Javier Cámara: «The Young Pope va a ser una serie de culto»

Entrevistamos a unos de nuestros actores más internacionales tras participar en una serie llena de talento.

Amalia Enríquez. 15/12/2016

Siempre que me encuentro con uno de nuestros actores en un festival internacional, siento una especial ilusión, entremezclada de orgullo y mayor admiración. Verles compartir protagonismo en la pantalla y en la “red carpet” con estrellas reconocidas de Hollywood, es algo que me produce un regusto muy particular.

Mi debilidad por Javier Cámara es algo público y notorio. Nunca he disimulado mi absoluta entrega a un talento que no deja de sorprender. Verle llegar al festival de Venecia con toda la “troupe Sorrentino” y presenciar cómo le querían y consideraban sus compañeros de serie, hizo que me reafirmara en lo que pensaba de él.

Nos encontramos en la sede del festival, muy cerca de donde los periodistas acabábamos de ver los dos primeros capítulos de “The Young Pope”, protagonizada por Jude Law en el papel de Pío XIII. Ya le habían dicho que la acogida había sido espectacular, con aplausos y bravos por parte de la prensa. No en vano, ya llevaba unas cuantas entrevistas a sus espaldas. Nos sentamos en unas tumbonas, a la sombra de unos robles centenarios, y nos dejamos llevar por la alegría del ambiente…

Javier Cámara con Jude Law
Javier Cámara con Jude Law durante el rodaje de la serie

Javier Cámara: ¡Qué alegría verte! (Me dijo tras el saludo). Sobre todo por poder hacer una entrevista en español. Es la primera de todo el día y ya tenía ganas de hablar en mi idioma.

The Luxonomist: Tienes cara de felicidad…
JC: Estoy feliz, no exultante pero muy contento por las noticias que nos llegan. Solamente se han proyectado dos capítulos pero, sabiendo lo que queda por venir, las expectativas nos hacen ponernos en lo mejor.

TL: Tengo la sensación, después de ver esas dos entregas, que los secundarios tenéis mucho futuro en esta serie.
JC: Así es. Solamente habéis visto en principio, la puesta en escena inicial. Mi personaje va tomando protagonismo a lo largo de los restantes capítulos, se desarrolla y es mucho más bonito de lo que se apunta en estos primeros.

TL: ¿Cómo llega a tus manos “Monseñor Gutiérrez”?
JC: Bernardo Alonso Gutiérrez llega de un atrevimiento mío. Un amigo me dice que alguien está preparando en HBO una serie con Paolo Sorrentino. En ese tiempo, no me había salido un proyecto precioso y mi amigo me dijo que por qué no me animaba y llamaba a Paolo. Yo tenía su teléfono, porque nos habíamos intercambiado mensajes por “La gran belleza” pero, en ese primer momento, no me decidí a escribirle. Otra amiga actriz me dijo que no perdía nada escribiéndole, pero seguía sin atreverme. Al final lo hice y él me contestó en cinco minutos. Me mandó unas pruebas maravillosas, me emocionaron muchísimo y, de repente, me llamaron y me dijeron que me aceptaban.

TL: No hay que tener miedo a pedir trabajo…
JC: Yo lo hice una vez y molesté al director, me dijo qué pretendía llamándole, que esto no funcionaba así y que esas cosas eran las que tenían que hacer lo agentes. Me quedé con esa sensación de haber “metido la pata” y no obrar bien, por eso me resistía a hacer lo mismo con Paolo. Sin embargo, con él me salió bien y ahora sé que, si me vuelve a ocurrir algo así, repetiré la llamada a quien corresponda. No voy a dudar más y animo a todo el mundo a que lo haga, que llamen, que vayan a las fuentes. Nunca se sabe dónde y cuándo va a aparecer tu oportunidad. Atreverme a hacer esa llamada me ha traído este regalo y es algo que me lo agradezco a mí mismo.

TL:  ¿Qué te cautivó de Monseñor?
JC: Para mí, este personaje es de los más bonitos de la serie. Es un personaje bellísimo, lleno de luz y de sombras, aunque también es verdad que no hay nadie en esta historia que no tenga su lado oscuro. Me cautivó que la escena, que me mandó Sorrentino como prueba, era una poesía. Hablaba de cosas que yo no entendía, pero me conquistó el espíritu de lo que decía. Gutiérrez tiene un lenguaje muy especial y deduje que iba a ser el regalo que es. Cuando me mandaron los guiones, me di cuenta que tenía delante de mí un reto precioso con Monseñor.

