María Hidalgo: «Actuamos como si el cambio no fuera posible»

María Hidalgo es Ceo de Diseño social EN+ y Co-founder de Muhimu. Si te encuentras con ella lo primero que te dirá será: “¿Tienes una buena propuesta para hacerme? Escríbeme y empecemos a trabajar juntos"

Lourdes Delgado. 02/03/2017

El contacto con personas como María Hidalgo hace realidad el pensamiento de que un mundo mejor es posible, al menos en lo que de nosotros depende. El contenido de la conversación que hemos tenido puede resumirse en: Importante, sencilla, alegre y esperanzadora. Al  terminar me comentó algo importantísimo…

The Luxonomist: ¿Qué es Muhimu?
María Hidalgo: Muhimu es un adjetivo de la lengua suahili que significa “importante”. También se puede utilizar como adverbio para referirse a “significativamente” o “de modo significativo”. En otras palabras, empezar a compartir sólo las historias que realmente importan.

Con sus cursos
En sus cursos se habla de inspiración, innovación, tendencias…

TL: ¿Dónde se encuentra el origen de Muhimu como publicación?
MH: Compartir es una de las consignas fundamentales de Internet: cientos de plataformas fueron creadas para difundir todo tipo de contenidos, desde fotografías y vídeos hasta pensamientos y conocimiento traducido en textos, infografías y otros formatos. Sin embargo, la diversidad y amplitud de los canales disponibles y la circulación desaforada de contenido, genera al mismo tiempo tanta densidad informativa (también conocida como ‘infoxicación’ o ‘intoxicación informativa’), que el remedio muchas veces se convierte también en una barrera difícil de superar para aquellas ideas y proyectos que si bien están al alcance de todos, no siempre encuentran un espacio para destacarse entre tanto ruido.

La plataforma se dedica a reunir y compartir únicamente conceptos que puedan generar un impacto positivo en la sociedad y se ha establecido como un canal de comunicación que pretende producir conversaciones genuinas y relevantes alrededor de conocimiento e iniciativas que garanticen un mejor futuro. Queremos compartir historias que de verdad creemos que son importantes. Queremos alejarnos del ‘fast content’ que hay en Internet y compartir contenido pensado para inducir a la reflexión.

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Se intentan alejar de la ‘infoxicación’

TL: ¿Ha calado la responsabilidad social en el ciudadano? ¿Es posible?
MH: Queremos ayudar a construir un mundo más humano. Creemos en que hay ideas que merecen ser compartidas, en el crecimiento personal e intelectual, y en esas películas o textos que te dejan pensando durante varios días. Queremos ayudar al empoderamiento ciudadano a través de la reflexión que un buen contenido puede aportar. Muhimu es una isla donde descansar. Un espacio que reclama poner en valor un espacio donde la calidad preceda a la cantidad, donde las personas no buscan evasión sino inspiración. Muhimu es un espacio virtual que busca acceder a nuestro lado más humano. Un espacio donde descubrir, compartir y encontrarnos.

TL: ¿Qué objetivos de futuro tenéis?
MH: Las ideas tienen el poder de cambiar imaginarios y dar giros a paradigmas para impactar positivamente a la sociedad. Una plataforma que no sólo está potenciando su difusión, sino también la formación de una comunidad orientada a la transformación de dichas ideas en acciones que produzcan un cambio notable.

Pretende cambiar imaginarios con ideas
Pretende cambiar imaginarios con ideas

TL:¿Puedes hablarme de la economía colaborativa? ¿Es en sí misma un modelo de negocio?
MH: Cada vez es más común la presencia del término Economía Colaborativa en los principales medios de comunicación. Se suele asociar sólo a grandes marcas, sin embargo, esta economía va mucho más lejos, más allá de estas marcas globales tan conocidas. En un mundo en el que parecen primar los intereses individuales también hay espacio para una nueva forma de hacer las cosas. La economía de la colaboración y el consumo colaborativo cobran fuerza. Cuando no actúas como piensas, acabas pensado como actúas. Y llevamos tanto tiempo actuando como si no fuera posible el cambio, que ahora que es posible, muchos aún tienen dudas. Pero ha llegado y crece a cada paso: economía de la colaboración.

Esta economía está afectando tanto a la escala global como local, y transversalmente a todos los sectores económicos y sociales tradicionales. La Economía Colaborativa la podemos reagrupar en 6 campos, como son el consumo colaborativo, la producción colaborativa, la financiación colaborativa, el conocimiento abierto, los nuevos sistemas de intercambio de valor y nuevos modelos de gobernanza. Y transversal a ellos, lo que más nos interesa a Diseño Social es que han recuperado dos conceptos clave: comunidad y confianza.

María con nuestra colaboradora, Lourdes Delgado, durante la entrevista
María con nuestra colaboradora, Lourdes Delgado, durante la entrevista

TL: Háblame de tu proyecto personal de iniciativa social.
MH: El diseño social EN+ está basado en la creación de nuevas plataformas de comunicación que huyen de la simple protesta para buscar soluciones a través del diseño. Nuestras intervenciones buscan fomentar la comunicación positiva de  interacciones que implican creación de proyectos basados en la creatividad, empatía y sinergia.

Frente a un sector del marketing en el que la comunicación estaba basada en generar necesidades de consumo y un diseño basado en el valor meramente estético y desvirtuado por la obsolescencia programada, decidimos comenzar desde cero. Crear grupos de investigación y colaboración con distintas asociaciones y profesionales para crear procesos de innovación y creatividad aplicada que nos ayudasen a ofrecer soluciones éticas y funcionales. Soluciones reales.

En estos grupos de investigación buscamos una comunicación que contribuya a una sociedad más justa socialmente, horizontal y participativa. Buscamos un desarrollo económico basado en pagar un precio justo por las cosas y ofrecer un precio justo por ellas. Un desarrollo basado en el trabajo duro, sincero e innovador que implique un cambio social dirigido a la comunidad. En nuestros cursos hablamos sobre la innovación, la inspiración, las tendencias, las aventuras de los emprendedores sociales, la creatividad y todo lo que nos haga aprender y pasarlo bien colaborando juntos por hacer un mundo mejor.

“Donde hay educación no hay distinción de clases”, decía Confucio. Hay una relación entre la alegría necesaria para la actividad educativa y la esperanza. La esperanza de que profesor y alumnos podemos juntos aprender, enseñar, inquietarnos, producir y juntos igualmente resistir a los obstáculos que se oponen a nuestra alegría. Esta esperanza se basa en la certeza de que el futuro no está determinado. Cada hombre y mujer que, consciente de su responsabilidad, toma un papel activo en la construcción de su comunidad, tiene al mismo tiempo su futuro en sus manos, y es ahí donde vive y crece la esperanza de que podemos hacer del mundo un lugar mejor.

Al final de la conversación María me comentó algo importantísimo: El problema del ‘Tercer Mundo’ está en el Primero. Cuando cambiemos nuestro estilo de vida podremos ayudarles. Su problema somos nosotros”.

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