Vinos con vistas al Gótico de Barcelona
Hoy conocemos la carta de vinos del hotel-boutique D.O. Reial, un espléndido edificio situado en la plaza Real del Barrio Gótico de Barcelona.
Cuando planteaba visitar las cartas de vinos de los restaurantes que habitan hoteles de lujo, la idea era ver cómo es su diseño y el porqué de su contenido, algo que no implica que por ser todos ellos restaurantes gastronómicos de cierto nivel, tengan que ser forzosamente cartas de vino extensas. Sin ir más lejos, el restaurante de hoy muestra un claro ejemplo de ello. Voy a presentar en primer lugar el hotel D.O. Reial y después paso a comentar cuál es la filosofía de su carta de vinos.
El hotel D.O. Reial debe su nombre, por un lado, al concepto ‘Denominación de Origen’ que se refiere a singularidad, territorio, remarcando su identidad; y por otro, Reial por estar ubicado en la mítica Plaza Real del Barrio Gótico de Barcelona, un lugar que ha sufrido, para bien y para mal, los vaivenes de la historia.
En cuanto a la historia del edificio donde hoy se ubica el hotel, se remonta a 1895, pero fue en 2005 cuando D. Joan Ignasi Majó Grau, actual propietario, compra el inmueble y contrata al renombrado arquitecto Oriol Bohigas. El proyecto de reforma duró seis años y en febrero de 2012 se abrieron las puertas del hotel al público.
Cristina Majó, la directora, me comenta en una entrevista hace unas semanas, que sus clientes, tanto del hotel como del restaurante, son 90% extranjeros (franja de entre 40-60 años) y un 10% es visitante nacional: “Tenemos mucho cliente recurrente, aquel que suele repetir, ya sea porque les gusta el trato que reciben o porque al ser un hotel boutique de tan sólo 18 habitaciones lo ven más acogedor”. Sin alargarme demasiado en detalles que, aunque interesantes, no son el objeto del artículo, pasaré a comentaros el tema de su carta de vinos.
Se trata de una carta de vinos que definiría como discreta y breve en extensión pero pragmática y funcional en su contenido. Me explico, la carta en sí no es la típica ‘Biblia’ con 400 páginas, sino más bien todo lo contrario. Se trata de un tríptico desplegable, escueto y sin ningún tipo de información sobre el vino salvo su nombre, pero que resume, con claridad, lo que un consumidor extranjero puede querer encontrar en la carta de vinos de un restaurante en Barcelona: Brevedad y no complicarse la vida.
En este sentido, comenta también Cristina Majó: “El cliente extranjero bebe mucho vino a copas, ya que en muchos países eso es lo habitual y lo que allí se promociona. Y, curiosamente, en blancos piden por variedad y en tintos más por el estilo de vino, afrutado, etc. O bien dicen directamente: “Quiero un buen vino”. También hay clientes que, aun siendo extranjeros, conocen bien las denominaciones españolas, ya sea porque han visto promocionadas en revistas regiones como Priorat o por su propia cultura vinícola y entonces es cuando piden ellos el vino directamente”.
En la carta se puede encontrar desde un Abadal de la D.O. Pla de Bages por 30€ hasta un Pavillon Blanc 2012 de Château Margaux por 300€. Cava of course, pero no podía faltar champagne de nivel como la excelente cuvée Dom Pérignon P2 1998 a casi 600€. También encontraréis el renombrado Priorat L’Ermita 2004, uno más discreto pero tan excelente como el anterior, Doix 2012, o un Château d’Yquem 2007 rondando los mil euros. O sea, una carta breve pero variada en regiones vitivinícolas.
Vinos que maridan con una excelente carta gastronómica de cocina catalana de producto de proximidad. Tapas y platillos de nivel bien elaborados y que representan lo que realmente un cliente extranjero de nivel medio-alto puede querer encontrar, de ahí el concepto D.O. del nombre del hotel, por utilizar productos Km Cero D.O. Cataluña. Hablando con Cristina Majó entiendo mejor el pragmatismo de una carta que plantea claramente que quiere rotar sus vinos mucho y no tener las típicas referencias que no se venden nunca. “Poco stock pero todo sale”.
A remarcar y como valor añadido importante al local, disponen de una cristalería con copas de altísima calidad que no he visto en ningún otro restaurante. Copas de marcas conocidas como Zwiesel y Riedel de todos los modelos y formas para dar valor al vino que sirven. “Aquí lo que cuenta es la ceremonia del cambio de copas, cuando cambias de vino, copa nueva. Los vinos no se pueden servir en cualquier copa ni a cualquier temperatura, eso lo tenemos muy claro y es algo que creemos que el cliente valora muchísimo de nuestro restaurante”, remarca Cristina Majó. *® Fotos cortesía del hotel.