Trump y Putin comparten móvil

El fabricante de joyería que diseñó un móvil chapado en oro con la imagen de Vladimir Putin ha añadido a su colección el del presidente electo Donald Trump. ¿Brillarán las relaciones entre ambos dirigentes? Es pronto aún para saberlo...

Abel Amón. 01/12/2016

Este iPhone7, perteneciente a la serie Grandes Hombres, tiene una parte posterior de oro con un retrato grabado de Trump junto con su lema «Hacer ,una vez más, América grande» y  el escudo de los Estados Unidos. Cada unidad cuesta cerca de 3.000 euros (197.000 rublos). La compañía italo-rusa Caviar-phone.ru  consiguió notoriedad en el  año 2014 con su diseño del smartphone  “Vladimir Putin” chapado en oro, de un diseño similar y cuyo lanzamiento tuvo cierto éxito en Internet (la compañía tiene ahora diversas versiones de ese teléfono). Fuentes de Caviar-phone indicaron que la compra de un teléfono con la imagen de Putin era «la mejor manera de expresar el patriotismo”.

La carcasa de iPhone con la imagen de Putin

«El presidente Vladimir Putin se ha convertido en un símbolo de la nueva generación, de carácter fuerte y un líder decisivo», indican desde compañía. Caviar-phone espera entregar personalmente uno de sus nuevos teléfonos “Trump”al nuevo presidente.

Una de las primeras felicitaciones que recibió Donald Trump nada más ser elegido presidente fue la del Presidente ruso, no sabemos si desde su dorado iPhone, pero lo cierto es que el mundo está expectante del cariz que tomará, a partir de enero, la relación EEUU-Rusia.

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Este es el iPhone dorado Trump

Ambos líderes han coincidido en que las relaciones ruso-estadounidenses eran «absolutamente insatisfactorias». Ambos países deben ahora iniciar un nuevo diálogo basado en «la igualdad, el respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos del otro». Sin embargo, hay elementos que hacen complicada la concordia entre ambos líderes políticos.

La victoria electoral de Trump es algo que Putin había deseado fervientemente, pero que, como la gran mayoría de las encuestas, veía poco probable. La naturaleza de un primer reunión Trump-Putin dará forma a las relaciones internacionales. Sin conocer aún los planes concretos de Trump en materia de política exterior,  muchos observadores y actores de las relaciones internacionales, ven con recelo el posible acercamiento de los dos líderes.

Republican presidential candidate Donald Trump speaks to supporters as he takes the stage for a campaign event in Dallas, Monday, Sept. 14, 2015. (AP Photo/LM Otero)
El presidente de EE.UU., Donald Trump

No es complicado entender por qué Putin podría desear la victoria de Trump. La lista del líder ruso de las demandas de los Estados Unidos es larga; sus quejas geopolíticas se remontan a hace mucho tiempo y sus relaciones con Barack Obama y George W Bush han sido muy frías. Probablemente el último momento cordial entre ambos  fue en 2001, poco después de los atentados del 11S cuando Bush dijo que se había «sentido el alma de Putin». Poco después con la llegada de Hillary Clinton a la Secretaría de Estado, todo se enturbió.

En 2009, una vez que el presidente Obama asumió el cargo, la recién nombrada Secretaria de Estado inició lo que la Casa Blanca llamó (con cierto malentendido en la traducción de la palabra)  un «reset» en las relaciones con Rusia. Hubo dos momentos clave de desencuentro:

  • En primavera de 2011, los EE.UU. y sus aliados comenzaron a presionar por una intervención militar en Libia para evitar que el régimen de Gaddafi masacrase a las fuerzas rebeldes y sus partidarios civiles. Pero sin el consentimiento y con el posterior enfado de Rusia.
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El presidente ruso, Vladimir Putin
  • Más tarde, ese mismo año, cuando las muy cuestionadas elecciones parlamentarias rusas provocaron en el país  una ola de protestas callejeras. H. Clinton habló en apoyo de las manifestaciones. «El pueblo ruso, al igual que la gente de todo el mundo, merecen el derecho a que sus voces sean escuchadas y sus votos contados». Esta injerencia en los asuntos internos de Rusia provocó un gran malestar a Vladimir Putin.

¿Qué quiere Putin de Trump?
En primer lugar, tras algunos signos formales de aparente cordialidad,  el Kremlin instará a los EE.UU. a abandonar las sanciones impuestas a raíz de la anexión 2014 de la Península de Crimea, territorio soberano de Ucrania, capturado por fuerzas especiales rusas encubiertas. Las sanciones, también mantenidas por la UE,  fueron un castigo por la invasión encubierta de Putin del este de Ucrania, en parte realizado por tropas regulares, en parte por voluntarios.

