La exclusiva manzanilla de Juan Echanove

'La Bien Pagá' es un non plus ultra en manzanilla cuyos padres son tres enamorados del vino: Juan Echanove, Xavier Saludes y Pedro Hernández.

Ignacio Peyró. 12/07/2017

Manzanilla muy pasada (19 años) en rama ‘La Bien Pagá’ (botella de 50 cl). Bod. Delgado Zuleta, para la sociedad Los Hijos de la Albariza. DO Manzanilla- Sanlúcar de Barrameda. (Nota de I. Peyró y J. Rocamora).

1. Bodega y personajes
Más que bodega, los ‘padres de esta criatura’ son tres enamorados del mundo del vino, que acaban de formar una sociedad parecida a la del Equipo Navazos. Se han puesto como nombre Los Hijos de la Albariza y son tres: Juan Echanove, Xavier Saludes y Pedro Hernández. Es su primer vino. Así nos cuenta Pedro la historia.

Xavi, Juan y Pedro en la presentación de la ‘Bien Pagá’ en Madrid

“Todo empezó en el Vinoble de 2014. Xavi estaba distribuyendo en exclusiva para Madrid los maravillosos vinos de Delgado Zuleta, la segunda bodega más antigua del Marco de Jerez y productores de algunos de sus vinos más emblemáticos, como son la manzanilla La Goya o Barbiana y el increíble amontillado VORS Quo Vadis.

Con el primero que hablamos fue con su enólogo, Salva Real Figueroa, una auténtica eminencia en su profesión y una persona cuyo trato ha hecho más especial el camino recorrido. Este nos confirmó que la bodega atesoraba vinos en sus botas que podían encajar con lo que buscábamos, pero nos trasladó sus dudas de que la dirección de la bodega permitiera a unos forasteros ‘enredar’ en la bodega y quedarse alguno de los tesoros que son su patrimonio.

Interior de las bodegas

Pero si Xavi fue la llave que abrió la puerta, Juan, reconocido gastrónomo y Caballero de la Orden de Jerez, era la presencia que daba a nuestro proyecto una indudable pátina de prestigio. Así que la bodega, a través de ese gran jerezano de libro que es su director comercial José Carvajal, se volcó con nosotros y nos abrió las puertas de sus tesoros sin ni una sola pregunta ni un pero. Lo que buscábamos no era moco de pavo. Queríamos algo exclusivo. Algo que la bodega no hubiera embotellado nunca. Algo escaso que además acabáramos nosotros.

Ahí la pista nos la dio Salva. La bodega nunca había embotellado una única reserva de su manzanilla La Goya. Eso implicaba agotar una de las botas que es patrimonio de la casa. Su manzanilla pasada, La Goya XL, era un “coupage” de varias reservas y soleras de la Goya. Así que lo teníamos claro: teníamos que probar todas las reservas de La Goya, 34 botas con manzanillas de más de quince años de crianza.

De cata en las bodegas. Foto: Pedro Hernández

Nos pusimos manos a la obra. Viajes a Sanlúcar, catas de manzanillas únicas que casi nadie había probado sin «mezclar”. Y así encontramos La Bota de la Reserva nº 10 de la manzanilla La Goya. Una manzanilla con espíritu de amontillado. Un prodigio de equilibrio, que mezcla el nervio y la salinidad del vino que está bajo la flor, con la madurez y elegancia del que está conociendo por primera vez el aire sanluqueño. Una verdadera joya».

Una joya que acaban de presentar en Madrid el pasado mes de junio.
Conversando con Xavi días atrás, nos cuenta que las botas de la reserva que utiliza la bodega para la manzanilla Goya XL, tienen la ‘pierna’ de 34 botas de 500 litros (‘pierna’: botas base -la solera-, que se apoyan en tablas para que no toquen el suelo). Cataron varias veces las 34 botas. Seleccionaron la nº 10. La han embotellado: unas 940 botellas de ½ litro, y 4 ó 5 magnums (para uso personal). No más, porque en la bota hay que dejar al menos una arroba de vino (unos 14,5 litros), para que la propia bota no se estropee. El vino tiene una vejez de 17 años bajo flor, y uno más en crianza oxidativa. Más que manzanilla pasada, se debería llamar manzanilla “amontillada”, pero el Consejo Regulador no permite esa terminología.

Bodegas Delgado Zuleta en Cádiz

2. Precata.

  • PVP: 26,22 €, en Vinoteca-Terra (sede de la distribuidora de Xavier Saludes en Madrid), en julio de 2017.
  • Vejez media. 18 años.
  • Alcohol. 15º.
  • Tapón. De aglomerado, que desmerece: no está a la altura de la calidad del vino que ha de proteger. Va protegido con un plástico, tipo lacre, que se quita con facilidad, y que sí está a la altura.
Vino blanco. Foto: forwallpaper

 3. Cata. Julio de 2017. 

  • Color. Amarillo paja oscuro, oro viejo, con leves irisaciones verdosas. Limpísimo, pero no muy brillante.
  • Nariz. Notas de manzanilla muy, muy pasada, o sea, rolando a amontillado. Contundente, pero con matices sutiles. Frutos secos tostados (piñones, almendras), té, manzanilla (infusión). Ligero atisbo de dulzura.
  • Boca. Con nervio y estructura. Paso de boca graso. Limpio y franco: te lo dice todo de entrada, no hay que andar buscando. Acidez poderosa, pero no agresiva, que hace a este vino fresco y muy agradable. Elegante. Punzante, con medida. Para mí, eso lo hace grande, muy grande. Porque siendo un jerez viejo (¡18 años!, dos más, y es VOS), no tiene ese descaro transgresor –por su acidez-, que acompaña a casi todos los jereces viejos. Notas salinas. Todo muy bien integrado. Curioso: ligero amargor, con un sutil contrapunto de dulzor. No es excesivamente largo.

4. Calificación.9,8/10.

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