Más Bridget que nunca

Hace quince años, una británica regordeta, con tendencia a la depresión, experta en enamorarse del hombre equivocado y que, al final, acababa sentando la cabeza con el apropiado, se hizo un hueco en nuestras vidas. Ese personaje, entre caricaturesco y vulnerable, cambió la trayectoria profesional de Renée Zellweger, a la que Tom Cruise en ‘Jerry Maguire’ le había dado la oportunidad de oro de darse a conocer al gran público.

Sin embargo, tuvo que ser la rubia e inestable Bridget Jones, que ahogaba sus desengaños viendo la televisión y comiendo palomitas, chips y comida basura, la que le lanzó a la curiosidad mediática. Nunca pudo imaginar que ‘su diario’ iba a ser el comienzo de una saga que, de momento, estrena la tercera entrega y que no apunta a tener fin.

Sinopsis: Después de romper con Mark Darcy (Colin Firth), la idea que Bridget Jones se había hecho del «serán felices y comerán perdices» no acabó como había imaginado. Soltera de nuevo a los cuarenta, decide centrarse en su trabajo como productora de noticias y rodearse de viejos y nuevos amigos. Por una vez en su vida, Bridget parece tenerlo todo bajo control y nada puede torcerse, ¿o sí? Su vida amorosa toma una nueva dirección cuando conoce a un elegante estadounidense llamado Jack (Patrick Dempsey), un galán que tiene todo lo que el Sr. Darcy no tiene. Y descubre que se ha quedado embarazada, pero no está segura al cien por cien de quién es el padre.

Cuando Bridget apareció por primera vez, numerosos solteros/as de todo el mundo se dieron cuenta que no eran los únicos con ambiciones e inseguridades conflictivas. La obsesión por las calorías, las reglas del maquillaje y de la depilación, los conflictos del corazón y de la lógica eran un denominador común. Todo salió a la luz y la atolondrada Jones se convirtió poco menos que en un icono.

La primera entrega fue todo un éxito, de ahí que la segunda película no tardase mucho en llegar. En poco más de dos años, Bridget tenía secuela. Para esta tercera entrega ha tenido que pasar más tiempo, ya ha cumplido los cuarenta y se ha separado del tímido Darcy, después de cinco años de matrimonio.

La Bridget de hoy es una premiada productora de un relevante programa de noticias. Ha dejado de fumar, no bebe tanto vino tinto, no está obsesionada con el peso y los libros de autoayuda han sido sustituidos por ensayos políticos. Su trabajo es mucho más interesante, le llena su vida. Lejos queda aquella imagen de la joven, que mostraba parte de su orondo trasero en la pantalla de televisión, en la barra de avisos de una estación de bomberos. Hoy Jones quiere triunfar en televisión como productora, conocer nueva gente, ponerse en forma en el gimnasio y vivir la vida pero, como ocurre en la vida real, no siempre salen las cosas como uno desea.

El nuevo chico en la ‘oficina’ es Patrick Dempsey, que hace olvidar por completo a Hugh Grant. «Era el nuevo de la clase», comenta el conocido doctor Shepherd. «Al principio estaba algo nervioso porque todos habían trabajado juntos y sabían exactamente cómo funcionar. De eso se trata al traer a Jack, cambia la dinámica habitual, crea remolinos».

«Patrick está maravilloso en el papel de Jack», dice orgullosa Renée Zellweger. «Es guapo, elegante, encantador, divertido y travieso, como el personaje de Daniel Cleaver, pero también es lo opuesto a él en muchas cosas«. El que sea el contrapunto y la antítesis a Mark Darcy, el gran amor de su vida, es lo que le atrae de este americano.

Poco más se puede contar de la historia sin enfrentarte al riesgo de hacer un spoiler y destrozar el secreto mejor guardado. Humor inglés de alta calidad, elegante y fino. Presencias que son un regalo, como la de Emma Thompson en el papel de ginecóloga de Jones. Mañana llega a los cines y no imagino, en estos momentos, mejor plan para un fin de semana que anuncia el inminente otoño.