Cinco reglas para cuidar tus zapatos

Cuidar bien tus zapatos es vital para su durabilidad. La meticulosa limpieza y cuidado con cremas enceradas o cepillos de raíces alargan su vida al igual que no usar todos los días el mismo calzado, sobre todo en verano, cuando el pie suda más. Si no le damos un descanso, el calor termina por estropear la piel.

Date cuenta de que el calzado es un elemento que aporta comodidad a nuestros pies. Un buen calzado permite la normal función del pie y contribuye al mantenimiento de la salud. Su buen uso y su buena fabricación evitan problemas en el pie, las rodillas y la columna vertebral. Por todo esto, el cuidado y esmero del calzado aseguran nuestra salud pues agradecen su comodidad.

Igualmente, al guardar los zapatos después de su uso, se recomienda meter en su interior una horma de madera. En caso de no tenerla puedes usar el relleno de papel que traen los zapatos o la horma de cartón. Si hacemos esta práctica, el zapato queda estirado y su forma se mantiene al secarse. Si no lo hacemos, cuando se seque se quedará arrugado y se irá deformando.

Ten en cuenta además que tus zapatos no delatarán tu cuenta bancaria, pero sí dirán mucho de tu aspecto físico. Unos zapatos descuidados sugieren un aspecto descuidado mientras que unos zapatos limpios indican elegancia y estilo.

Para cuidar tus zapatos con esmero y garantizar una larga vida te vamos a dar unas normas básicas:

• Cámbiate de zapatos a diario.
• Limpia y cepilla tus zapatos después de cada uso.
• Utiliza un cepillo de raíces para los zapatos de serraje y un paño húmedo para los zapatos de piel con crema del color del zapato.
• Si tus zapatos se han mojado, coloca papel de periódico en su interior para absorber el agua.
• Antes de estrenarlos ponles media suela y tacones.