Australia y sus impresionantes playas

Seguimos en verano en el hemisferio sur. Además, llevamos unos días con más calor del que estamos acostumbrados por estos lares. Sábado por la mañana, todavía los niños están de vacaciones estivales y no tenemos actividades extraescolares organizadas. Día espectacular, cielo azul, raso, se adivinaba un día más de calor…y no teníamos planes. ¡Pues hecho!

Desde Sydney, nos encanta hacer escapadas improvisadas porque son las que mejor salen. Decidimos coger el coche y recorrer poco más de 100km hacia el norte para llegar a Central Coast. Es una zona muy atractiva, tiene paisajes muy típicos de playa con arena fina blanca y aguas transparentes y turquesas. A veces estas playas son inaccesibles en coche e incluso a pie pero en su gran mayoría tienen vegetación hasta prácticamente la orilla.

Decidimos ir hasta el Parque Nacional de Munmorah en Swansea para ver Caves Beach pero por el camino íbamos a pasar cerca de algunos miradores que están recomendados por turismo del estado de New South Wales. La primera caminata fue cortita, de unos 20 min hasta Wybung Head. Sus vistas panorámicas son magníficas. Frazer Park fue nuestra segunda parada. Tiene un mirador en Snapper Point y el atractivo de este lugar es el blowhole, cuyo acceso es toda una aventura pero no por eso no merece la pena verlo.

Por si nunca has visto un blowhole, es una formación natural rocosa donde se forma una cámara o cueva marina que sube en vertical hacia la superficie y el resultado es una explosión de agua, en el sentido más literal de la palabra, donde el agua explosiona cuando las olas entran la cueva con toda la fuerza del mar y el agua acaba saliendo a la superficie, como si de una fuente natural se tratara. Es sin duda espectacular por el sonido del agua al salir a la superficie y por las formas que el ésta adopta cuando sale por los orificios de la formación rocosa. El hecho de que salga con fuerza para arriba depende de la fuerza con que rompe dentro de la cavidad. Ya he visto varios en Australia y a cada cuál más espectacular.

Después de ver la costa a vista de pájaro, llegamos a Caves Beach. Con olas de metro y medio, ese día la playa estaba llena de surferos practicando lo que más les gusta. Es una playa de apenas 300 metros donde pudimos entrar en las cuevas cuando la marea estaba baja. Fue una experiencia increíble: ver la inmensidad del mar y sentir el murmullo de las olas desde dentro, el entrar y salir de una cueva a otra… ¡es simplemente algo extraordinario!

La aventura fue al decidir volver. La marea iba subiendo más rápido de lo esperado, las olas eran cada vez más grandes, así que al romper en las rocas que hay a los pies de las cuevas, la cosa empezaba a tomar otro color, y al final ¡acabamos todos empapados! La última parte de nuestra escapada era llegar a Hams Beach. Disfrutamos deslizándonos en las dunas de arena. Fue muy divertido y tanto mayores como pequeños, ¡pasamos un día inolvidable!