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Javier Cámara con Amalia Enríquez tras la entrevista

TL: Es que Sorrentino es mucho Sorrentino…
JC: Bueno, bueno, bueno… Lo más bonito que tiene él, aparte de que es un creador con un punto de vista muy personal y muy auténtico, es que no hay ni una sola imagen que esté vacía, ninguna que no te perturbe, te cautive, que no te conduzca a un lugar al que Paolo te quiere llevar y que sea muy misterioso, muy turbio y, a la vez, muy auténtico. Lleva al espectador a un lugar muy especial y al actor también.

TL: En los meses de convivencia con el personaje ¿qué se ha llevado de ti y qué le ha dado Javier?
JC: ¿Sabes qué? Sí hay algo de conexión con esa calma que supuestamente hay en un monasterio, o en una iglesia. Ese recogimiento que se tiene con uno mismo pero que, al mismo tiempo, sabes que todo ese poder no está al servicio de la gente, sino que el poder está al servicio del poder. El poder controla, el poder manipula, maneja a través de los secretos. Me encanta como Paolo respeta y da un punto de vista precioso sobre qué es la fe, las dudas razonables, las contradicciones, los miedos. La gente va a empatizar con la serie porque los personajes, aunque sean duros y oscuros, tienen algo muy íntimo de cada uno.

TL:  La serie, sin duda alguna, revuelve. No deja indiferente…
JC: Sin duda. Tenemos, por un lado, los poderes fácticos de lo que es el Vaticano y, por otro, los poderes de cada uno. Cómo el Vaticano utiliza los pecados y las mentiras a su servicio y cómo hay gente que conecta con Dios y que tiene una relación con Él especial.

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Javier Cámara con Jude Law frente a La Piedad de Miguel Ángel en un momento de la serie

TL: ¿Qué tiene de especial Monseñor para que Pío XIII tenga esa empatía y afinidad con él?

JC: A lo largo de la trama, todo va a girar pero sí es cierto que ellos tienen una relación muy íntima. Charlan, discuten. El Papa se siente bien con Monseñor. Con él consigue relajarse, habla de su parte humana, y Gutiérrez escucha porque, al margen de que sabe hacerlo, tiene mucho que esconder. No hay nadie que no esconda cosas. El poder en todos los estamentos, y mucho más en el Vaticano, radica en quién controla los secretos de los demás.

TL: Ahora que has podido conocer más de cerca a la Iglesia ¿te sientes más cercano, la rechazas más, la entiendes mejor?
JC: Me fascina la teatralidad, la puesta en escena. A medida que avanza la serie, vais a ver la maravillosa estética que este nuevo Papa dota a la Iglesia. La Iglesia es un puro espectáculo, todo cabe. Una Misa es un espectáculo en sí misma. La imagen de La Piedad de Miguel Ángel es algo que sobrecoge. Cuando rodamos la escena, en la que Jude y yo estábamos delante de ella, no sabíamos cómo actuar, daba igual lo que fuéramos a decir. Creas o no, esa imagen es maravillosa. Ese día con quedábamos sin palabras. Había momentos que empezábamos a hablar y nos decíamos “espera, para, espera”. Es una obra maestra increíble, no das crédito de estar al lado de ella rodando.

TL: ¿Rodasteis en localizaciones naturales?
JC: Sí, pero no dentro del Vaticano. No sé lo que pensarán de la serie, pero estoy seguro que la van a ver. Sorrentino consiguió rodar en palacios y lugares impensables. El hecho de estar con él en Roma, Venecia, Los Ángeles, Sudáfrica y el poder conocer en sitios inimaginables, llamar a cualquier puerta y que te la abrieran, entrar en iglesias que nadie ha visto porque están cerradas al ser particulares, capillas milagrosas, rodar en una iglesia que está en el Foro Romano y que no se enseña a nadie. Todo eso hizo este rodaje muy muy especial. Había días que me preguntaba “pero ¿qué estamos haciendo aquí?¿cómo lo hemos conseguido?”. Hubo una conexión con todo eso. El peso de la historia estaba con nosotros, a nuestro favor y, sobre todo, hay un mago que se llama Paolo Sorrentino que maneja todo eso con escrupulosa libertad.

