La cabaña escondida de Manhattan

¿Una cabaña oculta entre las multitudinarias calles de Manhattan? ¿Cerca de las zonas comerciales más demandadas? ¿En lo alto de un edificio? No, no todo es posible en la ciudad más famosa del Orbe, aunque, en honor a la verdad, esto sí que lo es, y ahora tenemos la suerte de poder comprarla por sólo 3,5 millones de dólares… ¡3,05 de euros! ¿Que no te animas? Sigue leyendo y verás cómo cambias de opinión.

Pero… ¿dónde está la escurridiza joya de la corona? ¿Dónde se ubica este oasis de amor a lo natural en la bulliciosa y, a veces, poco juiciosa ciudad neoyorquina? Pues en el número 72 de la calle uno al este de la Quinta Avenida, en una más que favorable primera línea, frente al First Park (primer parque) donde podrás practicar deporte en sus canchas de baloncesto o balonmano, llevar a tus hijos (o sobrinos) al patio de juegos o refrescarte en su ducha al aire libre.

La Casa Minthorne, así se llama el edificio debido a que se ubica en la antigua granja de Philip Minthorne, que adquirió las tierras de manos de la compañía holandesa de las Indias Orientales en el siglo XVIII (si, ha llovido bastante desde entonces). Desde que fue construida, en 1.868, conserva la estructura original, envuelta con los característicos ladrillos de terracota y con las típicas ventanas de guillotina.

Por si todavía no estás del todo interesado, te diré que tienes cerca un Whole Foods Market, que presume de ser el supermercado más saludable de América, más parques como el Sara D. Roosevelt Park, una estación de tren al otro lado de la calle y, lo que más me gusta, un sinfín de restaurantes y locales preparados para la vida nocturna. ¿Estoy captando tu atención? Pues vamos al “meollo” del asunto: el hogar.

La vivienda ocupa la cuarta y quinta planta y tiene acceso directo a la “cabaña” que se sitúa en la cubierta transitable. Esta cabaña, oculta porque no se puede ver desde la calle debido al retranqueo, ocupa unos 30 metros cuadrados, y tiene solamente un dormitorio, una pequeña cocina, un baño y un armario para guardar los enseres, es el sitio ideal para ocultarte a plena vista, con acceso a una terraza de más de 35 metros cuadrados y con una estética muy opuesta al resto del edificio… con la clásica estructura de madera formada por tejas en vertical del mismo material.

El problema es que para disfrutar de la cabaña tienes que comprar el resto de la vivienda, con sus 834 metros cuadrados, cuatro habitaciones (la principal con vestidor), cocina, salón-comedor, tres baños, un aseo y un gran espacio recibidor donde amenizar con los invitados (o sea, una sala de fiestas). Limpiar las veintidós ventanas de guillotina o lidiar con las dos chimeneas de leña (muy ecológicas) serán parte del día a día si te animas a comprar.

La distribución no deja de ser un tanto curiosa, en el rellano de entrada nos encontramos con dos puertas, la derecha te llevará a la sala de fiestas, con doble altura en su parte central, un baño y un pasillo enorme en la parte alta. Desde la puerta izquierda accederás a la zona residencial, con un dormitorio, un aseo, la cocina y el salón comedor, en la zona alta del dúplex encontrarás otro cuarto, un baño y la habitación principal. En la planta alta se unen las dos zonas de la vivienda, no así en la parte baja, un lío de casa.

La empresa que patrocina la venta del inmueble, Compass, sugiere que se puede convertir en dos residencias siendo “muy creativos”, yo añadiría “muy, muy, muy” dado que la distribución no permite mucho juego, y las obras a realizar serían de un gran volumen. Dicho esto, y debido a los precios altos que se barajan en Nueva York, está claro que no sería un mal negocio vender dos dúplex en vez de uno, factible es.

El inmueble ha sido reformado hace poco, y presume de electrodomésticos de acero inoxidable y encimera de granito en la cocina, con una ventana hacia el salón comedor, muy práctica. El pavimento de madera ocupa toda la superficie de la vivienda y continúa por la escalera hasta la planta alta, es fantástico sentir la madera bajo tus pies, el material de construcción más versátil y ecológico del Mundo.

Imagínate ahora despertando en tu maravillosa cabaña estilo Nantucket, saliendo a la terraza (más grande que el interior), por la puerta francesa de dos hojas, acariciando las tejas de madera exteriores (oliéndolas, sintiéndolas), mientras oteas (me encanta este verbo) el horizonte en busca del World Trade Center, fantástico ¿eh?, pues, aunque me llames “aguafiestas”, debo advertirte que tendrás que pagar unos 2.405,17 dólares al mes (2.097,47 euros) en impuestos y unos 1.375,60 dólares (1.199,62 euros) al mes de gastos comunitarios, ¿ahoga, eh?, como consuelo: podrás tener mascota.