendo instantes de intensa alegría y emoción, pero que en ocasiones se pueden tornar agridulces, por no decir amargos, por lo que supone separarse de los padres y enfrentarse a todas esas novedades que les esperan. ¿Cómo afecta la vuelta al cole a los niños con autismo? ¿Cómo podemos ayudarlos en esta transición?

La primera consideración es que cualquier niño puede sentir cierto temor acerca del cambio implicado en las nuevas clases, compañeros, profesores o incluso colegio. Sus miedos se refieren en realidad a la ansiedad que les produce la incertidumbre de lo desconocido, algo que puede resultar especialmente difícil de gestionar en el caso de los niños con autismo.

Si algo saben los padres de estos niños es que necesitan una rutina.  Con ella conseguiremos que se sientan seguros y tranquilos, ahorrándoles berrinches innecesarios y difíciles de gestionar, aseguran los expertos. En la medida en que les preparemos con tiempo y facilitemos un entorno con el que se sientan familiarizados, se sentirán tranquilos, evitándose crisis que de otro modo podrían tener lugar.

Esto incluye, muy especialmente, los patrones en los que intervienen los ritmos circadianos: las horas de las comidas y la hora en que nos levantamos y acostamos. Estos comportamientos están condicionados por la luz y, a medida que termina el verano, habremos de modificarlos, adelantándolos para facilitar todo el proceso y cambio horario, ya que constituirán el primer paso hacia la adaptación a la temporada escolar.

Además, tendrás que anticiparte a aquellas situaciones potencialmente delicadas y que puedan afectar únicamente al caso de tu hijo: ¿Le dan miedo los ruidos?, ¿tiene alguna manía o necesidad especial? A los niños con autismo no les gustan las sorpresas y además tienen muy poca tolerancia a la frustración, por lo que cualquier cambio inesperado les puede suponer un serio problema. Por poner un ejemplo: si está convencido de que va a tener gimnasia y se pone el chándal, pero luego resulta que ‘nos hemos equivocado’, prepárate porque puedes tener un buen problema por crispar los nervios de tu hijo.

Actitudes que os ayudarán a preparar el camino. No existen fórmulas mágicas para conseguir que tu pequeño esté tranquilo, confíe en ti y además vaya cogiendo esa autonomía que necesitará en el colegio. Es un tema más bien de actitud y creatividad, siempre cubierta de grandes dosis de afecto y de paciencia.

Pero los objetivos sí debes tenerlos claros: en todos los casos buscamos que el niño obtenga la autonomía para valerse por sí mismo en la medida de lo posible. Lo conseguiremos fomentando su capacidad para tomar decisiones, que potencien su competencia para enfrentarse a sus tareas y rutinas diarias y, por ende, a la vida. Se entiende que empezaremos siempre desde las habilidades más básicas, como atarse los zapatos o incluso preparándose él solo el estuche para el día siguiente o el sándwich para el almuerzo.

Los pequeños logros harán de tu hijo un niño feliz y motivado para avanzar un paso más. No olvides premiar su esfuerzo y la consecución de sus metas por pequeñas que sean (hoy será ir al baño solo, pero mañana será trabajar en equipo con sus compañeros).

Los expertos en autismo recomiendan a los padres hacer uso de recursos visuales, que sirven al autista como recordatorio y le facilitan la comprensión de conceptos abstractos como el transcurrir del tiempo y de los días. Para ello podrás utilizar, por ejemplo, agendas o calendarios, dejándoles a ellos que participen apuntando, tachando…

Consejos para preparar la vuelta al cole. Estos son los principales consejos del Children’s Hospital of Philadelphia (CHOP), a través de una de las madres miembros de la asociación Autism Family:

• Hablar con el niño sobre la vuelta al cole y sobre cuáles son sus expectativas.
• Utilizar un calendario sobre el que ir tachando fechas, facilitando su comprensión de los días que faltan.
• Hacer una ‘avanzadilla’ en los hábitos de sueño y de comidas, adelantando las horas.

• Visitar el colegio e ir a conocer a sus nuevos profesores, incluyendo a todos los asistentes del colegio y conductor del autobús.
• Hacer un repaso de los protocolos de seguridad explicándole qué debería hacer en caso de una emergencia.
• Hacerse con el horario cuanto antes y, a ser posible, acompañar al niño en ese ‘paseo’ a lo largo de lo que van a ser sus nuevas rutinas.
• Poner por escrito las necesidades especiales que tenga el niño respecto a diferentes temas: nutrición, debilidades, o forma de tranquilizarlo. El propio niño nos podrá ayudar a elaborar un listado.

• Si el pequeño usa algún dispositivo para comunicarse, asegurarnos de mostrárselo a la profesora y que ella se lo muestre a sus compañeros.
• A los niños les gusta ver a sus padres involucrados con el colegio, por lo que animarse a participar en las actividades que se organicen también puede ser una buena idea.