Motet, la coctelería de los disfrutones

Hay quien piensa que la coctelería es cosa de hombres, pero no se puede estar más equivocados. Las mujeres en el mundo de la mixología llevan pisando fuerte desde siempre –no hay más que leer un poco y conocer a leyendas como Ada ‘Coley’ Coleman o Helen David– y ahora más que nunca reivindican su lugar tras la barra. Recientemente se nombró Mejor Bartender de España por primera vez a una mujer, y es que al igual que Adriana Chía, existen muchas otras excelentes cocteleras. Hoy hablaremos de Judith Walde y de su coctelería Motet.

Judith es un ejemplo de mujer luchadora y decidida que, con tan sólo 23 años, ha logrado destacar guiándose por su instinto. Si algo le gusta y disfruta haciéndolo, se lanza a ello. Así es como pasó de ser camarera a querer dominar la barra y después de trabajar para varias y conocidas coctelerías, se montó la suya propia. Junto a su socio, abrió hace apenas unos meses Motet, una coctelería con un estilo muy personal que refleja sin pudor la personalidad de su bartender.

Motet rinde homenaje a los motetes del siglo XVI, aquellos grupos teloneros de los grandes compositores de la época. Como todo ‘grande’ comenzó siendo telonero de otro, parece que se ven claras las intenciones de triunfar que tienen en la nueva coctelería del Barrio de Las Letras de Madrid. Le espera un gran futuro a esta bartender que emplea aguardientes gallegos (en los que maceran diferentes frutas y verduras como lichis, limón, pepino, carambola o grosellas) en el diseño de sus cócteles.

Judith cita a Mark Twain diciendo que “la historia no se repite, pero rima” y que lo que todo el mundo hace -por originales que parezcan- son versiones, copias o adaptaciones. Así es como ella apuesta por una carta que mantenga algunos clásicos, como el Dry Martini o el Negroni (su cóctel favorito), pero destacando sus propias aportaciones, como el BarSinSon o El Inmigrante. Su filosofía es asesorar a la gente (dice que le gusta ‘traducir’ personalmente su carta a los clientes) para ofrecerles lo que realmente quieren, con los mejores ingredientes y la mayor dedicación.

En Motet (c/Lope de Vega nº30) todos los cócteles tienen un precio de 8 euros -empleando las mejores bebidas Premium del mercado- porque, como bien dice Judith, “aunque una copa es un artículo de lujo, queremos hacerlo accesible a la mayor parte posible de la gente”. Y lo dice la misma persona que afirmó no haber cometido nunca el error de hacer una ensalada con un gintonic. Creo que es de fiar. ¿Algún motivo para no ir a conocer Motet? Ninguno. Calidad, simpatía, variedad, buen ambiente, genial barrio… ¿A qué esperas? Pregunta por Judith.