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Putin querrá que Trump reconozca la soberanía rusa de Crimea

En segundo lugar, Putin querrá que Trump reconozca  la soberanía rusa de Crimea – algo que ningún estado importante ha hecho hasta ahora. La anexión de partes de territorio de otra país  parece un retroceso grave, pues es un hecho sin precedentes desde 1945. Sin duda, le costará a Trump imponer sus tesis frente al derecho internacional.

Con respecto a Siria, Putin pretenderá que los EE.UU. a abandonar su exigencia de que el presidente Bashar al-Assad deje el poder. En lugar de ello, se buscará la cooperación de Trump en una guerra internacional contra los  terroristas– entendiendo como tales a  cualquiera que se oponga al régimen de Assad.

Por último, está la cuestión de cómo el mundo se divide en la nueva era de la pos-liberal. El Kremlin considera que tiene derecho a una esfera de influencia. Esto abarca las antiguas repúblicas de la Unión Soviética y Europa Oriental y Central. Trump ya ha cuestionado el papel de la OTAN, anticipando  que “los EE.UU. no defenderán a países que no contribuyan adecuadamente  a las arcas de la Alianza Atlántica”.

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Vladimir Putin

No es de extrañar, entonces, que los estados del Báltico están nerviosos, que los ministros de Exteriores de la UE se reunieran en sesión de emergencia tras la victoria de Trump, y que un mal presagio ha cundido entre los estados fronterizos con Rusia. Su temor es  que lo que entiende Rusia por «esfera de influencia» signifique subversión o ataque o interferencia en las elecciones a favor de los candidatos pro-Kremlin. Gran parte de esto ya está sucediendo. El Kremlin ha intensificado últimamente sus ejercicios militares en las fronteras de las Repúblicas Bálticas y otros países del Este de Europa.

Pero, ¿qué quiere de Putin Donald Trump?  La realidad es que Moscú tiene relativamente poco que ofrecer a los EEUU, que no sea una mejora en el tono amargado actualmente de las relaciones bilaterales, o la cancelación de las sanciones comerciales del Kremlin a los EEUU. Se habla de que Putin podría entregar a EEUU al muy buscado Edward Snowden, como ejemplo de buena voluntad para mejorar relaciones diplomáticas. Poco más.

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Donald Trump

El Congreso puede estropear los planes de Trump con respecto a Rusia
El plan del presidente electo Trump para restablecer una vez más las relaciones EEUU-Rusia ya está encontrando una fuerte resistencia de una comunidad política de  Washington, que insiste en hacer frente al comportamiento de Rusia frente los Estados Unidos y Occidente en general. La batalla incipiente será la primera prueba de si Donald Trump puede reorientar radicalmente la política exterior de EEUU en contra de los deseos de muchos congresistas de su propio partido, como  John McCain o el senador L. Graham quienes opinan que el  plan de Trump para cooperar en Siria con el gobierno de Putin  es «inaceptable» y exigieron públicamente a la administración entrante que frene los avances imperialistas de Vladimir  Putin. Antes de toma de posesión de Donald Trump, McCain y Graham encabezarán una  delegación del Congreso de los EEUU en Ucrania, Georgia y Estonia para tranquilizar a estos socios europeos con quienes Washington sigue comprometido a servir de contrapeso a la presión del Kremlin.

El Capitolio

Consecuencias económicas para Rusia y para otros mercados emergentes.
Dejando al margen asuntos geopolíticos, existe el riesgo de la desestabilización de la economía mundial como resultado de las guerras comerciales que Trump pretende comenzar por sus llamadas para suspender o renegociar de los acuerdos comerciales con sus , hasta ahora, socios comerciales y su enfoque en la reconstrucción de la economía estadounidense que penalizaría,  entre otros , a las empresas estadounidenses con plantas en el extranjero .

En segundo lugar, existe el riesgo de que los precios del petróleo caigan como consecuencia de la supresión de las limitaciones de perforación en búsqueda de crudo en territorio norteamericano, un cambio de política que las empresas estadounidenses han buscado durante mucho tiempo. Si los precios del petróleo caen aún más como resultado, la economía rusa se verá seriamente afectada.

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El Kremlin

La imprevisibilidad de las decisiones de  Trump podría afectar  a los mercados financieros y llevar a los inversores a poner sus fondos en refugios seguros, reduciendo así su voluntad de invertir en mercados emergentes como el de Rusia. Eso pondrá otro escollo  en el desarrollo económico de Rusia. Si, además,  en diciembre, la Reserva Federal de Estados Unidos eleva el tipo de interés básico, esa tendencia de la fuga de capitales de los mercados emergentes se acelerará. Y si las acciones estadounidenses dañan la economía china, las ventas de materias primas rusas. En breve saldremos de dudas.

Disclosure: El medio no se responsabiliza sobre las opiniones expuestas en el artículo. El texto ha sido escrito de manera libre expresando ideas propias, sin recibir ninguna compensación por ello. El autor no tiene ninguna relación de negocios con cualquiera de las empresas cuyas acciones se mencionan en este artículo.

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