TL: Iglesia, católicos, Vaticano ¿cuál va a ser la actitud o la recepción que ellos le van a dar a esta historia?
JC: Uf, no sé. Yo creo que van a saber entender absolutamente la ironía de su mensaje porque la Iglesia tiene una retranca increíble. Mira que dos Papas acabamos de tener últimamente. Uno que daba mucho miedo y otro que da mucha alegría aunque, viene s cierto, que según  para quién porque habrá católicos muy recalcitrantes que no soporten a Francisco y otros, como mi madre por ejemplo, que estén fascinados con él. Ella dice que, por fin, ha llegado un Papa que nos libera de tantos pecados que nos acechaban, que podemos respirar y no considerarnos tan malos. Yo creo que “The Young Pope” les va a chocar mucho, les va a hacer pensar y, en el fondo, les va a gustar porque el punto de vista de Paolo es muy irónico, tiene mucha retranca pero está a la altura de la misma retranca e ironía que tiene mucha gente del Vaticano. Se van a sorprender por muchas cosas, porque el punto de vista es muy personal, muy divertido, muy metafórico, lleno de simbolismos, de recuerdos y es muy real.

Javier Cámara en la serie The Young Pope
Javier Cámara durante el rodaje de la serie The Young Pope

TL: ¿Cómo es Pío XIII?
JC: Es un Papa muy conservador, que vuelve a un lugar incluso oscuro, que le pide a la gente que busque lo que necesita en cada uno de ellos. Es muy fuerte todo lo que dice y eso provoca, dentro de la curia, una revolución total. “¿Qué es lo que estás buscando?, le preguntan. Y él dice: revolución”, pero no sabemos en qué dirección. Habrá mucha gente, dentro del Vaticano, que dirá que la realidad supera la ficción. No lo dudo en absoluto. Y, a lo largo de toda la serie, la duda de ¿por qué este Papa? Va a estar ahí. Todo ello en esta temporada. “The Young Pope” va a ser una serie de culto, una película de diez capítulos. Yo espero que siga porque será el regalo más bello que me pueden hacer.

TL: ¿Cómo ha sido tu relación con Jude Law? Él no escatima elogios con respecto a ti…
JC: Ha sido maravillosa, muy bonita, tuvo el tempo de los personajes. La primera vez que nos encontramos, que ya nos habíamos leído los dos los diez capítulos, ambos sabíamos que nos enfrentábamos a un reto precioso. Nuestros personajes tienen una relación muy bonita. Yo le dije que estaba feliz de tener varias escenas con él y me respondió que teníamos delante una de las relaciones más especial de la serie. Los dos estábamos igual de contentos por esta aventura y eso me dio mucha tranquilidad porque percibí que él estaba igual de implicado que yo. En un momento determinado de ese primer encuentro llegó Paolo, nos vio hablar, nos preguntó si ya estábamos preparados y nos dijo que rodábamos ya. Le dijimos de hacer un ensayo y nos dijo que no, que ya éramos amigos, profesionales y que estábamos preparados para rodar. Hicimos tres tomas de una escena preciosa y ¡ya está! Y fue así de fácil.

Javier Cámara junto a Jude Law
Javier Cámara junto a Jude Law en la presentación de la serie

TL: Vosotros lo hicisteis fácil. La complicidad, el talento…
JC: Bueno, si hay un buen texto y todos estamos preparados para el grito de ¡acción!, da igual el lugar y el idioma. Tú respiras profundamente y te pones a mirar al otro actor. Con Jude fue muy fácil, como también lo fue con Ricardo Darín, Carmen Machi, Amparo Baró.. Hay muchos actores muy buenos que, cuando se dice “acción”, la experiencia te indica que tienes que respirar, mirar y dejarte llevar. Luego vendrá el ¡corten!, alguien sugerirá hacerlo de otra forma, porque se puede mejorar, y lo repites. Siempre es igual, en todos los idiomas, en todas las circunstancias.

TL: Eres un actor de gran recorrido, que te has tuteado con los grandes ¿impone tener a un Jude Law delante?
JC: No, porque él lo hace muy fácil, al igual que Darín y otros muy grandes. Tengo la sensación que la gente, que más presente está en nuestro ideario de con quién quieres trabajar, es gente muy humilde normalmente y que sabe a ciencia cierta que necesita tener delante a alguien que esté bien, que esté relajado, que sea bueno, que esté preparado y que haya ensayado meticulosamente su personaje. Uno solo no hace buena una serie. Si hay algo interesante y maravilloso en esta serie es que no hay nada ni nadie que esté mal. Todo el mundo, y mira que hay unos actorazos increíbles, está en un nivel de teatralidad, de verdad, de creatividad, de misterio, de tensión, de comicidad que te hace exclamar ¡Wow, qué bueno!

Javier Cámara
Javier Cámara

TL: ¿Qué ha sido lo más difícil de todo?
JC: Lo más complicado ha sido aprenderme el guion en inglés y pronunciar bien el idioma. Todos tuvimos un coach, incluso Jude al que había que corregirle su acento british por el americano de su personaje. Eso ha sido lo más difícil. Lo demás, una experiencia maravillosa que confío tenga continuidad.

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