Apúntate al propósito más fácil (y bonito) para 2017

Que sí, que este es fácil y para todos los públicos. Ya verán.

Dori Toribio. 09/01/2017

Estas son fechas de listas interminables acumulando buenos propósitos para 2017. Algunos conseguimos cumplirlos, con suerte, inversión y constancia, no necesariamente en este orden. Otros se quedan por el camino a mitad de año, o quizás antes. Este 2017 he decidido recuperar uno de esos antiguos propósitos que uno deja abandonados por pura pereza, la verdad. Porque los días van tan rápido que sacar tiempo para una sencilla tarea más se antoja como misión imposible. Pero 2016 ha sido un año intenso. Y 2017 promete no ser menos. Así que toda inyección de buen rollo será bien recibida. Y ésta, promete.

El propósito requiere constancia pero es super sencillo
El propósito requiere constancia pero es super sencillo

Hace años leí una fantástica columna de Manuel Vicent titulada ‘Una solución‘. Citaba un consejo que le transmitió un tal ‘Maestro Venerable’ en el monasterio de Kopan, en el valle de Katmandú. “Si quieres saber hasta qué punto eres feliz y no lo sabes, cómprate una libreta y apunta en ella cada noche cinco pequeños hechos agradables que te hayan sucedido durante el día. Anota solo las sensaciones placenteras insignificantes, las alegrías ínfimas, no los sueños desmesurados”.

Los momentos cotidianos también pueden formar parte de la lista
Los momentos cotidianos también pueden formar parte de la lista

Se trata de momentos sencillos que a menudo suelen pasar desapercibidos en nuestras carreras diarias, pero que están ahí tejiendo nuestro presente. Ese sorbo de agua fresquita cuando uno se muere de sed. Aquella canción favorita que de repente suena en la radio. Una sonrisa en el metro. Un chiste malo. Suena el teléfono y es alguien en quien justo estabas pensando. Entra el sol por la ventana. El último pedacito de tarta. Esa conversación que acaba en lágrimas de la risa y mano en el estómago. “El Maestro Venerable aseguró que después de un tiempo en esa libreta se habrá formado un tejido básico de actos felices, de sutiles placeres efímeros, muy consistente, que sin darnos cuenta sustenta firmemente toda nuestra vida”.

Comer algo que nos gusta puede ser muy placentero
Comer algo que nos gusta puede ser muy placentero

Escuché la misma historia poco después aquí en Estados Unidos en boca de la todopoderosa Oprah Winfrey. Contó en una entrevista con los Obama que durante años había seguido el mismo ritual: cada noche antes de dormir, abría una libreta estratégicamente situada al lado de la cama y apuntaba cinco cosas por las que “estaba agradecida” del día que estaba a punto de terminar. Desde un bocado de melón frío sentada en un banco al sol, a un paseo por el puerto con la brisa en la cara. Nada opulento. Solo pequeños momentos.

Cualquier cosa cotidiana sirve para la lista diaria
Cualquier cosa cotidiana sirve para la lista diaria

Oprah y el Maestro Venerable no podían estar equivocados, pensé. Y decidí intentarlo. Curiosamente no siempre resulta fácil encontrar momentos agradables que hayan pasado durante el día. Pese a que están ahí. Pero nuestro cerebro no siempre los registra como tales. Descubrí entonces que al repasarlos y anotarlos cada noche, registrarlos durante el día se convierte en algo natural. El chip salta. Ah!, este es un momentazo.

Llenar un frasco con cosas buenas dará un resultado espectacular al final de año
Llenar un frasco con cosas buenas dará un resultado espectacular al final del año

Todo era cuestión de práctica. Cada vez costaba menos. Y con la tecnología al alcance de la mano, todavía era más sencillo. El problema es que aquel primer intento me duró poco. Tengo ahora el firme propósito de retomarlo de nuevo. Hace unos días encontré uno de esos memes en las redes sociales que da un consejo aún más práctico. “Este enero, por qué no empezar el año con un tarro vacío y llenarlo con notas sobre cosas agradables que pasen. Entonces, en Nochevieja, vaciarlo y ver las cosas alucinantes que pasaron este año”. Es un buen plan. Requiere disciplina, eso sí, cierta logística para siempre tener a mano papel y calma contextual suficiente para ir anotando. Todos sabemos que esto no es nada fácil. Pero esta vez lo voy a dejar aquí escrito. Así no hay escapatoria. Y, quién sabe, puede que también dé una idea a alguno de ustedes.

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